Consejos para evitar pérdidas en la alfalfa

Uno de los enemigos en los rindes de producción de Alfalfa son las malezas. Distintas sedes del INTA, entre ellas la de Anguil, Manfredi, Rafaela y San Luis se unieron para dedicar parte de sus esfuerzos a estudiar su incidencia en este cultivo, calcular las pérdidas y brindar una serie de consejos útiles para evitarlas. El texto fue confeccionado por el ingeniero que pertenece a la institución en su sede local, Jorge Alberto Garay.

El texto fue confeccionado por el ingeniero Jorge Alberto Garay.

Según indicó en el estudio, “las pérdidas por enmalezamiento van del 50-80% de la producción de materia seca total en pasturas de implantación. Si bien el rango depende de las especies y densidad de malezas presentes, las pérdidas en la producción de semillas oscilan entre los 30 a 60 kg”. Para ejemplificarlo puso como hipótesis una pastura capaz de producir 5 mil kilos de materia seca por hectárea, al año, con  un aprovechamiento de pastoreo del 55%. “Al tener una pérdida de producción por malezas del 50 por ciento, disminuye su rendimiento a 1.375 Kg MS/ha/año, siendo éste un valor elevado para la región semiárida”, destacó.

En este sentido, la investigación desarrollada demostró que la pérdida en  kilos de carne por hectárea sería cercana a los  55 kilos, al tomar el parámetro que indica que para producir un kilo de carne se necesitan aproximadamente 25 kg de materia seca. De ahí que resaltó que para evitar esta pérdida es necesario un control adecuado de malezas, con el uso de herbicidas tanto de pre como de post emergencia, para evitar daños irreversibles.

Y lo mejor para el caso sería la detección temprana, tal como señala el escrito en los Periodos Críticos de Competencias (PCC). Según indicó, “las siembras otoñales de pasturas (que son las más comunes), tienen que competir con numerosas especies de malezas anuales que nacen durante el período de establecimiento de la pastura —otoño, invierno y primavera— principalmente de la familia de las brasicáceas: mostacilla, nabo, nabón, cardos en general, rúcula, ortiga mansa, boulesia, caapiquí, alcanfor, quinoa, morenita, verdolaga, rama negra, enredadera, sanguinaria, apio cimarrón, alfilerillo, cuscuta, cebadilla,  pata de gallina, pasto puna, pasto colorado, abrepuño, algodonosa, peludilla, flor de la noche, sombra de liebre, malva blanca, altamisa colorada  etc. Es por esto que cuando no se realiza un control adecuado, ocurren daños irreversibles por competencia de las malezas”.

Y sigue: “Si bien es posible convivir entre 50-100 días desde el momento del nacimiento de la pastura (otoño temprano), con la presencia de malezas sin sufrir graves daños en la producción; es preciso que dentro de ese periodo se (1) Aplicar dentro de los 70-100 días del nacimiento de la pastura (período crítico de competencia) y cuando las malezas se encuentren aún en estado de plántula o roseta basal, de lo contrario los tratamientos pierden efectividad. Si es necesario agregar coadyuvantes según corresponda.

intervenga en forma activa limitando o eliminando el crecimiento de las malezas. El PCC y el momento de intervención son levemente variables de acuerdo con las zonas agroclimáticas y  la presión de malezas existente (Nicasio Rodríguez, INTA Anguil)”.

Así, según señaló al controlar la competencia entre los primeros 50 y 60 días del nacimiento de la pastura, “se evita un impacto mayor y mejores rendimientos; teniendo en cuenta que la alfalfa debe tener entre 4 a 5 hojas trifoliadas al momento de la aplicación para que los herbicidas no le produzcan fitotoxicidad”. Malezas del tipo perenne como gramón, sorgo de Alepo, cebollín y seca tierra merecen una consideración aparte, debido a que el control se deberá efectuar antes de realizar la siembra, ya que de no ocurrir esto la competencia será tal, que no se logrará la implantación.