Robó una caja registradora, huyó en moto y lo detuvieron

Entró con un casco, para que no lo reconocieran, y armado. Le apuntó en la cabeza a la dueña de una despensa, cargó la caja registradora, hizo un tiro en la calle y escapó. El botín –que estaba al parecer íntegro, aun en el contenedor metálico– fue recuperado por la Policía unos minutos después, en una persecución. Estaba cerca de donde atraparon a Ricardo Alexis Cruceño, un joven de 21 años que tenía una pistola.
Al arma le hicieron hisopados y será estudiada por peritos, para determinar si fue accionada de modo reciente. Y el detenido fue sometido a una pericia que revela restos de los componentes de la pólvora en las manos, informó ayer el comisario Carlos Villegas, jefe de la Comisaría 1ª de San Luis. Con la ayuda de la ciencia, la Policía podría probar la participación de Cruceño en el atraco.
El asalto ocurrió el jueves a las 13, precisó el marido de Analía Melina Amieva, la comerciante que atendía el negocio ubicado en Mitre al 100, extremo sur, en el barrio Cantisani. Es un típico mercadito de barrio, atendido por sus propios dueños, en el que venden pan, frutas, verduras, bebidas, cigarrillos y golosinas.
“Yo estaba en mi otro trabajo cuando el tipo entró. En la despensa estaba mi mujer con una tía. No había clientes en ese momento. Debe haber esperado a que el local estuviera vacío”, presumió el hombre, quien prefirió no dar su nombre.
El ladrón “se pasó para este lado –indicó la parte de atrás del mostrador– y le puso el arma en la cabeza a mi mujer. Se llevó la caja registradora y escapó en una moto”. No tomó ningún otro elemento. “Venía sólo por la plata”, aseveró el esposo de Amieva.
Una vecina alertada por los gritos de las víctimas “le largó un palo al delincuente, para pararlo, y otro vecino lo corrió. (El asaltante) le respondió con un disparo. No se ha podido establecer en dónde impactó el proyectil. Suponemos que tiró al aire”, dijo Villegas.
Después de gatillar, el joven se subió a una motocicleta que lo esperaba en las inmediaciones. El comisario dijo que sería azul o negra, de 110 centímetros cúbicos. El cómplice, otro varón, no fue ubicado. El rodado, tampoco.
La Policía recibió el aviso del asalto, fue al barrio y desplegó un operativo cerrojo para cercar a los “motochorros”. Estiman que Cruceño iba de acompañante, llevaba la caja y se "descolgó" de la motocicleta cuando las patrullas iban tras ellos.
“Un motorista del Comando Radioeléctrico lo interceptó en la avenida José Santos Ortiz y Luján.
Es decir, iban hacia el oeste de la ciudad”, referenció Villegas. Cruceño tiene domicilio en esa zona, en la calle Mendoza. Cuando lo atraparon no llevaba casco. Tenía una pistola calibre 22.
En la caja recuperada había entre ochocientos y mil pesos. Según la Policía, los asaltantes no alcanzaron a abrirla y tomar el dinero.
El marido de la comerciante lamentó que el barrio ya no sea lo que era. “Antes estábamos tranquilos.
Pero de un tiempo a esta parte ha habido varios robos. Hace un mes, más o menos, un tipo a cara descubierta se robó dos televisores. Y como la cámara de seguridad ubicada en la plazoleta que está cerca no anda, no se pudo saber hacia dónde escapó. En la esquina, una mujer fue golpeada por un 'chorro' que le llevó la cartera.
Y acá a la vuelta asaltaron a una pareja. A la chica le pusieron un arma en el cuello para que les diera el celular”, enumeró.