Doble crimen: una nueva autopsia confirmó las muertes por golpes

No quedan dudas. A Eduardo Domingo Moreno y Carlos, su nieto, los asesinaron a golpes en la cabeza. Lo hicieron con un elemento contundente y despuntado, aproximadamente tres días antes de que sus cuerpos fueran hallados tendidos, uno boca arriba y otro boca abajo, a no más de un metro de distancia uno del otro, en el suelo del living de su casa del barrio Rafael Origone de Villa Mercedes. Las conclusiones las reveló la segunda autopsia.

Los cadáveres tenían varios golpes. La mayoría en la parte posterior de la cabeza. Sólo el hombre de 81 años evidenciaba un corte en la nariz, que la atravesaba horizontalmente, y que podría ser producto de una trompada.

El nuevo estudio fue una medida de oficio que había ordenado el juez de Instrucción Penal Nº 2, Leandro Estrada, para obtener mayores precisiones con respecto a la primera autopsia, que había hecho el forense Horacio Sosa de los Santos. También formó parte de un pedido que planteó Julio Fernández Triches, el abogado del nieto y hermano de las víctimas, porque los resultados de la primera revisión eran imprecisos y poco explicativos.

El segundo examen estuvo a cargo de la médica Alba Pereira. Fue el martes de la semana pasada y duró tres horas. Si bien Estrada había adelantado que se tratada de un estudio integral, como el primero, Fernández Triches aclaró que le sugirió a la forense algunos puntos que le interesaban y, a su parecer, Sosa de los Santos pasó por alto. Entre las indicaciones estaban las de precisar, sobre todo, la data de las muertes y determinar si las víctimas habían sido drogadas o envenenadas, si fueron asesinadas antes o después de comer, si agonizaron y si murieron realmente a causa de los traumatismos y, si fue así, con qué tipo de instrumento los mataron.

Como estaba previsto, el lunes Pereira le remitió los resultados al magistrado. La nueva autopsia coincide con la primera. “El motivo de la muerte fue, en los dos casos, traumatismos de cráneo”, dijo un informante judicial. Dicho en términos forenses, fallecieron por “un traumatismo craneoencefálico cerrado con hemorragia intracraneal”.

La médica también calculó que el abuelo y su nieto llevaban muertos “aproximadamente 72 horas”. “La forense hace un cálculo aproximado, porque da una franja horaria que puede cambiar en función de las condiciones ambientales. Además de que no en todos los seres humanos se produce de la misma forma, hay condiciones que aceleran el proceso de putrefacción, como por ejemplo, la elevada temperatura, la humedad”, explicó la fuente.

Los cadáveres tenían varios golpes. La mayoría en la parte posterior de la cabeza. Sólo el hombre de 81 años evidenciaba un corte en la nariz, que la atravesaba horizontalmente, y que podría ser producto de una trompada.

“Pereira indicó que aunque no puede decir con exactitud con qué clase de elemento los atacaron, el instrumento era romo y probablemente sin filo, porque no ocasionó cortes en el cuero cabelludo. Si hubiera tenido filo o, al menos, ángulo, como lo tiene un martillo, hubiera provocado algún corte”, detalló el informante. Hay otra precisión que la forense deslindó en su informe sobre ese instrumento, pero la fuente prefirió reservársela para no perjudicar la investigación.

La especialista constató, además, si el anciano y el joven habían sido envenenados o drogados, pero en su revisión no halló indicios de que hayan sido intoxicados. De todas formas, esas muestras serán conservadas, comentó.

Aunque también examinaron otros detalles más profundos, como el hecho de si las víctimas habían comido antes de morir, esos datos no trascendieron. Es que “esa parte de la autopsia es fundamental y, por lo tanto, todavía no la puedo anticipar”, dijo la fuente.

Testigos

Como había adelantado la semana pasada, el juez de Instrucción Penal Nº 2 le pidió a la Policía la remisión del sumario. Su idea era, por estos días, empezar a tomar audiencias. Eso sucederá hoy. El magistrado ya llamó a declarar a todas las personas que, hasta el momento, lo habían hecho en la sede de la división Homicidios. Entre ellos están los policías que participaron de la investigación, los familiares y amigos de Eduardo y Carlos Moreno. Hoy, justamente, unos de los testigos citados son los amigos del joven de 17 años, quienes encontraron los cadáveres en Italia 1767.