Julio Fernández Triches, el abogado de Marcos Moreno, el sobrino y nieto de las víctimas, dice que ya tenía sus sospechas. Pero muchos de los cabos terminó de atarlos con lo que los amigos del joven asesinado contaron sobre el chico de 17 años y con los detalles que advirtió en la casa del barrio Rafael Origone de Villa Mercedes, el escenario de los homicidios. Para el letrado está muy claro que la persona o las personas que mataron a Eduardo Moreno y su nieto Carlos sabían que en el domicilio había plata y, es muy posible, según él, que ese dato se haya infiltrado sin querer del círculo de amigos del adolescente fallecido, que es a la vez, un entorno muy ligado a las drogas.
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