Las cenizas del volcán Calbuco se esparcían este domingo por el sur de Chile y Argentina complicando el flujo aéreo, principalmente en la turística localidad argentina de Bariloche, mientras en pequeños poblados cubiertos de material volcánico continuaban las tareas de limpieza, sin que los expertos descarten una nueva erupción del macizo.
El Calbuco -que entre miércoles y jueves sorprendió con dos violentas erupciones, las primeras en 54 años- continuaba este domingo expulsando una columna de cenizas con dirección noreste y de menor tamaño que días anteriores.
Mientras a los pies del gigante, en la pequeña y turística población de Ensenada, sus 1.500 habitantes comienzan a ver la luz luego de que su pueblo quedara bajo cenizas, gracias a cuadrillas del ejército que ayudan en la limpieza de la zona. "Ahora solo debemos pensar en el futuro, esperamos que en dos meses Ensenada vuelva a la normalidad pero dependerá de si el volcán nos deja", dijo Pedro González, trabajador de un restaurante que quedó cubierto por las cenizas en Ensenada.
Las fuerzas Armadas resguardan la zona afectada, que incluye a las ciudades de Puerto Montt y Puerto Varas -ubicadas en la región de Los Lagos, unos 1.300 km al sur de Santiago- que se mantienen en alerta roja (máxima) y bajo alerta sanitaria.
El sábado, el gobierno chileno confirmó que dará ayuda económica para la reconstrucción de las zonas afectadas, mientras que se intenta resguardar a unos 4.000 ovinos y bovinos y 350 animales menores que quedaron en medio de las cenizas en Ensenada.
Productores rurales de ese pueblo también recibirán ayuda para enfrentar las cuantiosas pérdidas que provoca con su emisión de cenizas y material volcánico el Calbuco, en una región que basa sus ingresos en el agro y el turismo.
A su vez, la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) mantuvo el domingo la zona de exclusión de 20 kilómetros alrededor del cráter del volcán, que ha obligado a la evacuación de casi 6.000 personas, ya que es posible una nueva erupción.
NA
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