El príncipe Guillermo de Inglaterra y su mujer Catalina fueron padres de una niña ayer, cuarta en la línea de sucesión al trono, un nacimiento celebrado con júbilo en Londres.
La recién nacida hizo su primera aparición ante las cámaras aproximadamente diez horas después de su nacimiento, cuando la familia abandonó el hospital de Saint Mary con destino a su residencia del palacio de Kensington.
La niña, cuyo nombre no ha sido desvelado, llevaba un gorro color crema y estaba envuelta en un manto blanco en brazos de su madre, que presentaba excelente aspecto, y al lado del padre.
El príncipe Guillermo introdujo a la niña en la parte trasera de un auto en el que la familia abandonó el hospital y que él mismo condujo, aproximadamente doce horas después de que la madre ingresara para dar a luz.
"Su Alteza Real la duquesa de Cambridge dio a luz a una hija a las 8:34 (hora local) en el hospital Saint Mary de Londres", informó el comunicado que anunciaba el nacimiento.
La niña pesó 3,7 kilos y su padre asistió al parto, que concluyó dos horas y 34 minutos después de que la madre ingresara en el hospital.
"La reina, el duque de Edimburgo, el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles, el príncipe Enrique y los miembros de ambas familias han sido informados y están muy contentos con la noticia", concluía el breve comunicado.
El hermano de la recién nacida, el príncipe Jorge, llegó en brazos de su padre por la tarde para visitarla, en una de las raras apariciones públicas del tercer heredero en la línea sucesoria.
Guillermo sacó al pequeño príncipe del coche y juntos caminaron de la mano un momento hasta que lo tomó en brazos y ambos saludaron a la multitud que aguardaba frente a la clínica.
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