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La duda le gana a la intención de siembra

Por redacción
| 13 de septiembre de 2015

Cosecharás tu siembra ya no es una frase absoluta en una época en la que los productores agrícolas sortean diversos problemas para alcanzar sus objetivos. Es común escuchar quejas en referencia a las economías regionales. Son muchos los que sostienen que se encuentran devastados y acorralados por la situación económica que, de manera indirecta, afecta a todos los argentinos. Existen otros inconvenientes a largo plazo que incluso se ven reflejados en el mal uso de los recursos naturales, fruto de la escasa rentabilidad o de un futuro que no luce promisorio.

 

Los especialistas coinciden en que el recorte de gastos en tecnología que se realice en esta campaña repercutirá sin dudas en el futuro.



Es el caso del suelo sembrado y la necesidad de que exista una debida rotación, sobre todo entre el maíz y la soja, los dos cultivos que dominan la escena de la campaña gruesa. A esto se suma otra barrera que surge de la nueva forma de generar divisas en el ambiente del agro: el arrendamiento de campos. Los dueños que hace tiempo dejaron la ganadería y la agricultura para vivir de rentas sentirán los avatares previstos para la campaña 2015/2016. Y ni hablar de los inquilinos, que ya no pueden sostenerse por los altos costos, por lo que buscan variantes que involucren a los dueños en la aventura de sembrar.

 


La  cosecha gruesa estaría finalizando por estos días y ha sido muy positiva según los trabajadores del sector. Ahora se empiezan a preparar para la implantación de los cultivos de la campaña 15/16, en la cual el panorama aparece bastante distinto, muy complicado. Al menos así lo ven en el Valle del Conlara, una zona maicera por excelencia en San Luis, donde según el asesor agronómico Marcelo Bongiovanni, quien también es productor, el futuro luce bastante oscuro para el cereal.

 


“La campaña está muy complicada. Hay muchos factores que condicionan esta situación. La intención de siembra es mucho menor, y hablo no solo de nuestra región o el Valle del Conlara en general, que es donde yo me muevo, sino que se trata de un problema que involucra a todo el país”, asegura Bongiovanni.

 


A pesar de que las condiciones climáticas estarían acompañando en los próximos meses, la  incertidumbre persigue a los trabajadores del campo que pretenden no invertir más de lo que puedan llegar a ganar. Es por eso que “la siembra se va a hacer, porque no queda más remedio, es gente que vive de esto, sólo que para abaratar costos será menor el uso de tecnología, lo que va a repercutir de manera negativa en el rendimiento del maíz y su calidad final”.

 


Para el asesor, “el maíz es el más afectado porque es el cultivo más caro para producir. La caída en la producción será muy importante, aunque no podemos estimar qué tan mala será la cosecha. Sí sabemos que la intención de siembra será mucho menor”. La caída fuerte que se da en el maíz le abre el terreno a su gran competidor, la soja, que tiene un proceso de producción más barato y, a pesar de la retención del 35% que realiza el Estado, termina siendo más conveniente porque se coloca en el exterior. La situación trae dos inconvenientes visibles. El primero radica en las especulaciones de los productores que guardan el maíz a la espera de que aumente su valor; y el otro es la instalación del monocultivo en suelo argentino, algo que San Luis viene esquivando por el momento, pero que cada vez se hace sentir más.

 


“El maíz, con retenciones que aumentan constantemente para la exportación, hace muy difícil conseguir buenas ganancias para los productores. Por otro lado, la oferta interna está cubierta, lo que hace que el precio disminuya. Esto genera que los productores guarden el cereal porque no quieren regalarlo. Es decir, se trata de aguantarlo hasta que aumente el precio. Cuando acceden a los precios bajos del mercado es por la necesidad de cubrir las obligaciones”, explica Bongiovanni, quien conoce la realidad porque también explota un campo.

 


Cuando se habla del cuidado y trato responsable del suelo, se habla de la rotación de cultivos. El ingeniero explica al respecto: “La siembra de soja atenta contra la sustentabilidad del sistema del suelo, quitándole nutrientes que lo hacen productivo. Si no se hace la rotación, el suelo se deteriora. La soja quita muchos nutrientes y más en San Luis, que es una zona marginal, un semiárido con suelos poco productivos. Al no quedar una buena cobertura vegetal, gana terreno la erosión. Todo depende de la conciencia del productor… y de su bolsillo, por supuesto”.

 


Es bueno saber que la siembra de maíz aporta elementos de mucha utilidad al suelo, ya que hace que se formen buenas pasturas para su conservación. Una caída en la siembra trae consecuencias irreversibles en la tierra que se cultiva. Los especialistas sostienen que algunos de los problemas climáticos como las inundaciones, han sido propiciados por la falta de rotación y por extensos campos de siembra sojera. El ejemplo más claro está en la provincia de Buenos Aires.

 


El factor determinante es que “el precio internacional de la soja no es el mejor, pero es más rentable que el maíz. Sumado esto a que no existen tantas trabas para exportar, porque el mercado interno prácticamente no consume la oleaginosa, va toda al exterior”, reflexiona el asesor.

 


La zona del Conlara podría sentir un cimbronazo en su economía en general, por una baja notable en la cantidad de arrendamientos. “Aquí en Tilisarao mucha gente de Córdoba venía a alquilar campos y gastaba en la provincia. Ahora no creo que pase eso, la gente tendrá muchos gastos y a eso le tendrá que sumar el arrendamiento, que por lo general se hace por un monto fijo”.

 


La aparcería, que es un arreglo entre el dueño de un campo y un inquilino para explotar en forma conjunta el lote y que está tomando impulso en esta época de crisis, aún no hizo pie en el Valle del Conlara, pero Bongiovanni no descarta que comiencen a darse este tipo de convenios, en los que los pagos son proporcionales a los frutos de la cosecha. “Hasta ahora los propietarios no aceptaban correr el riesgo junto a los productores, preferían recibir un pago estipulado con anterioridad. Seguramente ahora  tendrán que hacerlo porque si no quedarán muchos campos vacios, sin ser sembrados. Y después cuesta mucho recuperarlos”.

 


El retorno a la ganadería desde la agricultura no es fácil de concretar, sobre todo por los costos que acarrea en materia de alambrados, aguadas y otros servicios que requieren los rodeos.  San Luis originalmente era una provincia ganadera, luego empezaron a conformar campos mixtos y en algunos casos, alentados por los precios internacionales de la soja y el maíz, sólo se quedaron con los cultivos. “El cambio implicó que muchos se deshicieron de las estructuras para mantener a los animales, por lo que es complicado volver a la tarea ganadera. Si bien hoy se puede hacer una diferencia, volver a conseguir los recursos para el ganado implica mucha inversión”, comentó el ingeniero, quien le sigue poniendo una ficha a la agricultura.

 


En referencia a la situación política que atraviesa el país y que tiene a los productores agropecuarios en jaque, Bongiovanni opina que “algo se está haciendo mal si a los productores siguen pagándoles poco y los consumidores se encuentran con precios excesivos. Esta situación habla de malos manejos internos. Para el campo en particular el gran problema son las retenciones y el atraso cambiario. Cuando un productor vende sus granos le pagan un dólar de alrededor de 5 pesos porque hay que contar las retenciones, pero cuando debe comprar insumos lo hace a un dólar de 9 pesos y algunas cosas directamente las debe adquirir al valor del blue”.

 


Ante la consulta sobre cuáles podrían llegar a ser los problemas para los consumidores, el ingeniero se mostró moderado. “La mala cosecha no debería traer problemas directos al consumidor. Sí de manera indirecta, porque si el maíz escasea habrá menos alimentos para  vacas y podría darse un aumento en el precio de la carne en el mostrador”.

 


Se trata de un año electoral por lo que el ingeniero entiende que muchas cosas no serán definidas hasta que se sepa quién dirigirá el destino de los argentinos por los próximos cuatro años. “Todo está sujeto a las elecciones de octubre. Muchos especulan, sobre todo en nuestra provincia, que se cosecha más tarde, con la llegada de un cambio de políticas para el sector. Si gana el candidato que propone sacar las retenciones, a lo mejor el productor decida invertir más con la esperanza de recuperar en menos tiempo”.

 


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