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Huertas saludables y más económicas

Por redacción
| 24 de enero de 2016
Riego por goteo. Los tomates hidropónicos requieren de una base de contención más grande por el tamaño de sus raíces.

La hidroponía es una forma nueva de hacer huertas, ya que a partir de este sistema no se necesita del sustrato de la tierra, que es reemplazado con agua a la que se le agregan nutrientes para ayudar al desarrollo de la planta.

 


En San Luis hay algunos productores que trabajan con la técnica. Pablo Pacheco y su mujer Verónica viven en El Volcán y hace un año decidieron empezar con el desafío sin tener conocimiento previo alguno de la producción hidropónica. A pesar de algunos malos tragos que debieron superar de entrada, todo terminó siendo aprendizaje para estos dos emprendedores, que hoy disfrutan su emprendimiento y aprenden todos los días.

 


Son conscientes que la hidroponía es lo que se viene, que se trata del cultivo del futuro. “Lamentablemente el clima no nos ayudó. La piedra castigó con fuerza una parte de la producción que habíamos dejado descubierta y hemos perdido gran cantidad de lechuga”, contó Pacheco mientras mostraba el camino de ingreso a su huerta.

 


A pesar de los problemas, allí todo es aprendizaje. “Empezamos con un módulo;  para eso pedimos ayuda en el INTA. Allí conocimos a Esteban Suárez, técnico del ProHuerta, quien siempre nos sugirió ir de a poco y observar todos los fenómenos que se dan en el trabajo diario”, aseguró Pablo.

 


“Lo primero que se hace es poner las semillas a germinar en una placa fenólica. No son semillas comunes, vienen fertilizadas y curadas, especiales para hidroponia. El emprendimiento surgió porque no tenemos cinturón verde. Mi idea es poder vender en San Luis todo lo que surge de aquí” contó el productor con mucho orgullo por los conocimientos adquiridos.

 


En referencia a los lugares donde estaban comercializando, Pablo y Verónica le contaron a la revista El Campo: “A veces visitamos la Feria de Artesanos de Juana Koslay, también cuando tenemos producción vendemos a algunas verdulerías de Juana Koslay”. En este momento esperan recuperarse de la piedra para seguir descubriendo secretos sobre esta técnica innovadora.

 


“Tenemos lechuga y tomates. Ahora estamos probando con frutilla y albahaca. Nuestra producción es libre de pesticidas sólo usamos nutrientes que van en el agua para que la planta prospere. La hidroponía tiene muchas ventajas, no hay límites en lo que uno quiera hacer y eso es algo que nos gusta. Por el momento, éstas son las pruebas que hicimos, pero no descartamos hacer nuevas cosas”, contó Verónica, dando cuenta de todo lo que queda por delante.

 


Hace un año que trabajan en cultivos a partir de hidroponía. Al momento de la visita de esta cronista a la casa de la pareja, las plantas de tomates tenían de 60 a 70 días. "Las plantas están desde octubre, pero hace un tiempo venimos sacando tomates. Cuando el sistema lo tengamos bien aceitado pensamos poder producir 110 kilos por año y por planta", calcularon. Además recordaron anécdotas de las primeras cosechas “La lechuga que teníamos en invernadero estaba lista para la venta a los 32 días, cuando en tierra hubiera demorado 60. Otra linda cosecha fue la de lechuga morada, que lamentablemente tuvimos que tirar porque no tiene mercado para la venta en San Luis”.

 


En el tiempo que llevan trabajando juntos, Pacheco y su mujer han aprendido técnicas que los ayudan a producir hortalizas. “Nosotros gastamos alrededor de 120 litros de agua por día, cuando una huerta tradicional necesita 1.000 litros. Es importante la oxigenación del agua para que no tome demasiada temperatura. La raíz es la que nos muestra  la sanidad de la planta”, dice Pablo.

 


“Ya tenemos bien claro el tema, pero no sabíamos nada de nada, empezamos de cero. En un año hemos avanzado y gracias a los problemas que tuvimos, pudimos hacer escuela, como Esteban siempre nos sugiere”, aseguró Verónica, quien siempre fue una apasionada de las plantas de interior y no pierde oportunidad para demostrarles su  amor.

 


Con mucha dedicación, Pablo y Verónica trabajan incansablemente en la huerta. “A pesar de que hemos tenido inconvenientes me encanta hacer la tarea. Te diría que es hasta terapéutico, es un placer tener este emprendimiento”, dicen a coro. Para la venta, la lechuga es envasada con su raíz. “Se puede conservar hasta diez días y se trata de un producto fresco, listo para consumir”. Con un naylon arman un ramillete que lleva su marca: Hidroponía El Volcán.

 


Los trabajos en conjunto siempre son mejores y dan buenos resultados, por eso estos productores no están solos. “Lucas está en El Trapiche y produce rúcula hidropónica. Él es químico y es quien nos prepara las sales nutritivas para el agua. Tenemos un grupo de trabajo con otros productores y todos acompañados por el asesoramiento del INTA, aprendemos cada día sobre el trabajo de producir hortalizas en agua”.

 



La palabra autorizada

 


Esteban Suárez es ingeniero agrónomo  y asesor técnico de INTA. Es el responsable del programa ProHuerta, que hace años lleva adelante el organismo nacional para pequeños productores.

 


En febrero de 2015 un matrimonio vino a echar luz sobre un proyecto que Esteban tenía dando vuelta: la hidroponía. "Yo digo que se juntaron el hambre y las ganas de comer. Estaba trabajando en un pequeño módulo en Villa Mercedes y tenía una ligera idea sobre la hidroponía. Cuando Pablo y Verónica vinieron a verme me entusiasmé mucho. Luego de eso se generó un grupo de trabajo con otros productores hidropónicos. En El Trapiche hay un productor que es químico. Él nos ayuda con la formulación de los nutrientes, que repartimos a los productores", comentó Suárez.

 


Sobre el crecimiento en tiempos muchos más cortos que los de la agricultura tradicional en tierra, el especialista explicó: “En la hidroponía la planta tiene su raíz sumergida en agua con nutrientes. Es decir,  desde su crecimiento recibe en forma constante todo lo que necesita. Además tiene luz, es decir la planta tiene todo a su disposición: agua, nutrientes y luz”.

 


Ante la consulta de por qué es una técnica del futuro, el ingeniero habló sobre las ventajas que trae la producción de hortalizas en agua. “Algunas de las virtudes que tiene la técnica son que se pueden realizar altas producciones en espacios reducidos, costos de producción muy bajo y que no necesita de tierra disponible, sólo buena luz natural para dar hortalizas de toda clase”.

 


Todo lo que es de elaboración casera presupone calidad por no usar grandes cantidades de elementos contaminantes. Suárez explica a los hidropónicos sobre lo que ellos hacen. "La aclaración que siempre es bueno hacer respecto del producto final es que no se trata de verdura orgánica, ya que el agua usa nutrientes de síntesis química. Sí tiene como cualidad que está libre de pesticidas". En ese caso, para prevenir plagas usan remedios caseros. Verónica le contó a la revista El Campo cuales son: "El tabaco en agua y el ajo con agua son algunos de los fluidos con los que rociamos las plantas para mantenerlas libres de enfermedades".

 


Además, Suárez dijo que "el INTA les provee de conocimientos en materia de macerados que funcionan como repelentes naturales que evitan cualquier infección en la planta".

 


San Luis es una plaza productiva con muchos beneficios, dicho por innumerables inversores del agro que han venido a invertir en la provincia. En este caso, estos pequeños productores se encuentran con algunos inconvenientes que seguro con el paso del tiempo y el conocimiento de la tecnología podrán superar. "Acá en San Luis hay gente que está haciendo hidroponía, pero se sabe muy poco sobre el tema. Los productores locales tienen como contrapeso la falta de disponibilidad de semillas, de bombas de agua especiales para la tarea y de otros insumos que se requieren para que la técnica se siga en forma correcta. La inversión inicial es un tanto costosa, pero se licua rápidamente porque se vuelve rentable con un mantenimiento económico muy bajo".

 


Seguramente quien lea estas líneas no podrá evitar pensar o comparar la hidroponía con la siembra de cultivos tradicionales en tierra. Sin embargo, se trataría de cosas bien diferentes y que no se harían sombra entre ellas. "No me gusta comparar la huerta orgánica con la hidroponía. Son cosas distintas y considero que pueden convivir una con otra. La huerta que uno hace en su casa, en la tierra, es orgánica.  La hidroponía sirve para producir hortalizas en lugares donde no hay tierra disponible o para tener grandes producciones en espacios reducidos", resumió Suárez.

 


Por último, rescatando el trabajo de Pablo y Verónica, comentó: "La hidroponía no es para cualquiera, se requiere de una personalidad metódica, porque lleva tiempo y dedicación. Hidroponía El Volcán tiene esas cualidades. Eso se ve en todo lo que han aprendido a lo largo de esta primera etapa".

 


Siendo buenos alumnos, responsables con la tarea y trabajando de manera mancomunada, instalan la idea de cultivar hortalizas en agua.

 


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