La siembra directa, una mejora para los suelos

Para conseguir buenos rindes en los cultivos es importante contar con suelos de calidad que incluyan las dosis justa de nutrientes. El cuidado de la tierra redunda en la rentabilidad de los productores a largo plazo. La siembra directa, junto a los hábitos que trajo, han ayudado considerablemente a devolver materia orgánica. Además, la falta de labrado ha contribuido a controlar las erosiones que pueden generarse en cualquier superficie que contenga cultivos.

El uso responsable de los herbicidas siempre trae grandes beneficios. En caso contrario podría ser muy costoso para el productor.

Al parecer, según indica un informe del diario La Nación que cita a Roberto Casas, quien ha trabajado sobre los suelos argentinos; el tema sería bastante dinámico. "La erosión y la pérdida de materia orgánica pueden mejorarse de campaña en campaña", dice Casas.

Por eso el especialista, que se centra en un estudio en la región de la Pampa Húmeda, afirma que a partir de la década del noventa, con la popularidad de la siembra directa, “se logró mejorar de a poco la calidad de los suelos de la región que en décadas anteriores habían sufrido una disminución de la materia orgánica. Además evolucionó la condición estructural y la fertilidad de los suelos”.

El caso de San Luis no es tan lejano. Aquí, tierra de llanuras que se combinan con sierras donde la aridez es una de las principales características, las mejoras también habrían llegado. Suelos con zonas menos fértiles han podido recuperar espacios inutilizados. “El suelo ha mejorado muchísimo a partir del uso de la siembra directa. La técnica combina el residuo del suelo gracias a que no hay labrado de la tierra. Esto permite retener el agua y controlar la temperatura. Además, la siembra directa ayuda a controlar la erosión eólica y la hídrica”, informó el técnico en suelos del Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción, Emiliano Colazo.

La técnica sin labrado ha traído un combo de beneficios que si se saben usar pueden llegar a ser muy efectivos. “Lo que permitió la utilización de la técnica es el control de las malezas con herbicidas. De esta manera se han podido sumar superficies que estaban en desuso por carencia de residuos que ayudaran a concentrar el agua, lo que comúnmente denominamos rastrojos. Este paquete tecnológico –que incluye todo lo referente al labrado cero- ayudó en varios aspectos a mejorar la calidad de los suelos” explicó Colazo.

La provincia se caracteriza por una gran diversidad de suelos, por eso el INTA, junto con los organismos de gobierno relacionados al campo, realizaron un mapa de suelos para que sirva de guía a técnicos y productores a la hora de saber qué clase de cultivos implantar. “No sólo el suelo es importante, el clima, el relieve y la topografía son factores a tener en cuenta a la hora de saber qué cultivo prosperará en una zona específica”.

El mapa de suelos de San Luis realiza un recorrido por los avances que ha tenido el territorio puntano. “Un cambio de uso de suelo genera ciertas modificaciones que es bueno tener presentes y que da saldos positivos”, agregó Colazo.

Los herbicidas y otras prácticas habituales en los campos siempre son efectivos en tanto se usen de manera apropiada. A esta clase de usos se los denomina buenas prácticas agrícolas. El técnico destaca que es preciso tener en consideración “la rotación de cultivos y el uso de paquetes de herbicidas según el cultivo que se trabaje. Es importante la topografía del lugar, es decir ante ciertas pendientes hay que ser cuidadoso porque pueden generar erosión hídrica. Es importe detectar épocas de grandes vientos que atentan contra la cobertura de suelo”. Además, las cuestiones climáticas son fundamentales para que prospere cualquier plantación.

Realizar este tipo de tareas puede ser engorroso y hasta más caro, lo que no está en discusión son los problemas que puede llegar a acarrear en el futuro. "Suelos menos fértiles que van perdiendo nutrientes son el resultado de no trabajar a conciencia. Además es posible que se generen plagas y algunas malezas resistentes que harán gastar mucho dinero al productor", enfatizó el técnico del Ministerio del Campo.

Y agregó: "Los herbicidas usados de manera responsable no son nocivos. Es importante la rotación del herbicida para evitar males mayores en la tierra. La conciencia en el uso de cualquier químico es de destacar, puede dar muy buenos resultados pero también acarrear grandes y costosos conflictos. En este caso es importante no usar la misma receta".

La siembra directa es una técnica que ha acaparado los trabajos agrícolas. "Es muy poco lo que se trabaja con la siembra tradicional en la actualidad. Se realiza en algunos terrenos donde la tierra se encuentra muy compactada por tener pasturas desde hace muchos años; y en campos que han sido explotados por la ganadería de pastoreo que pueden presentar las mismas condiciones". Todavía quedan algunos pequeños productores que labran la tierra.

En cuanto a la rotación, generalmente se encuentra sometida a los precios de los granos en los mercados, lo que limita al productor para la ejecución de las tareas que corresponden.