Los corazones puntanos se hincharon de emoción en la plaza Próspero Molina de Cosquín. Durante 26 minutos, un puñado de artistas de la provincia trató de izar, con los nobles elementos de sus talentos, la bandera de la puntanidad en el centro mismo del folclore nacional.
“La cautana”, “Alma de guitarra”, el ballet Martín Fierro y Litto Lucero fueron los responsables de entrelazar canto, música, baile y recitados en una actuación muy aplaudida que terminó, como no podía ser de otra manera, con “La Calle Angosta”, la cueca por excelencia de la provincia.
La actuación de la delegación puntana –que comenzó en la primera media hora de ayer- fue una demostración del poderío los guitarristas jóvenes de la provincia. Los encargados de esos instrumentos en las dos bandas se quemaron los dedos y gratificaron la tradición de la música puntana.
Con eso quedó en claro que un espectáculo conjunto entre “Alma de guitarra” y “La cautana” –dos de los grupos folclóricos más convocantes de la provincia- podría ser un festín cuyano que todavía no se ha realizado con seriedad en la provincia, más allá de algunos encuentros casuales. Los primeros eligieron el negro completo para sus vestimentas; en tanto que los otros vistieron jeans con remeras o camisas blancas.
El nexo entre las canciones fue Lucero, un viejo conocido de Cosquín, que cerró los ojos ante cada recitado, sea propio como “Les cuento San Luis”, en el que aprovechó para difundir un poco de la historia de la provincia; o ajeno como “Digo el llamado”, de Antonio Esteban Agüero, una figura reconocida entre el público de la plaza.
Mientras, Litto (que anoche tuvo su participación en solitario nuevamente en el escenario coscoíno) hacía su primer recitado, la pantalla gigante del festival mostraba paisajes de la provincia y fotos de deportistas, artistas y funcionarios destacados.
La elección de las canciones que se escucharon en el apartado puntano abarcó clásicos provinciales como “De nuevo a San Luis” y “Pa mi cuyana”; algunas gemas escondidas del cancionero regional como “Los compadres” y “Qué importa si después lloras”; e himnos de alcance nacional como “Viva San Luis” y la mencionada “Calle angosta”.
En medio de tanta cueca y tonada, se coló el tango instrumental “La nocturna”, que la delegación hizo para evocar la influencia de ese género en Justo Daract. Entre el público, hubo carteles de Quines y San Francisco, por lo que buena parte de la geografía provincial quedó representada.
La presencia de San Luis en el festival de Cosquín no sólo se reflejó arriba del escenario, sino también en los alrededores de la plaza. Un stand de la provincia se usó para promocionar los beneficios turísticos y otro, de La Casa de la Música, fue un llamador para que artistas de todo el país conozcan cómo funciona el estudio de grabación y el sello discográfico provincial.
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