Cuenca del Morro: los ríos suman kilómetros y hay preocupación

Tome un auto, arránquelo en la plaza Pringles y ponga como destino el centro de la ciudad de San Juan.  Eso totaliza unos 340 kilómetros. Ahora “convierta” toda esa distancia en agua. Este ejercicio mental le servirá para dimensionar el  crecimiento explosivo de los ríos  nuevos experimentado en los últimos años en la Cuenca del Morro, que pasó de un acumulado  de 840 kilómetros para la extensión de todos sus cauces en el 2006 hasta los 1.200 de la actualidad. Prácticamente, la misma distancia que implica el periplo imaginario a la vecina provincia. El avance del agua, que implica severos procesos de erosión y sedimentación, llevó al Gobierno a presentar  un proyecto de ley que busca declarar  la emergencia ambiental. Ayer el ministro de Medio Ambiente, Campo y Producción, Cristian Moleker, se reunió con los senadores provinciales en la Legislatura para explicarles los alcances y detalles de la norma, que implica un plan de forestación masivo y el control de los métodos de cultivo.

Los cauces erosionaron campos y también destruyeron vías de comunicación.

“Hemos hecho una medición a lo largo de diez años, y eso nos ha marcado que se abren nuevos cursos de ríos y nuevas cárcavas. Hay que tener en cuenta que son cauces diferentes que hoy están con agua de manera permanente. Esto genera, en primer lugar, un gran inconveniente en las comunicaciones y aguas. Debajo de la cuenca hay sedimentación”, señaló Moleker. El funcionario señaló que la proliferación de cauces (ver "Pasados por…") genera una gran preocupación entre los productores y pobladores de la zona y subrayó que agua incluso infectó varias veces a vías de comunicación de primer orden en la provincia, como la Autopista de las Serranías Puntanas.

“El desequilibrio hídrico se produjo por dos causas. Hubo un aumento en las precipitaciones, producto del cambio climático, y una modificación en el uso del suelo,  donde ahora  hay menos vegetación. Esto  genera una menor absorción del agua subterránea”, agregó Moleker.

La declaración de la emergencia ambiental tiene un período de duración de cinco años. El proyecto   se inspira y recupera reglamentos específicos de alcance nacional y también legislaciones locales, como la Ley de Protección y Conservación de Suelos. “La emergencia nos permite dimensionar este problema de extrema gravedad. Implica empezar a trabajar en el corto plazo con un plan de forestación muy intenso”, indicó Moleker.

La texto enviado a la Legislatura refleja que el Estado pondrá la lupa en el manejo del suelo en las zonas cultivables. El artículo tercero del proyecto de ley faculta al Gobierno a realizar controles "de todo tipo de cultivo” que se desarrolle en los predios comprendidos en la cuenca. En el quinto apartado se indica que los productores agrícolas deberán reforestar al menos el cinco por ciento de sus terrenos para mitigar la erosión.  El senador provincial por el Departamento Dupuy, Sergio Freixes, adelantó que el proyecto de ley será tratado por la Cámara alta provincial la semana que viene.

“No podemos controlar las precipitaciones, pero sí podemos trabajar con la cobertura vegetal. Tenemos que tener un plan para que haya más absorción de agua”, señaló Moleker y agregó: “Hay que entender que es un plan a largo plazo. Acá no hay soluciones mágicas. Debemos trabajar en conjunto para tratar de estabilizar la Cuenca del Morro”.

La segunda etapa

La palabra “obra” no aparece en ningún párrafo del texto en el que el gobierno provincial solicita la emergencia. El olvido no es fruto de un descuido o del azar.  El ministro de Medio Ambiente, Campo y Producción manifestó que el primer paso será frenar el crecimiento de los cauces, es decir, aumentar a través de la presencia de una mayor vegetación la capacidad de absorción del suelo. Si esta empresa tiene éxito, recién ahí se empezaría a planificar proyectos para encauzar los cursos.

“Por ahora, no está previsto hacer obras en la Cuenca del Morro. Las que se hicieron demostraron  al final que fue un paso erróneo, como canales que se han llenado de sedimentos y que se deben limpiar de manera permanentemente o puentes que han perdido su estabilidad”, destacó. Esta apreciación es compartida por Maximiliano Frontera, senador del Departamento Pedernera, quien mencionó que el avance del agua va acompañado de la sedimentación y que por eso las obras no se puede realizar “de una manera anticipada”.