Buena respuesta por los Angus de La Cleides

El comentario parecía calcado en los distintos grupos que se formaban de manera espontánea durante la previa del remate que ofreció la cabaña La Cleides: cada año todo luce mejor en este reducto donde reina la raza Aberdeen Angus. “Conozco este campo desde hace 20 años, cuando la familia Radici llegó desde Italia con ganas de invertir en San Luis. Y puedo jurar que vi volar los cardos rusos por todos lados. Esto era una postal del abandono y ahora es un vergel”, dijo Daniel Werthein, el titular de la Asociación Argentina de Angus, quizás oficializando lo que todos habían experimentado al llegar al predio que está camino al dique Paso de las Carretas.

El elogio se podría considerar una cortesía tratándose del hombre que representa a la raza que cría La Cleides, porque además lo dijo mientras le entregaba una distinción a Elena Radici, la dueña de este emporio agropecuario que es Ser Beef. Sin embargo bastaba una mirada profunda que vaya un poco más allá para comprobar que no era exagerado. Buenos campos sembrados, prolijidad en cada rincón, un personal siempre atento a cubrir las necesidades de los invitados, tribunas repletas, gastronomía de nivel y lo mejor de todo, una hacienda que crece en genética gracias a la generosa inversión que hace la cabaña año tras año, lo que la posicionó en un sitial envidiable. Al igual que su remate, que cumplió su quinta edición anual, que cada vez concita más atención y es toda una referencia para el centro del país.

Quizás alguno haya pecado de optimista y esperaba un poco más de los precios finales, pero la agilidad del remate, el interés de los productores y un promedio general para los toros de $58.300 fue más que satisfactorio. “El que pretendía vender a los mismos valores que Don Benjamín en Huinca Renancó no entiende nada”, dijo una fuente relacionada a Ser Beef, poniéndoles paños fríos a los que querían volar más allá de lo que permiten las alas.

Tan homogénea fue la hacienda que casi no hubo diferencias entre los valores de los primeros lotes de toros y los últimos que salieron a la venta, ochenta en total, todos puros controlados. Apenas se despegaron los dos primeros. Un Angus negro hijo de West, con un porte impresionante (790 kilos) y una circunferencia escrotal de 40,5 centímetros por el que una cabaña bonaerense pagó 70 mil pesos marcó el tope del remate. Fue el segundo negocio cerrado por el martillo experto de Roberto Mondino tras la compra por 68 mil pesos que hizo José Genoud de un colorado, hijo de Quebrantador, con 760 kilos, 44,3 de circunferencia y un interesante DEP (diferencia esperada de progenie) final de +26,8. Así de parejito fue todo durante las casi dos horas que duró la subasta, en la que hubo tenidas interesantes, sin que ningún toro se vuelva al corral sin ser vendido.

A partir de allí la tónica fue más o menos la misma y los toros, que salían con una base de 50 mil pesos, fueron oscilando entre los 52 y los 65 mil, con algunas excepciones como un ejemplar negro hijo de Bismarck que viajó a Unión por 68 mil pesos, gentileza del productor Roberto Campos, un tradicional animador de estas subastas de reproductores Angus. Entre él y Rubén Frías, otro criador de esa localidad sureña de San Luis, hicieron que el nombre de Unión sonara seguido en los parlantes.

Pero no fue el único, hubo compradores de San Rafael, Villa Mercedes, Buena Esperanza, varias localidades de la Pampa Húmeda, Del Campillo, Villa Valeria, Huinca Renancó y Santa Fe, como para darle un marco bien federal al remate.

“Acá no se equivocan con ninguno”, tranquilizaba Mondino desde el micrófono a los que dudaban en levantar la mano, y al rato también arengaba con “vamos que colorados no sobran” y mezclaba alguna broma, del estilo de “si levantás la mano para pedir otro pastel te bajo un toro…”. Lo de los colorados parece que prendió entre la gente, porque hicieron un promedio superior a los negros. Los hijos de padres famosos como Quebrantador, Nicanor, Supremo, Serenade y Brutal redondearon una buena cifra, $61.555, mientras que los negros, que provenían de sangre probada de toros como Puntano (el padre "estrella" de La Cleides), West, Bismarck, Brando, Mister Angus, Front Range, Bon, Pistero y Robusto terminaron con un promedio de $57.200. Sin dudas es el año de los colorados, aunque sobre gustos no hay nada escrito.

Ayudaron también a la agilidad del remate las buenas condiciones comerciales que hay en la actualidad, gracias a la competitividad de un mercado con muchas tarjetas de crédito dedicadas al agro y la ganadería. Además de una bonificación del 6% por el pago de contado y 120 días libres con entrega de cheques de pago diferido, AgroNación viene ofreciendo en todas las subastas 360 días libres con el 6% de interés, una tasa muy por debajo de la inflación. El Galicia tiene 180 días sin interés y 360 con el 9%, BBVA 180 con el 1%, Bancor el 3,5% en el mismo plazo y el Supervielle hasta 130 días al 0%. Además, el flete era gratis a todo el país y la cabaña ofreció guardar la hacienda comprada hasta que esté toda vacunada, ya que está en pleno desarrollo la campaña contra la aftosa.

“Ésta es una cabaña muy joven, que por características propias del negocio ganadero seguirá siendo joven 20 años más. Pero dimos varios pasos adelante en estas dos décadas desde que llegamos a San Luis. Consolidamos una forma de trabajo que incluye preocupación por la genética, la conformación de toros moderados y adaptados a la zona semiárida”, aseguró Alessandro Radici, el hijo de Elena y quien dejó la comodidad de su departamento en Nueva York para hacerse cargo de la cabaña hace ya dos años. “Este año siguen saliendo hijos de Puntano, pero en el próximo ya veremos los primeros frutos de los toros puros de pedigrí que compró La Cleides en la Rural de Palermo, gracias al trabajo de Alejandro Sánchez (veterinario, responsable de la cabaña), Néstor Chiaravalli (genetista) y la familia Mondino, que nos acompaña desde el primer remate”, cerró el joven.

También Roberto Mondino recordó aquellos primeros años, cuando él y su familia recién asomaban por San Luis. “Venía a los remates de Muse Abdallah y allí contaban de unos italianos que habían comprado muy caro unos campos poco rendidores. Y acá los tienen, son los dueños de La Cleides. Don Radici se enamoró para siembre de esta provincia, decía que había comprado en un lugar maravilloso, donde el sol se escondía en el horizonte. No estaba loco, a él, a Elena y a todos ellos les debemos mucho”, fue el reconocimiento del consignatario hacia la familia organizadora.

Y en primera fila estaban Elena y Alessandro, atentos al orden de venta, anotando precios y confirmando algunas presunciones. La primera, que los toros que hacen en su campo de cría del sur son de primer nivel, porque siguen saliendo como pan caliente a los precios esperados. “Metan la mano en el bolsillo ahora y después van a vender los terneros más caros”, seguía empujando Mondino a los más remisos, apoyado en su muletilla habitual cuando de los tercetos quedaba uno solo en pista: “¡Justo el que me gustaba a mí!”. Un fenómeno para las ventas, que por algo tiene tanto reconocimiento.

Tras un momento de zozobra en el que un toro encaró por todos los rincones de la pista a un apartador, que se saldó con el muchacho demostrando una velocidad envidiable, llegó el turno de las vaquillonas. “Hay varios amigos en la tribuna a los que les voy a recomendar el nutricionista al que va este chico”, jugó Mondino con algunas panzas que ya no podía recibir un bocado más…

Las vaquillonas puras controladas con garantía de preñez fueron saliendo en lotes de ocho o nueve y se vendieron con la misma rapidez que los toros. Primero aparecieron las de parición de primavera, robustas, de gran condición corporal y genética de punta. El que se llevó el primer lote, y el más caro, fue el propio Werthein, quien organizará su propio remate en la estancia "Gloria a Dios", de Batavia, a fines de la semana que viene. Pagó 35 mil pesos por ejemplares Angus negros hijas de Bismarck, Nicanor, Puntano y toros PP de la cabaña, que habían recibido servicio de West. El segundo lote viajó a Villa Mercedes por $28 mil cada vientre y enseguida el grupo La Paz reincidió con el segundo mejor precio (33 mil pesos) por otro grupo de vaquillonas negras. Las primeras coloradas, ya de parición de otoño 2018, fue para La Querencia en 28 mil pesos. El promedio de esta categoría quedó en un interesante $27.090.

Luego fue el momento de las 50 vaquillonas MAS (Madre Angus Seleccionada) con garantía de preñez, con nacimiento entre julio y agosto de 2015 y parición en estos días algunas y en marzo otras. Tan cerca están de dar el ternero que una tuvieron que dejarla en los corrales, porque había parido durante el remate. Aquí el promedio alcanzado fue de $23.680, mientras que las 130 vaquillonas MAS para entorar, que se repartieron entre el productor Julio Passaglia y el establecimiento Haciendas Río Quinto, hicieron $15.100.