Los escenarios elegidos fueron localidades del circuito serrano. Primero en la iglesia de El Volcán una funcionaria de la primera línea del gobierno provincial dio el “Sí”, en una ceremonia escueta y sobria. Después llegó la fiesta en un salón privado de la localidad de Potrero de los Funes. Arrancó con una recepción elegante y bien servida, un plato principal abundante (bondiola con mil hojas de papa) regado con muy buen vino o cerveza tirada. Para el baile, tragos canilla libre, previo a un postre exquisito. No hubo una sola queja de los invitados-comensales. La atención fue excelente y la comida y bebida dejaron “pipones” a muchos. También el bolsillo de todos quedó conforme, ya que la fiesta no corrió por cuenta de los novios, sino que cada invitado debió pagarse su propia tarjeta.
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