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Víctima de abuso negó haber sido atacada por su padrastro

La chica, que tuvo un bebé producto de la violación, cambió su declaración. Dijo que tuvo relaciones consentidas.

Por redacción
| 16 de noviembre de 2017
Acusados. Talma Negrón (de espaldas, a la der.) junto a su defensor. A metros de él, puebla (con bucles).

Si hoy Fidel Talma Negrón y quien era su pareja, Nil-da Puebla, están presos es porque hubo una denuncia y un juez tuvo pruebas suficientes para procesarlos, a él, por los abusos sufridos por la hija de Puebla –producto de los cuales nació un bebé, el año pasado– y a ella, como partícipe necesaria de los ataques sexuales. Pero ayer, cuando la víctima, que actualmente tiene 15 años, se sentó frente a los jueces, dio otra versión, que pone en una posición diferente a ambos acusados. Dijo que ella estaba enamorada de su padrastro, y que, aprovechando que su mamá estaba de viaje en Mendoza, fue una noche a la habitación donde el hombre descansaba, se quitó la ropa y se metió en la cama, porque quería tener relaciones con él. Aseguró que él inicialmente se negó y que al final, por insistencia de ella, él accedió.

 

La jovencita pidió declarar ante el tribunal, para decir, supuestamente, lo que en verdad ocurrió. Pero, a pesar de que fue ella quien solicitó estar allí, en varios momentos hizo silencio y costó que entrara en detalle, confió una fuente de tribunales.

 

El relato que la chica desplegó ayer es notablemente distinto al que dio en la Cámara Gesell el año pasado, cuando fue entrevistada por una psicóloga del Poder Judicial. Si bien antes no confirmó si esto sucedió sólo una vez o varias, dio información de una circunstancia en particular, había indicado una fuente, el martes. Y esas referencias dieron la pauta de que fue forzada, que sentía presión. Dijo, por ejemplo, que el hombre le había tapado la boca y que ella no había hablado de inmediato porque tenía miedo, informó la fuente.

 

Ayer, en cambio, su narración habló a las claras de un consentimiento. La fiscal de Cámara, Carolina Monte Riso, que deberá calificar el hecho y pedir la pena para los acusados, deberá repasar cada una de las pruebas incorporadas, cotejar los dichos anteriores y actuales de la víctima, y compararlos también con los otros testimonios que hay, para establecer cuál de las dos versiones es la veraz.

 

Si los sucesos fueron tal como afirma la menor ahora, la actual acusación por violación no podría sostenerse, y sí una por estupro, una forma de abuso cuya escala de penas es menor.

 

Una violación implica un sometimiento, un uso de la fuerza por parte del autor. En tanto que el estupro se da cuando un mayor, aprovechándose de la inexperiencia y la inmadurez sexual de un menor de entre 13 y 16 años, consigue que éste acceda al acto sexual.

 

Además de escuchar la narración en primera persona de la adolescente, el tribunal que preside Silvia Aizpeolea y que completan José Luis Flores y el camarista Hugo Saá Petrino –de la Cámara del Crimen 2– vio ayer las filmaciones de las entrevistas realizadas por psicólogas del Poder Judicial a dos hermanas menores de la víctima. También oyó los testimonios de una hermana mayor –que tiene a cargo a la adolescente y a estas otras niñas– y el de la pareja de ella.

 

Una de las nenas, que el año pasado, al momento de la denuncia y de la pericia tenía unos 12 años, manifestó “que ella nunca escuchó ni vio nada (entre la jovencita y el acusado). Que no sabía de quién era el bebé que esperaba su hermana. Que la relación general en la familia era buena, y que quería que su mamá salga de la cárcel”, resumió la fuente.

 

La otra, que tenía unos 9 ó 10 años cuando estuvo en la Cámara Gesell, aseguró “que Talma Negrón maltrataba a su mamá”, dando la pauta de que el vínculo de la pareja no era bueno.

 

Y recordó haber descubierto una siesta al acusado y a su hermana de 14 en una situación extraña, que narró con sus palabras. “No quedó del todo claro cómo eran los ambientes de la casa. Pero, según lo que contó la menor, ella entró en un lugar donde había una heladera y también una cama. Cuando fue a buscar un yogur, después de comer, vio a su padrastro estaba encima de su hermana, dijo que el hombre se movía hacia arriba y abajo, y que le decía a la chica que estaba rica”, refirió.

 

La nena indicó que le contó a su mamá lo que había visto, y que ella lo corrió a Talma Negrón, “aunque no está claro si esto ocurrió antes de la denuncia que hizo la hermana mayor de la víctima”, aclaró.

 

Pero el hombre regresó luego al domicilio de Puebla, con quien convivía desde hacía tres años. De hecho, cuando los detuvieron, residían juntos, y la chica embarazada estaba a cargo de la denunciante, en otra casa.

 

Ayer todas las hijas defendieron a la mujer. Afirmaron que se enteró del embarazo y de quién era el padre del bebé el mismo día que la hermana hizo la denuncia.

 

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