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El consumo en tiempos de “Cyber Monday”

Promociones, descuentos, días especiales destinados a compras voraces. Las estrategias de venta están a la orden del día y casi todas se basan en rebajas y opciones de financiación sin interés. ¿Oportunidades o fraude?

Por Florencia Espinosa
| 21 de noviembre de 2017
Foto: Shutterstock

El consumo en los tiempos modernos ya no se centra sólo en comprar lo que necesitamos. O quizás sentimos que cada vez necesitamos más cosas: la ropa nunca es suficiente, las zapatillas se gastan rápido, los celulares quedan “viejos” en apenas unos meses y el televisor ya nos resulta chico. La vorágine consumista hace que tengamos que encontrar nuevas formas y técnicas para poder acceder a las cosas que queremos sin sacrificar el sueldo entero. Cuotas extensas, promociones con tarjetas de crédito y días especiales de descuentos son algunas de las estrategias que inventa el comercio para no perder clientes y que los consumidores esperamos con ansias.

 

Este mes el “Cyber Monday” nucleó más de setenta mil productos de 430 empresas que se sumaron a la iniciativa, que consiste en tres días de ofertas y descuentos para comprar a través de internet. El primer día se vendieron hasta seis televisores por minuto; producto que compartió el podio junto con los aires acondicionados, las zapatillas, celulares y paquetes turísticos.

 

El evento comercial se realiza una vez al año y reúne igual cantidad de adeptos como detractores. Es que son muchos los que aseguran que las marcas “inflan” los precios unos días antes, para así presentarlos después con fantásticos descuentos. La realidad es que se pueden conseguir buenos precios si se busca un poco; al igual que sucedería en un mesón de saldos, donde hay que revolver para encontrar algo que reúna las tres B: bueno, bonito y barato. Es cierto que muchas tiendas no cumplen con lo prometido, o peor aún, promocionan una rebaja que al final no sobrepasa el 15%, pero también con un poco de paciencia podemos tener grandes hallazgos.

 

El Black Friday y el Hot Sale, otros dos días promocionales, funcionan de una forma similar, aunque a veces pueden repetirse más de una vez al año. Las tarjetas ofrecen varias cuotas sin interés (algunas llegan hasta 24) y generalmente lo publicitan como 48 o 72 horas de ofertas, pero en las últimas ediciones lo terminaron extendiendo toda la semana. El epicentro en estos días se da en las tiendas “on line”, pero varias cadenas de electrodomésticos y supermercados replican la iniciativa de forma presencial. De hecho, el Black Friday (viernes negro) surge de una tradición estadounidense y se celebra el viernes siguiente al Día de Acción de Gracias. Este año será el 24 de noviembre y es allí donde en el país del norte comienza la temporada de compras navideñas. Ese día los comercios lanzan rebajas irresistibles y, realmente, se desata una ola de histeria y consumo voraz digna de una película.

 

 Acá la financiación es clave, ya que es una de las exigencias más altas por parte de los consumidores. Un buen precio debe ir acompañado de la posibilidad de abonarlo en varias cuotas, si no sólo serán unos pocos afortunados quienes puedan adquirirlo con el método “tiki taka”. El uso de las tarjetas de crédito también aumentó en los últimos años y ya no se limita a ser un “segundo recurso”, sino que son aliadas indiscutidas a la hora de hacer las compras. Es que los bancos ofrecen una amplia variedad de descuentos a lo largo del año y hoy es natural mirar lo que queremos durante toda la semana, como un niño que se apoya expectante en la vidriera de una juguetería, pero comprar sólo en esos días. A través de las redes sociales o mails las marcas avisan los días especiales de descuentos, que generalmente oscilan entre el 20 y 30% dependiendo del segmento de clientes, y son en esas jornadas donde concretamos.

 

Sentimos que sin rebajas no podemos alcanzar los productos que deseamos, ya que los precios parecen cada vez más irrisorios; pero lo cierto es que las promociones son para ayudar al comercio, al que cada vez le cuesta más repuntar los números. En esos días el consumidor queda satisfecho porque siente que hizo “negocio” al comprar un par de zapatos a mil pesos menos. Pero, ante tantas ofertas, ¿quién nos asegura que dentro de los precios no esté ya estipulado el descuento que ya saben que harán? Suena un poco rebuscado, pero para conseguir buenas promociones es fundamental comparar, replantearse, hacer cuentas y sobre todo, armarse de paciencia. Es que atrás quedaron las épocas en donde comprábamos lo que queríamos cuando queríamos.

 

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