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Juzgan a una joven que mató a un hombre cuando tenía 16 años

Gimena Fernández estaba embarazada cuando le asestó dos puñaladas al hombre que había tenido un problema con su novio. 

Por redacción
| 22 de noviembre de 2017

En los siete años y ocho meses que pasaron desde que Gimena del Valle Fernández mató a puñaladas a Roberto Franco Albornoz, en el playón ubicado en Martín Güemes y Falucho, muchas cosas cambiaron. Ella tuvo el varón que esperaba cuando ocurrió el hecho, luego dio a luz a una nena y ahora que está sentada frente al tribunal que la juzga aguarda la llegada de otro bebé. Cursa, según ha manifestado, un embarazo de alto riesgo. Ayer, cuando inició el debate, se abrió la posibilidad de que la Cámara del Crimen 1 de San Luis la declare responsable del asesinato. Si eso sucede, quien deberá establecer el castigo que le cabe será alguna de las juezas de Familia y Menores, ya que tenía 16 años cuando acabó con la vida del hombre que tenía 20 más que ella.

 

Fernández tiene actualmente 23 años. Llega libre al debate oral. “Después del hecho, por disposición de la Justicia de Familia estuvo detenida durante un tiempo en la Comisaría del Menor. Pero la defensora de Menores, Marcela Torres Cappiello, hizo algunas presentaciones, ya que entendía que no era el lugar indicado para que estuviera, entre otras razones, porque estaba embarazada. Entonces un familiar se hizo cargo, ya que tenía pautas de conducta que cumplir”, resumió ayer una fuente.

 

Este pariente que se habría hecho cargo sería su padre. “Su mamá había fallecido un par de años antes del hecho. Aparentemente, ella estaba un poco rebelde, y su papá no podía contenerla. Ella estaba un poco en Nogolí, con el papá, y un poco con otros familiares, que vivían en San Luis capital”, continuó.

 

Justamente, el día del hecho, el 21 de marzo de 2010, estaba aquí, en la capital. Muy cerca del playón donde ocurrió la agresión vive una hermana. En ese entonces, la adolescente estaba de novia con un hombre apodado “El Coquelo”, que le llevaba varios años. Sería el papá de la criatura que esperaba.

 

Cerca de la 01:30, se juntaron en el playón con tres conocidos.  Uno de ellos era Albornoz, conocido en el barrio como “El Pelusa”. Otro era un hombre apodado “El Pampeano”, que está citado como testigo para los próximos días.

 

El altercado que habría determinado que Fernández acuchillara a Albornoz ocurrió en el ínterin que la adolescente fue a devolver un envase de cerveza que habían usado. Ella no vio nada, no presenció el problema que tuvieron su pareja y “El Pelusa”.

 

Al llegar, vio a su novio tirado, con una herida sangrante en la cabeza, producto de una caída por un empujón que le habría dado Albornoz. Cuando les preguntó a los otros dos hombres qué había ocurrido, le contestaron que el responsable había sido “El Pelusa”.

 

“Aparentemente, ‘El Coquelo’ sufrió una fisura en el cráneo. Tuvo una convulsión, y horas después le dieron el alta. Lo que no está establecido es si, cuando el otro lo empujó, él empezó a convulsionar y se cayó y golpeó, o si convulsionó como consecuencia del golpe por la caída. La cuestión es que quedó inconsciente”, indicó.

 

La reacción de la chica fue singular: por alguna razón, ella no se quedó allí con su novio, para cuidarlo mientras llegaba el auxilio o para evitar un eventual nuevo ataque. Fue a la casa de su hermana, tomó un cuchillo, regresó al playón, ubicó a Albornoz y le dio al menos dos puntazos. Uno le tocó el pulmón y otro, el corazón, contó la fuente. “A los otros dos hombres que estaban allí, les dijo ‘creo que me la mandé’. Uno la señaló como agresora. Y algunos familiares de Albornoz, que habían ido al lugar, se le fueron encima. Supuestamente la empujaron y empezaron a patearla cuando estaba en el piso”, refirió. La Policía logró sacarla y la llevó a la Comisaría del Menor, para que quedara al resguardo.

 

“El Coquelo” fue trasladado a un centro de salud, en un taxi. Casi en simultáneo llegó la ambulancia que llevó a Albornoz al Hospital San Luis.

 

Un hermano de la víctima que declaró ayer, dijo que cuando llegó al hospital, ya había muerto. Un policía, en cambio, refirió que él entró al shock room, donde los médicos intentaron, sin éxito, reanimarlo, relató la fuente. Ayer también dieron testimonio otros efectivos que trabajaron en la instrucción de la causa.

 

Al inspeccionar la escena, la Policía encontró un cuchillo Tramontina, que sería el que empuñaba la menor, y que fue secuestrado. Aparentemente, en la casa de su hermana había una puerta rota, y ese cubierto solía estar cerca de la abertura, ya que lo usaban para poder abrir.

 

Según algunos testimonios, Albornoz no era una persona fácil de tratar y había tenido inconvenientes con algunas personas, porque iniciaba discusiones o peleas. Quizás su adicción a las drogas incidía en eso.

 

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