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Procesaron al conductor ebrio que atropelló y mató a un compañero de trabajo

También le dictaron prisión preventiva, pero no irá a la cárcel porque ya le dieron la excarcelación. El accidente ocurrió el jueves a la noche, camino a Tilisarao. 

Por redacción
| 22 de noviembre de 2017
Para salir. El Chevrolet Corsa de Cuello, secuestrado en la comisaría, fue ofrecido como fianza. Foto: Comisaría 23ª.

Hace una semana, Walter Fabián Cuello ni siquiera hubiera imaginado estar en la situación en la que está desde ayer: procesado y con prisión preventiva por haber matado a un compañero de trabajo. El jueves a la noche, el hombre atropelló a Luis Ezequiel Villegas en la ruta 40 y le provocó la muerte en forma instantánea. Sin que el hecho deje de ser un accidente desafortunado, la situación del conductor podría haber sido más leve si no hubiese estado alcoholizado y si no se hubiera marchado del lugar del percance, aunque haya sido para pedir ayuda, como dijo. Patricia Besso, jueza Penal de Concarán, le imputó el delito de homicidio culposo agravado, por considerar que “creó” un peligro e incurrió en una imprudencia que acabó con una vida. No obstante ello, hoy quedaría libre.
Cuello tiene 44 años y al igual que la víctima, que tenía 24, trabajaba en la molienda Crislau, de Tilisarao.
El jueves, a las tres de la tarde, luego de cumplir con su jornada laboral, ambos comieron sánguches en un negocio del pueblo y luego se trasladaron junto a otro compañero hasta la localidad de Renca. Allí compraron cinco cervezas, que bebieron casi en su totalidad bajo el puente de la ruta 40, según declaró Héctor Matías Sosa, el tercer integrante del grupo.
Villegas había ido hasta allí en su Corven 110 negra, que, según refirió Sosa, había comprado apenas unos días antes del accidente; Cuello se movilizaba en su Chevrolet Corsa gris, ahora secuestrado en la Comisaría 23ª de Tilisarao.
Minutos antes de las 22:30, Sosa decidió volver a su casa, en Renca, y sus compañeros emprendieron el regreso a Tilisarao, cada uno en su vehículo. Villegas hizo casi tres kilómetros a oscuras, porque hay un tramo de la ruta en el que las luminarias no funcionan, sumado al hecho de que la moto no tenía luces, hasta que embistió a un grupo de cuatro ciclistas que circulaban por su mismo carril.
En la ampliación de su declaración, ante Besso y el fiscal Carlos Leloutre, Matías Amaya, uno de los ciclistas, contó que escuchó que “venía una moto". "Pasó al lado mío, muy cerca, y lo chocó a Gonzalo (Nievas Aimale). En ningún momento el motociclista atinó a frenar, es como si viniera ciego. Una vez que cayó vi una botella de cerveza Isenbeck, que estaba tirada al lado de la banquina”, afirmó. Sus dichos coincidieron con los de Sosa, que dijo que la víctima emprendió el viaje con una botella a medio terminar entre las piernas, y además, sin casco protector.
De los cuatro jóvenes que iban en bicicleta Villegas impactó a tres, que se incorporaron casi de inmediato. Pero él quedó “inerte en el piso, sin signos de querer levantarse ni nada por el estilo. No movió ninguna de sus extremidades, parecía muerto”, refirió Amaya.
Antonio Luna, compañero de Amaya, declaró que Matías “se paró en la ruta a hacer señas con el celular y las manos a un auto que venía lejos. Se veía la luz. Le gritábamos y hacíamos señas, pero cuando vimos que venía fuerte nos hicimos a un lado. A mi criterio el auto venía fuerte, porque se veía de lejos y no sé en cuánto tiempo, pero se vino encima, fue una cosa de segundos”, y arrastró varios metros a Villegas y tres bicicletas que habían quedado en el camino.
Los testigos dicen que Cuello frenó a unos 30 metros del impacto y que, al bajar, se tambaleaba y trababa al hablar, en evidente estado de ebriedad. Incluso que, cuando dio una vuelta en U para saber qué había sucedido, les confesó que había estado bebiendo con el motociclista.

 

Se fue
El conductor les dijo a los jóvenes que se iba a pedir ayuda, cuando ellos ya la estaban solicitando por celular. Según informó la Policía, una auxiliar que ayudaba a preservar la escena del choque lo demoró casi una hora después, cuando Cuello supuestamente regresaba al lugar en el que había quedado Villegas.
Ya en la comisaría, un efectivo de la Policía Caminera le practicó un alcohotest, que arrojó que tenía 1,67 gramo de alcohol por litro de sangre, el triple del permitido para manejar.
El viernes, la jueza Besso mutó la demora del chofer en detención y lo citó a declaración indagatoria el domingo a la mañana, por el delito de homicidio culposo agravado. Por recomendación de su abogado, Daniel Flores, Cuello se abstuvo de declarar, tras lo cual fue trasladado nuevamente a una celda de la Unidad Regional III, en Concarán.
Sin prórroga de la detención, a la jueza comenzó a correrle un plazo de 48 horas para decidir y ayer, a horas de que venciera, decidió procesar con prisión preventiva al conductor, al considerar que fue imprudente y que no tuvo los cuidados mínimos para estar al mando de un vehículo, lo que derivó en la muerte de una persona.
Además del resultado de la prueba de alcoholemia, Besso también tuvo en cuenta “la conducta adoptada por el encartado al momento del arrollamiento”, es decir, el hecho de que se haya ido de la escena y que motivó su búsqueda por parte de la Policía.

 

Va a quedar libre
El sábado, Flores presentó un recurso de eximición de prisión para Cuello, argumentando que “el imputado tiene registrado en esta provincia su domicilio… el cual comparte junto a su núcleo familiar. Que es una persona de trabajo y de muy escasos recursos, que goza de una conducta irreprochable y de buen concepto en la totalidad de la comunidad, a lo que debe sumársele el hecho de que, en caso de ser concedido el beneficio, no tratará de eludir la acción de la Justicia”.
Ayer, el letrado explicó que, dictada la prisión preventiva, ese pedido mutó automáticamente en una solicitud de excarcelación, que le fue concedida ayer mismo. A modo de fianza, el defensor ofreció como caución el auto de su cliente, es decir, el Chevrolet que le causó la muerte a Villegas.
Solo restaba que la Cámara Penal de Concarán diera el visto bueno sobre el ofrecimiento para que el imputado recuperara la libertad, algo que probablemente ocurra hoy.

 

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