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Puntanos y sanjuaninos recuerdan el sismo que destruyó San Juan

Cuarenta años después, dos fotógrafos y dos sobrevivientes relataron la catástrofe.

Por redacción
| 23 de noviembre de 2017
El día después. La portada de El Diario de San Luis del 24 de noviembre de 1977, refleja el desastre.

A cuarenta años del terremoto que azotó a San Juan el 23 de noviembre de 1977; sanjuaninos y puntanos recordaron el trágico fenómeno que dejó unas 125 víctimas fatales (según los datos oficiales), 10 mil viviendas destruidas y el temor permanente de la repetición de un fenómeno que podría compararse con una "Hiroshima natural", que alcanzó 7.5 grados en la escala de Richter.

 

Una de las sobrevivientes al trágico episodio, fue Carmen Fernández, quien al momento en que el temblor tuvo su mayor capacidad destructiva, cursaba el último año de la secundaria.

 

"Eran como las 7 y todavía estaba con mi hermana en el comedor de la casa de mis padres. Sentimos como si un camión se estacionara en la calle, miramos y no vimos nada, era como un bramido. Después mi mamá empezó a escuchar los gritos de los vecinos pero no tomábamos conciencia de lo que estaba pasando. Sentimos como venía desplazándose hasta que empezó a temblar todo. Mi papá siempre nos decía que nos colocáramos en el umbral de la puerta y es lo que hicimos, no salimos de la vivienda porque empezaron a caerse unas paredes que no tenían columnas", dijo Fernández, quien recordó la impresión que la invadió al ver cómo los artefactos y muebles del hogar se desplazaban como si una mano invisible los estuviera moviendo.

 

La tensión en la población persistió por varios días, inclusive durante la primera semana los vecinos de las distintas barriadas sanjuaninas durmieron a la luz de la luna, algunos incluso instalaron carpas en las calles por el temor que les causaban las repetidas réplicas que se sucedieron, hasta unas cincuenta diarias.

 

"Estábamos con mi familia en casa durmiendo y todo empezó a moverse repentinamente, seguido de un zumbido muy fuerte. Lo primero que hicimos con mi madre fue salir a la calle como estábamos, en camisón y ropa interior. No podíamos escucharnos por el ruido, nunca me voy a olvidar cómo la calle muy ancha sobre la que vivíamos, se ondulaba en un ida y vuelta. Fue impresionante", dijo Omar Riera, otro nativo de San Juan que se instaló en San Luis en la década de los ochenta.

 

Cuando las malas noticias trascendieron las fronteras interprovinciales, un equipo periodístico del entonces El Diario de San Luis, viajó para hacer la cobertura de la catástrofe.

 

"La ruta estaba partida al medio por una griega gigantesca, era un desastre, las autoridades no nos dejaban avanzar hacia la zona más conflictiva. Recuerdo que el presidente (Rafael Videla) visitó Caucete estaban todas las casas caídas, no quedó nada en pie. El temblor se sintió hasta en San Luis donde la gente salió asustada a la calle de pijama. En la Casa de Gobierno vieja los ordenanzas se tiraron desde el primer piso por el susto que tuvieron", afirmó Héctor "Tino" Videla, el reportero gráfico enviado por El Diario, que en su edición de hace exactamente cuatro décadas informaba: "Tres escuelas y el hospital (de Caucete) resultaron destruidos junto a innúmeras viviendas de adobe y también una bodega de Cavic, habiéndose recobrado hasta esta noche (por el 24 de noviembre de 1977), 24 cadáveres entre las ruinas".

 

Ante la magnitud de la tragedia, el entonces gobernador de San Luis Hugo Raúl Marcilese, envió una comitiva sanitaria a San Juan, integrada por siete médicos, ocho enfermeras, un instrumentista, un asistente social, obreros y técnicos en saneamiento ambiental, según relata el periódico.

 

"Habíamos estado el día anterior por la cobertura de una visita oficial y volvimos en la jornada posterior en avión para cubrir el desastre que dejó el terremoto. La primera imagen que tengo de esa mañana, era tremendo el humo espeso que había en el ambiente y un olor penetrante como a azufre. Además, en algunas zonas se veía como salía agua de la tierra a través de explosiones. Cuando llegamos a Caucete el panorama era desolador: viviendas derrumbadas por completo y rutas cortadas, nunca vi algo similar, las ambulancias iban y venían llevando muertos y heridos que eran los habitantes de las casas más precarias", dijo Johnny Díaz, que se desempeñaba como fotógrafo del Gobierno.

 

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