Actuar para vivir

Un nuevo aniversario de la lucha contra la violencia de género, hace un par de semanas, fue la razón  por la que Nuria Frederick Opfinger estaba tendida en el suelo ultimando los detalles escenográficos de su obra “Las marcas de la marea”. La actriz se levantó, acomodó su alborotado pelo rubio y sonrió, dispuesta a conversar con ETC en Buenos Aires, donde está radicada hace algunos años.

Nuria tiene 31 años, nació en San Luis y egresó como maestra de Nivel Inicial en la Universidad Nacional de San Luis. Sus inicios como actriz fueron en Teatro Estudio Arte –TEA- y luego se asoció al clan Machado Wald. “Gustavo (Machado) era un gran maestro y muy pasional, ahora está mirando desde arriba. Él sentó mi pasión, me encantó que fuese mi maestro”, recordó Nuria al hacedor de actores fallecido hace poco menos de dos años.

Los estudios universitarios no serían una limitación para que Frederick ejerciera su pasión. Cursó y rindió las materias de la escuela rápidamente mientras integraba el elenco  universitario. Con los objetivos bien claros, tomó su título de docente y viajó a la gran ciudad para comenzar una nueva vida como actriz.

“No quería empezar una nueva carrera universitaria, mi idea era aprender con los mejores maestros”, dijo la actriz, que dio sus primeros pasos porteños en el teatro “El ojo” con Luis Agustoni de maestro. Entre risas, Nuria recordó que empezó estudiando con Agustoni pero que la confianza de los cinco años en su elenco la llevaron a dirigir, producir y finalmente ser asistente del maestro.

Poco a poco, la actriz se formó con grandes maestros de la comedia y la tragedia. Algunos de ellos fueron Inés Estévez, Juan Carlos Gené y Helena Tritek.

Sin dudar ni titubear Nuria dijo que lo que más le gusta hacer en la vida es actuar. Pero su curriculum de arte es muy amplio. Dirigió la obra “Estados de gracia”, que fue montada en un mes y reúne amigos actores de Nuria. Al respecto, la puntana aclaró que no es directora pero que de todos modos se animó a emprender el rol. “Me llega a escuchar algún director en serio y me mata”, bromeó.

En su carrera, la joven hizo publicidades para Quilmes y Oca, participó en un episodio junto a Antonio Birabent en la novela “Viudas e hijos del rock and roll”, dirigida por Sebastián Ortega, y fue actriz de videoclips del grupo de rock rosarinos "Elvira Rock Dog" y de varios del under porteño.

Filmó en San Luis la película “Tierra roja”, donde tiene un papel preponderante, y espera el estreno de una miniserie web llamada “Mi futura cuñada”.

La lista de obras de teatro en las que participó es extensa. Actualmente trabaja en una pieza que cumplirá dos años y es una producción colectiva entre Nuria y Sebastián Mallo.

“Dentro del teatro se puede generar trabajo y desde que estoy en Buenos Aires trabajé para tener por lo menos una obra al año”, resaltó Nuria, satisfecha con su presente.

Al hablar de la actuación, la felicidad en la cara de Nuria es única. Una de las formas que encontró la joven artista para fusionar su pasión con su título de grado fue haciendo coaching de actores, una pre-preparación para que los intérpretes aprendan a presentarse a un casting o representar un personaje.

"Las marcas de la marea", la obra con la que vino a San Luis un par de veces, ya estaba por empezar su función porteña, pero la puntana se tomó su tiempo para hablar de su provincia: “Vuelvo a San Luis para llevar mi arte y compartir lo que hago acá. Ya llevé tres obras y sueño con filmar allá y aprovechar todo lo que tiene mi provincia”.