Alumnos del secundario hicieron una bici especial para un niño con capacidades diferentes

A pesar de que ya terminaron las clases y no se llevaron materias, tres alumnos de la Escuela Nº 9 "Domingo Faustino Sarmiento", ex Industrial, trabajan incansablemente para terminar una bicicleta adaptada para poder transportar a personas discapacitadas. Este miércoles se la entregarán a Mateo Quiroga de 2 años que tiene problemas motrices.

Mientras algunos están relajados disfrutando de sus vacaciones, Emilio Perez, Rocío Villanon y Ezequiel Pedernera se pasan largas horas soldando. Ellos tienen un objetivo en común, la solidaridad.

En el último día de la semana, el taller de la ex Industrial seguía con mucha actividad. A pesar de las altas temperaturas los alumnos estaban concentrados en su trabajo final. Todas las máquinas funcionaban sin parar y no había tiempo que perder. “Le estamos haciendo los últimos retoques”, dijo Rocío, mientras lo ayudaba a Emilio a sostener el manubrio de la bicicleta. “Este proyecto nació el año pasado, la hemos ido modificando para que sea más liviana y práctica a la hora de transportarla”, expresó la alumna mientras no descuidaba lo que estaba haciendo.

Ezequiel, quien vestía un guardapolvo azul, no le perdía pisada a sus compañeros. Él fue el encargado de contar cómo se gestó esta idea. “Todo comenzó el año pasado cuando el profesor nos dio la consigna. Nosotros decidimos presentarle una bicicleta para que personas con discapacidad motrices puedan disfrutar de dar un paseo”, comentó y agregó que siempre recibieron el apoyo de los docentes. “Nos dieron el sí y no pusimos a trabajar inmediatamente. En muchas oportunidades ellos mismos nos dan dinero de su bolsillo para que podamos tener todos los materiales”.

Sobre la bicicleta el joven comentó que era una común, sólo que a esta le hicieron algunas modificaciones. “Primero la cortamos a la mitad para poder adaptarle el carro y de esta manera poder subir la silla de rueda. Tiene dos rampas y la idea es que se pueda desmontar para que sea trasladada en cualquier vehículo”,  relató y agregó que la misma está hecha con materiales reciclables. “La mayoría de las cosas las sacamos del colegio. Reutilizamos unos caños de unos bancos que estaban rotos”.

Las horas pasaban y los chicos nunca perdieron el entusiasmo, siempre firmes y convencidos de lo que estaban haciendo. Rocío en silencio repasaba lo que habían logrado en más de un año. “Es increíble poder verla casi terminada y más saber que se la vamos a entregar a alguien que realmente la necesita”, resaltó.

Los tres alumnos parados uno al lado del otro contaron el momento en el que decidieron donar la bicicleta. “El mes pasado se realizó en la plaza Pringles la semana de la escuelas técnicas y entre todos los trabajos que había estaba el nuestro. Más de uno se acercó para verla y quedaban sorprendidos”, manifestaron los jóvenes y expresaron que ahí fue donde tomaron la decisión de donársela a Mateo Quiroga, un niño de dos años con problemas motrices quien resultó ser hermano de un estudiante de su escuela. “El día de la exposición Mateo se subió, en un principio estaba asustado pero después su cara de felicidad nos conmovió, era la primera vez que andaba en una bicicleta”, relataron y también agregaron que la mamá del niño trabaja en la cooperadora de la escuela y siempre lo lleva alzando. “La mujer es muy delgada y tiene que hacer mucho esfuerzo para poder trasladarlo por eso decidimos que él tenía que ser el futuro dueño. Hace una semana atrás la fuimos a buscar y le dijimos que se la íbamos a dar porque habíamos visto la felicidad de su hijo. Se puso contenta y lloraba. Cada tanto se da una vuelta por el taller para ver cómo está quedando”.

La solidaridad y el trabajo en equipo fue lo que unió a estos tres jóvenes que pusieron todo para que Mateo pueda disfrutar de una vueltita en bicicleta. “Le tomamos las medidas al nene y nos pusimos en movimiento. Tenemos como fecha límite el 20 de diciembre, que es el día que se la vamos a entregar”, aseguraron los alumnos y manifestaron que trabajan muchas horas para poder llegar tranquilos. “Hacemos doble turno, venimos mañana y tarde. Muchos nos preguntan por qué, si tenemos buenas notas, seguimos viniendo. Nosotros sabemos que estamos acá para ayudar a alguien que lo necesita, eso nos hace muy felices y nos pone orgullosos de lo que hemos logrado. El año que viene tenemos pensado hacer dos más para entregarlas en el interior de la provincia y seguir con esta buena causa”, concluyeron.