El artista Tomás Saraceno realizó una muestra de arte contemporáneo en San Luis

No es exagerado decir que hoy por hoy Tomás Saraceno es uno de los artistas más prestigiosos del mundo. Radicado en Alemania hace 16 años, el  creador que pasó su adolescencia en San Luis conquistó los cielos del mundo con su proyecto "Aeroceno" y ayer dio una muestra de su talento en San Luis, donde experimentó con los escenarios naturales de dos localidades.

Al menos una vez al año, Tomás regresa a su tierra donde sus padres lo esperan en El Durazno. En esta nueva visita, llegó junto con su equipo de colaboradores para probar el proyecto en el lago de La Florida, ayer a la mañana, y en el cielo de La Toma y Juan Llerena, por la tarde. 

Arquitecto de profesión, Tomás mezcló sus conocimientos con el arte, la ciencia y la tecnología y creó un proyecto de globos que buscan unir el cielo con la tierra. "Vivimos en la era del antropoceno, que es la era en la que el ser humano dejará una huella geológica por la cantidad de plásticos que generamos. Lo que proponemos es una nueva era en la cual el ser humano aprenda a relacionarse con la atmósfera y el planeta de una manera amistosa", expresó Joaquín Ezcurra, colaborador estrecho de Tomás.

Saraceno piensa que existe una nueva relación del ser humano con la atmósfera y que de a poco se puede lograr una interacción más provechosa. "Estamos en una comunidad que crece, tenemos otra conciencia. Lo que uno siente al tener el globo en la mano son los movimientos de la atmósfera. La primera forma de pensar en una nueva relación es a través de las sensaciones", explicó Joaquín. 

El inventor, por su parte, que habla poco y se desenvuelve con la naturaleza, contó que el material que utilizan para que este globo ascienda o permanezca en el aire es solamente la energía solar. "No tiene quemador ni tiene helio. Lo que hacemos es encerrar el aire, esperar que vuele y podemos cargar hasta una carga útil que puede ser de dos a seis kilos", aseguró.

Durante la mañana, Saraceno invadió el lago de La Florida junto con su gente y un grupo de globos que decoraron las aguas. "Fue un día especial porque vinimos específicamente para probar la relación con el agua. Volamos dos globos, aterrizaron en el agua y volvieron a despegar", contó Joaquín. Además agregó que en Berlín pudieron observar que los globos pueden llegar hasta 16 kilómetros de altura y  volar 800 kilómetros. "Surgió una hipótesis sobre que los globos pueden llegar a dar la vuelta al mundo", explicó Ezcurra.  

Durante la tarde, Saraceno logró que el globo sobrevolara los cielos de La Toma y Juan Llerena. "Fue un vuelo libre, el primero que se realizó en Argentina con globos de este tipo. Trabajamos en colaboración con autoridades y fundaciones para tener toda la parte legal sin problemas y poder experimentar", contó Joaquín. 

El globo despegó en La Toma, ascendió aproximadamente media hora hasta llegar a los 3.011 metros sobre el nivel del mar y luego comenzó el  descenso lento. Recorrió alrededor de 15 kilómetros hasta terminar en Juan Llerena.

"Fue seguido con algunas tecnologías comerciales modificadas. Tenemos una radio que se comunica con una placa del globo y el globo le comunica donde se encontraba. Además la radio se conectó a un teléfono que nos guió", explicaron. 

El proyecto ya fue probado en Buenos Aires, Jujuy, India, Dubai, Nueva York y países de Europa. "Generamos mucho conocimiento porque cada persona que hizo el experimento, volcó lo aprendido en un foro online vinculado con gente de todo el mundo que se suma, opina y aprende", concluyó Joaquín.