En Argentina se nota un retroceso de los glaciares

Vicente Barros es el miembro argentino del comité ejecutivo del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y participó de la cumbre de Copenhague que se realizó el 11 de noviembre de 2014 donde se presentó el quinto informe, que fue el resultado de un trabajo realizado por 800 científicos de 90 países que evaluaron 30 mil investigaciones sobre cambio climático publicadas en revistas científicas desde 2007.

Una de las conclusiones fue que “los impactos del cambio climático se están observando en todos los continentes”, destacó Barros, doctor en Meteorología. Si bien el trabajo es a nivel mundial, los estudios marcan que en la Argentina hubo un retroceso de los glaciares, aumentos en el promedio anual de precipitaciones en el este del país y de la frecuencia de las lluvias denominadas intensas o extremas.

 Durante el último verano en el país el agua, el fuego y los aludes alteraron el equilibrio natural y provocaron severos trastornos sociales que ocuparon la portada de los medios de comunicación. El agua fue un personaje destacado y transformó los campos y poblados en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.

Pero en marzo y abril se reeditó con las tremendas inundaciones de Comodoro Rivadavia, Santiago del Estero, además de los aludes en Jujuy y Tucumán. Además, un millón y medio de hectáreas fueron incendiadas en la provincia de La Pampa con miles de damnificados y cientos de acusaciones cruzadas entre gobernantes y chacareros.

Barros dijo que hay otro punto de encuentro entre las inundaciones, los incendios forestales y los aludes, además de convocar a los noticieros con el zócalo de catástrofe: “La ausencia de prevención, la crisis de ordenamiento territorial y la creciente vulnerabilidad de la población o sus actividades económicas frente a inclemencias de la naturaleza que llevan muchos años operando sobre el planeta”.

Alteración del clima

El “aumento de las temperaturas mínimas” y el “incremento de la cantidad de tormentas severas”, son los indicadores “más claros” de la repercusión del cambio climático en nuestro país, según evaluó la directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) Celeste Saulo. Y citó como ejemplo la temperatura récord de 17,5 grados centígrados registrada en 2015 en la Base Esperanza de la Antártida Argentina.

“La reducción de los casquetes de hielo polar se traduce en un incremento de aguas dulces que van a los océanos y aumentan el nivel del mar. Ese proceso implica grandes cantidades de energía que se ponen a disposición de la atmósfera y alteran la circulación oceánica”, detalló la experta a la agencia Télam. Sobre el caso puntual del territorio argentino, la titular del Servicio Meteorológico evaluó que “son indicadores claros” el aumento de temperaturas mínimas y la frecuencia de tormentas severas.

“No es que llueve más en un mes, sino que eso que antes llovía a lo largo de 30 días, ahora precipita de forma más concentrada en unas pocas jornadas”, precisó. Saulo también se refirió a la postura que deben tomar las autoridades frente a este tipo de variaciones y se pronunció a favor de la generación de “ciudades resilientes”.

Según su explicación, “en el mundo hay un fuerte impulso a tomar decisiones urbanas de una manera que atiendan a este tipo de fenómenos naturales. El cambio climático no es quedarse mirando por la ventana. Implica mitigación y adaptación. Los gobiernos tienen la responsabilidad de tomar acciones. Eso es hablar de cambio climático. El resto es un eslogan”.

También consideró que los organismos de todos los niveles deben “aunar esfuerzos” para “fortalecer las redes de observación”, porque “de esos datos surgirán las medidas que deberán implementarse a futuro”, indicó la directora del Servicio Meteorológico.

Ya se perdió el 12% del bosque

Un estudio elaborado por técnicos del Banco Mundial, titulado "Argentina, un análisis ambiental del país", asegura que el costo de la degradación ambiental representa el 8 por ciento del PBI anual para el país. Según ese informe los mayores causantes serían la deforestación, la degradación de los suelos (3,6%) y la contaminación del aire (1,8%). También señala que las inundaciones son la mayor amena-za ambiental en el país, que el 90% de la población argentina reside en áreas urbanas y que los desafíos ambientales se refieren principalmente a la contaminación del aire y el agua, el deficiente manejo de los residuos y la exposición a riesgos naturales, en especial los anegamientos urbanos.

El contenido del estudio se dio a conocer en octubre del año pa-sado, fue elaborado por expertos y consultores de ese organismo, que según afirman “se limita a los problemas más importantes atinentes a la gestión y degradación ambiental”.

También destaca que entre 2001 y 2014, Argentina perdió más del 12 por ciento de sus bosques, lo que representó el doble del promedio mundial y equivalente a perder un bosque del tamaño de un campo de fútbol por minuto. Además, informa que en el mismo período “la Argentina se posicionó novena en la pérdida de cubierta forestal a escala global, y en la provincia de Santiago del Estero se dieron los mayores niveles de desmonte en el mundo. Casi toda la deforestación (93%) ocurrió en el norte de la Argentina”.