14°SAN LUIS - Jueves 25 de Abril de 2024

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Los márgenes se achican y la faena incrementa

La faena de hembras crece, y eso tiene que ver con tres cuestiones centrales. Por un lado, la superficie ganadera tiene un límite que, en muchos casos, ya fue alcanzado. Por otra parte, hubo un proceso de reducción de la rentabilidad, especialmente de la cría, en casi todas las zonas productivas. Finalmente, hay que señalar que las expectativas de mejora de las políticas económicas y sectoriales del país, no se cumplieron como se esperaba.
Con relación al primer punto, hay que destacar que la faena de hembras aumentó hasta representar un 43% del total, lo que indica que la retención se terminó pero que no hay liquidación. De hecho, mientras la faena de terneras y vaquillonas incrementó en torno a un 18%, la de vacas creció menos del 10%, una señal de que el productor retiene el vientre probado.
En el caso de la rentabilidad de la cría, los modelos que publica en forma trimestral el Ministerio de Agroindustria dan cuenta de una suba de los costos que se traducen en resultados económicos menos buenos que los que había el año pasado. 
Para San Luis se presentan dos modelos. El primero es el de la zona semiárida, con una superficie de 2.100 hectáreas y un rodeo de 450 vacas, un destete del 70% y una producción de 34 kilos de carne por hectárea. En ese caso el margen bruto por hectárea es de $565, cuando el año pasado era de $586. 
El otro modelo es en la zona árida. Se toma como referencia un campo de 3.000 hectáreas con un rodeo de 350 vacas, destete del 65% y una producción de 17 kilos por hectárea. Allí, el margen bruto es de $315 contra los $328 del año pasado.
En todos los análisis hechos por los técnicos del Ministerio de Agroindustria el resultado es positivo, pero también es cierto que se evidencia un achique de la rentabilidad.
El documento elaborado por los técnicos de la cartera agropecuaria destaca que “los resultados de la cría y el ciclo completo variaron en muy escasa magnitud. Avanzada la zafra, el precio del ternero de invernada se estabilizó y en algunos casos se registraron precios apenas más altos que en febrero. La vaca de descarte se movió en sentido inverso. Si bien –a moneda  constante- los resultados son inferiores a los de temporadas pasadas, todavía permiten una rentabilidad aceptable, al menos en los modelos con buenos índices productivos y escala adecuada”.
Luego el informe agrega que “los beneficiados de esta situación están siendo los planteos de invernada, con muy buenos resultados puntuales, independientemente del grado de intensificación. El modelo de invernada con suplementación compite ventajosamente en estos momentos con todos los cultivos agrícolas de rendimientos promedio”.
La suba de los costos ganaderos y la caída en los precios de la hacienda también son reflejadas por la publicación especializada en costos márgenes agropecuarios. Allí destacan el incremento de los costos de estructura de la cría y de la invernada, también los del gasoil y por consiguiente los del flete, al tiempo que el valor del novillo medido en dólares tuvo una leve caída. Además, no acompañó la evolución de la inflación ni del valor de los insumos ganaderos.
En esa línea, el consultor y analista de mercados Matías Sara comentó que “los márgenes de la cría está achicándose, aunque siguen siendo positivos. Todos los costos van subiendo: personal, impuestos, combustible, las pasturas, la sanidad, todo sube en línea con lo que indica el índice inflacionario, todo menos el precio de la hacienda que tiene un marcado retraso”. 
El tercer punto que indicamos en el arranque de esta nota tiene que ver con las expectativas no cumplidas de la política económica, lo que explica en parte la mayor faena de hembras. En su momento, dijimos que el optimismo que reinaba en el sector estaba sobredimensionado y que tenía más que ver con el fin del ciclo que tanto daño causó a la ganadería que con un cambio real en el contexto económico. Es cierto que la quita de trabas no fue menor y que liberó las fuerzas oprimidas, pero también es real que las cuestiones de fondo no se resolvieron: sigue faltando competitividad para exportar, el consumo está deprimido y la inflación bajó pero todavía está por encima del 20% y los precios de la hacienda no reflejan esa suba.

 

Oferta ganadera
Entramos en el período del año de mayor oferta de gordo. Se espera que para agosto comience a salir el ganado encerrado en los corrales durante el primer semestre. Lo que no sabemos todavía es cómo llegará ese ganado al mercado. 
Hay feedloteros y analistas que sostienen que habrá un período largo de ofrecimientos porque se diversificaron los procesos productivos: están los que engordan terneras, lo que encierran machos sin  recría y los que incluyen la recría a corral o en el campo. Esas diferencias en los planteos llevan a que la hacienda no se termine en el mismo momento y si bien será notable e inevitable el incremento en los ofrecimientos, no habría un pico tan marcado. 
Además está de por medio el factor clima. Se espera una primavera lluviosa, con precipitaciones por encima de lo normal, lo que podría afectar el traslado de hacienda y la terminación de lo que está previsto sacar de los corrales a partir de setiembre u octubre.
La mayor oferta de carne vacuna  está garantizada, como también será alta la de pollos, aunque las empresas avícolas estén intentando una nueva reducción en sus faenas. En efecto, recientemente se conoció que el mayor fabricante de pollos del país cerró una de sus plantas en Entre Ríos. La preocupación en el sector es mayúscula, lo que llevó a que Roberto Domenech, el titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, describiera al escenario como “una tormenta perfecta” en la que se combinan costos en dólares que crecieron un 20%, retraso cambiario y complicaciones para exportar a un mercado muy bien abastecido, debilidad del consumo interno y alta presión fiscal. 
La faena avícola permitió este año un consumo promedio por habitante que tuvo un pico de 48 kilos y que promedia 45 kilos en el primer semestre. La intención de los empresarios es reducirla 10% para intentar así una reacción de los precios. La suba interanual fue apenas del 5%, por lo que el pollo entero se consigue a $35 y acarrea una serie de problemas comerciales. 

 

Consumo de carnes
El relevamiento de precios que hace el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) indica que los valores de los cortes vacunos aumentaron 15% en los últimos 12 meses, mientras que el del pollo incrementó  apenas 5%. El precio de promedio de los principales cortes (bife, cuadril, nalga, paleta, asado y carne picada) es de $125 y con un consumo de 60 kilos por habitante. El gasto por año de los argentinos en carne vacuna es de $7.500. 
En cambio, el gasto en pollos es mucho menor. Si la producción permite un consumo promedio de 45 kilos y el precio por unidad es de $35, cada argentino gasta en pollos apenas $1.600. Eso implica que la relación entre el gasto en carne vacuna y de pollos es de 5 a 1, y pone en evidencia la preferencia del consumidor y el castigo en el precio que significa la mayor oferta de pollos.
Hay que agregar al análisis lo que está pasando con el consumo de carne de cerdos. Según la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, a mitad de año el consumo llegó a los 17 kilos por habitante por año. Si se toma como referencia el valor del pechito de cerdos que releva el IPCVA, que es de $111, el gasto por persona en esta especie es de $1.900 y supera al de carne de pollos. 
De todos modos, entre las dos carnes sustitutas, pollos y cerdos, el gasto de cada ciudadano suma menos de la mitad de lo que se destina a la compra de carne vacuna.

 


 

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