El detrás de escena del circo que es furor en La Pedrera

Mantener a miles de grandes y chicos despiertos y asombrados por más de una hora, no es una tarea fácil. Y aunque en el escenario, la elasticidad y el movimiento luzcan simples, para lograr cautivar al público los 46 artistas que integran el Circo Imperial de China tienen un cronograma de actividades físicas que deben cumplir a rajatabla. El Diario de la República dialogó con Zhenghao Lu, responsable de la megaproducción y el único de los integrantes que habla en español, para conocer al mundo de las piruetas por dentro. 

Los integrantes de la Compañía Acrobática Shenyang arribaron al Parque La Pedrera hace una semana y desde entonces, se ganaron la admiración y los aplausos de los mercedinos y turistas. Con dos funciones diarias, niños, jóvenes y adultos muestran una serie de piruetas aéreas combinadas con un poco de contorsionismo y coreografías más que coordinadas. 

El meticuloso trabajo de los artistas orientales comienza desde temprano. A partir de las 8 arranca una serie de precalentamientos y ejercicios para mantener el cuerpo listo. “Antes, deben desayunar”, indicó el productor con un tono exigente. Aunque comentó, entre risas, que algunos “suelen levantarse un poco más tarde porque aprovechan la madrugada para hablar con sus parientes y amigos, ya que tenemos unas once horas de diferencia y ése es el único momento que tienen para comunicarse”, añadió. Aunque su castellano es fluido, Lu hace una pausa entre cada oración para que no queden dudas de sus oraciones. 

Durante cada jornada, el equipo puede realizar hasta cuatro horas de actividad física. Luego se hacen un poco de tiempo para distenderse y disfrutar de cada lugar que visitan. 
 

Zhenghao contó que mientras están de gira, sólo se dedican a ensayar y cumplir con las funciones. Pero una vez que vuelven a su ciudad natal, los más chicos reciben clases particulares de matemática, historia, lengua “y las ciencias básicas. Ellos tienen tutores que se encargan de asesorarlos y acompañarlos”. 

También destacó que la educación es fundamental para el desarrollo de cada uno de los integrantes. “Se les brinda educación apenas entran a la compañía. Y cuando regresan de las giras, siempre deben rendir exámenes para superarse”, dijo. 

Para formar parte del Circo Imperial, algunos pasan hasta seis años de preparación hasta subir al escenario. Mientras tanto se dedican a mejorar su técnica y a ayudar al resto del equipo.

El centro de acrobacias que dio origen a la compañía funciona en Shenyang, provincia de Liaoning, pero se divide en grupos que actúan paralelamente en diferentes partes del mundo. "Actualmente hay equipos que se encuentran en Estados Unidos y Europa", indicó el productor. 

Mantener la distancia tampoco es tarea fácil pero, según aseguró Lu, es algo que todos saben manejar con naturalidad. “Tenemos muchos integrantes que están solteros y para ellos es más fácil, pero para los que están casados se complica un poco más. Aún así siempre hacen videoconferencias para ver a sus hijos. De todas maneras saben que están aquí por su profesión y eso los ayuda a seguir adelante. Además acá son como una gran familia, se cuidan entre todos”. 

Para el Circo Imperial Chino, la acrobacia es más que un estilo de vida, es “la carrera que uno elige para siempre. Nosotros lo entendemos como una formación profesional en la que cada uno tiene que hacer que una persona dé lo mejor de sí, hace mucho esfuerzo y se empeña en todo lo que realiza", dijo Luc y consideró que ese “condimento”, es uno de los que los ayuda a mantenerse latentes en el mundo del arte. 

Después de su paso por el  Parque La Pedrera, viajarán a Brasil donde se instalarán por un mes y medio. “Estamos muy felices de poder conocer la ciudad y haber participado de un proyecto tan grande como lo es este parque. Esperamos poder recorrer y conocer todo antes de que nos vayamos. Igual cada vez que entramos, nos llevamos una gran sorpresa porque es muy grande este lugar, es impresionante", consideró Zhengao.