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Duras críticas en San Luis a la importación de carne de cerdo

La provincia es la quinta productora del país. La medida pone en riesgo una enorme fuente de empleo.

Por Marcelo Dettoni
| 20 de agosto de 2017
Preocupación. La importación preocupa a las empresas y también a los pequeños productores. Foto: Archivo.

Nada es gratis en el comercio exterior. El que da, debe recibir. A pocas horas de que el Gobierno nacional saliera con el pecho inflado a decir que la entrada de los limones argentinos a Estados Unidos era un hecho, la administración Trump anunció que volverá a venderle carne de cerdo al país luego de 25 años de interrupción debido a motivos sanitarios.
La noticia cayó muy mal en la industria porcina y San Luis no es ajena al problema, ya que es la quinta productora nacional, detrás de los cuatro "gigantes": Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Con cuatro grandes establecimientos de cría, que generan mucha mano de obra intensiva, la preocupación se extendió rápidamente entre las autoridades y otros actores involucrados, que ya encendieron luces de alarma en un momento económico y social delicado, en el que la provincia lucha para que la administración de Macri le reintegre los beneficios de la Promoción Industrial.
"Es una decisión que va a perjudicar al mercado interno, a toda la cadena productiva del cerdo a nivel nacional. Y por supuesto, también afectará a San Luis. El cerdo es la segunda actividad pecuaria en la provincia, detrás de la cría bovina. No sólo por las grandes empresas que se instalaron en los últimos años, sino también porque es una actividad muy común entre los pequeños productores", alertó Martín Rodríguez, jefe del Programa Producción Agropecuaria y Arraigo Rural.
En la misma sintonía se manifestó Sebastián Lavandeira, un veterinario que fue ministro del Campo y actualmente está al frente del plan "Carnes San Luis": "No es una linda noticia. En el gobierno nacional la catalogan como buena porque hay un interés político detrás. La producción de cerdos está en constante evolución y esto es un problema. En San Luis hay cuatro grandes empresas: Porcipunta, Yanketruz, Paladini y una más en el ingreso a Villa Mercedes. Son más de 200 puestos de trabajo directo los que están en juego. Cualquier cosa que afecte la competitividad, destruye el empleo. Si se concreta el anuncio, afectará especialmente a Juan Llerena, La Toma, Villa Mercedes y Justo Daract".


San Luis es el quinto productor porcino del país detrás de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Envía a faena un promedio mensual de 30.688 cabezas, que representan el 6% del total. Y tiene 105 productores, el 2,62% de los registrados en la Argentina.


Según la agencia NA, el convenio entre ambos países indica que los productores estadounidenses podrán enviar carne de cerdo "fresca, enfriada y congelada", así como productos porcinos a la Argentina, que les tenía bloqueado el ingreso desde 1992 aduciendo problemas de salud animal. 
Estados Unidos, principal exportador mundial de carne de cerdo, abre con este acuerdo un mercado potencial de 10 millones de dólares anuales para sus productores. El acuerdo cobró forma luego de la visita del vicepresidente Mike Pence, quien había dicho el martes que Washington y Buenos Aires estaban "muy cerca" de sellar un pacto para la venta de carne de cerdo "que beneficiará a los productores estadounidenses y a los consumidores argentinos".
"Vamos a tener problemas en San Luis, porque tenemos un gran criadero en Juan Llerena (Yanketruz) que trabaja para Paladini, y otros tres frigoríficos, uno que incluso lleva a faenar a Rosario. La Federación de la Carne está en estado de alerta por esto, porque cae en un momento en el que la faena de bovinos y porcinos no está bien. Con los valores actuales no conviene exportar. La hacienda, medida en dólares, está cara respecto de nuestros competidores del Mercosur, por lo que perdimos mercados. Y si le sumás que abren la importación de cerdos, todo se agravaría. Después los norteamericanos vendrán por los vacunos", vaticinó Marcelo Periale, secretario general del Sindicato de la Carne y jefe del Programa Relaciones Laborales.
Pero no sólo San Luis elevó su voz contra la medida, también a nivel nacional hay un "tsumani" opositor. Federación Agraria fue una de las entidades que emitió un comunicado. "En todo momento el Gobierno dice querer fomentar la producción nacional y el agregado de valor, pero atacar de esta manera a la producción porcina nacional implica desconocer el rol que ésta cumple en las economías del interior del país, el empleo directo e indirecto que genera a través de muchísimas actividades anexas", advirtió. 
Claro, entre estas economías está la puntana: "Es un sector que agrega valor a los granos energéticos y proteicos en zonas lejanas a los puertos, como la nuestra. La de cerdo es una carne fácilmente chacinable y en la Argentina tenemos una cultura que nos identifica por eso. Es además una carne que tuvo altísimas tasas de aumento del consumo de carne fresca", dijo Pablo Cangiano, un técnico del INTA que trabaja mucho con porcinos.
"Tenemos que empezar a sustituir mucho más la proteína vacuna por la de cerdo, es una carne que viene con el consumo en crecimiento. Para el productor es un gran negocio porque su tasa de conversión es muy eficiente: un kilo de cerdo se hacen con tres de maíz, mientras que para hacer un kilo de carne vacuna necesitás seis del cereal. Además son industrias intensivas, que ocupan pequeñas superficies, generan mano de obra y la carne es un poco más barata que la vacuna. Son todas ventajas que se terminan si abren la importación".
Para Periale, hay una intencionalidad política. "El Gobierno no interviene, deja todo librado al mercado. Se avizora un panorama oscuro, pero no me sorprende esta política neoliberal, siempre incluye importar, achicar el Estado. Es una economía de amigos. Para importar se necesitan dos o tres empleados, una planta frigorífica da mucho más trabajo. Es un modelo económico que dista mucho de los intereses del pueblo".
En la vereda opuesta, Nicolás Razzetti, periodista de Canal Rural y columnista de la revista El Campo, no ve con malos ojos la decisión: "No me parece injusto que se permita el ingreso de carne porcina de Estados Unidos. Hoy importamos de Uruguay algo de carne vacuna y pollos desde Brasil. El sector porcino tuvo durante muchos años subsidios por las retenciones al maíz y la soja, y también compensaciones. Es la carne que mejor convierte el grano, en una proporción de 3 a 1 y sin embargo, el diferencial de precios con la vacuna no expresa ese beneficio", analizó.
Razzetti cree que la solución es "exportar nosotros también, China consume 50 millones de toneladas por año, hoy ya le vendemos cortes baratos como orejas y patas a Vietnam, debemos intentar con la pulpa". Sin embargo, para Rodríguez no será tan fácil: "Si llega cerdo de afuera, no vamos a poder competir, sobre todo los productores de pequeña escala. Tienen el cereal más caro y el precio de venta viene cayendo. Es una política completamente desacertada". 

 

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