Afirman que la prevención es lo más eficaz ante un temblor

La ciencia tiene una capacidad de predicción ínfima en relación a la cantidad de fenómenos que se manifiestan en la naturaleza. Uno de ellos son los terremotos, que según los especialistas, la prevención es la herramienta más eficaz en caso de que se produzcan.
Así lo aseguró el geólogo y docente de la UNSL, Carlos Costa, quien dijo que a diferencia de los huracanes, no hay una una técnica o conocimiento exacto que permita en qué momento van a ocurrir y la intensidad que tendrán.

 

"La amenaza es algo sobre lo que no podemos hacer nada porque el planeta está sometido a procesos sísmicos, pero sí intervenir en la exposición que tiene que ver con la cercanía que tiene la infraestructura y vidas humanas. También en la vulnerabilidad, que tiene está relacionada al peligro que corren las construcciones y las personas", explicó Costa, 

 

Además, el investigador ejemplificó con los casos de Japón y Haití, dos países con el mismo nivel de exposición pero con un tipo de vulnerabilidad distinto. "El primero, tiene 130 millones de habitantes pero trabajó mucho en la prevención, a diferencia del segundo donde no hay edificios resistentes ni los sistemas de defensa civil están organizados o la red de agua, eléctrica o de gas no están preparadas con cortes automáticos para soportar este tipo de cosas", sostuvo.

En la Argentina, el organismo encargado de estudiar los terremotos es el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), que establece cinco niveles que van del 0 al 4, sobre los efectos de un temblor. Según esa escala San Luis se encuentra en la zonificación "moderada" (2), mientras que otras provincias como San Juan y Mendoza se hallan en una zona de peligrosidad "elevada" y "muy elevada" (3 y 4).

 

"La zonificación sísmica es un mapa de nuestro país que en función de la información que ha recolectado Inpres sobre la sismicidad histórica, registrada a través de instrumentos. En función de la distribución y la frecuencia, se establecen zonas de alta, mediana, moderada, baja  y nula sismicidad, que de alguna manera se traduce en las probabilidades de que ocurra un sismo y que genere el sacudimiento del terreno que sean preocupantes en cuanto a afectar estructuras, viviendas o vidas humanas. El Inpres sólo toma en cuenta los datos históricos, no las estructuras geológicas", indicó Costa, quien agregó que junto a otros colegas desarrollaron otro sistema de clasificación de riesgo titulado

 

"Peligro sísmico sudamericano", donde incorporaron información relacionada al conocimiento de las ciencias de la tierra, que trata sobre eras prehistóricas del planeta, establecidas en millones de años.

 

El Inpres cuenta con un Manual de Prevención Sísmica (PPS), que establece las pautas generales de qué hacer antes, durante y después de un terremoto. En la primera de esas etapas, el documento sostiene que es necesario conocer la situación actual de, por ejemplo, una infraestructura no resistente, que representaría un avance importante en la disminución de la vulnerabilidad. Las recomendaciones son corregir todo lo que sea posible corregir y, en caso contrario, diseñar un plan relacionado con la seguridad edilicia y el comportamiento de las personas (qué se debe hacer, quién lo debe hacer y cómo se debe hacer).

 

Los simulacros constituyen la última instancia de un PPS, ya que representan la evaluación real de su efectividad o no, en el momento de producirse el sismo. El ente de prevención sísmica asegura que deben reproducir fielmente las pautas definidas a cómo actuar durante y después del fenómeno.