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La papa gana terreno en el norte provincial

En los campos de Candelaria esperan que el frío no afecte los rendimientos. Por su parte en Luján, en diciembre tendrán la producción lista para vender como papa industrial.

Por Magdalena Strongoli
| 24 de septiembre de 2017
La tierra prometida. A diferencia de lo que sucede en la Región de la Pampa Húmeda, acá se puede producir papa contra estación.

Los paperos del noroeste de la provincia tienen buenas expectativas para la cosecha que arrancará en noviembre. En el caso de Carlos Cataldo, que tiene su campo en Candelaria, fue afectado levemente por tres heladas en agosto. Por su parte el tambo El Rosario, ubicado en la zona de Luján, viene con una marcha normal en esta diversificación que adoptó el año pasado, luego de varias temporadas difíciles produciendo sólo leche. Son dos productores con distintas realidades, que usan el tubérculo con fines comerciales bien diferenciados.

 

En 2012, Martín Pasman vino desde Córdoba a producir leche a San Luis. El asesor que lo acompañó en ese momento, Luis Pletsch, fue quien habló con la revista El Campo para contar que los trajo a la provincia y los trabajos que dos veces al año hacen en el establecimiento.

 

En el cordón Quines-Candelaria, Cataldo siembra mil hectáreas al año. Más de 500 las hace en 9febrero y las restantes a mediados de julio. La mayoría de la producción la vende al Mercado Central de Buenos Aires y otra parte importante va a las cámaras frigoríficas. Además, el productor le agrega valor al tubérculo cuando le hace el proceso de lavado. Ambas estrategias son una novedad en la provincia.

 

Cataldo es un productor con vasta experiencia en el rubro y hace tiempo que está en la provincia, aprovechando los espacios fértiles del norte de San Luis. “Alrededor del 12 de julio comenzamos con la siembra. Hacemos una parte (100 hectáreas) para semilla y la otra, alrededor de 250, para lo que se conoce como papa consumo. La semilla la usamos para la temporada de verano. Vendemos muy poca papa sucia. Mayormente en San Luis le agregamos valor lavándola, lo que aumenta el costo de la bolsa”, contó.

 

“La papa ya está grande, pero en lo que va de su desarrollo hemos tenido tres heladas. Fue al momento en el que la planta estaba en un 80 por ciento de su crecimiento y si bien se recuperaron porque el frío no afectó bajo tierra, vamos a tener demoras de hasta 20 días para la cosecha y aun no podemos asegurar que no vaya a bajar el rendimiento y la calidad”, explicó el experimentado papero, que habló con la revista en una entrevista telefónica que había prometido en una visita a su establecimiento en los meses de verano.

 

“La verdad es que nos asustamos bastante. Los días estuvieron muy fríos y hasta nevó un mes atrás. Pero estábamos en una etapa del desarrollo en que las consecuencias a primera vista no han sido tantas. En estos momentos deberíamos tener una planta de 20 centímetros de porte, pero por la inclemencia del tiempo sólo llegó a los 10”, aseguró resignado Cataldo, quien además de los trabajos de campo, es conocido como un avezado corredor de autos.

 

“En estos casos todo depende de la genética del material que se usa. Nosotros implementamos para hacer semillas la que menos se multiplique. Es muy importante que el número de reproducciones sea el más bajo posible, si no hay más probabilidades de que se pierda la calidad. En cambio para hacer papa consumo, cuanto más veces se reproduzca es mejor”, detalló sobre los secretos del tubérculo en una zona donde se hace todo bajo riego. No solo porque las precipitaciones son bajas, también porque el cultivo demanda mucha humedad.

 

“Hasta el momento en la zona han llovido solo 20 milímetros. El riego lo hacemos con agua subterránea, que presurizamos con el sistema de pivotes. Por su uso pagamos un canon”, aseguró, y aclaró que no trabaja con ningún consorcio de regantes, ya que toma el fluido debajo de la tierra y el arreglo es directamente con San Luis Agua que administra el recurso de ese origen.

 

 

Al norte, San Luis limita con un Villa Dolores, que está considerada como la segunda zona más importante en producción de papas. 

 

 

En cuanto a la comercialización, Cataldo la tiene muy bien organizada ya que no solo le hace procesos que encarecen el producto, sino que además cuenta con puntos de venta. “La producción la manejamos nosotros. Tenemos tres puestos en el Mercado Central de Buenos Aires. En Candelaria contamos con un galpón con lavadero de papas con cuatro cámaras refrigerantes, en donde también guardamos las semillas. Somos los únicos en la zona que hacemos ese trabajo”, explicó.

 

La oferta y la demanda son las que determinan el valor que cada producto tendrá y la papa no es la excepción. “El precio ha bajado. Vendemos muy poca papa sucia. La bolsa de 22 kilos en estos momentos está a 120 pesos. Ese precio es al público, cuando las vendemos en nuestro campo. Para que los números nos cerraran necesitaríamos una bolsa a 150 pesos”, contó el productor, quien viaja a diario desde Villa Dolores, en Córdoba, hasta San Luis.

 

“De la siembra de febrero quedan 180 hectáreas para recoger, de las 580 que sembramos. Las 400 restantes se cosecharán a mediados de noviembre. Esperamos que sea buena papa a pesar de las heladas, aunque dependemos de los factores climáticos”, concluyó Cataldo, quien destacó que de esta cosecha perdieron un 20 por ciento porque la helada llegó a pudrir una buena cantidad.

 

 

Un tambo diversificado

 

Luis Pletsch es el asesor agronómico de las cerca de 900 hectáreas de papa que cada año se hacen dentro del tambo "El Rosario". “En julio hacemos unas trescientas hectáreas que van a depender del año que nos toque. En febrero unas 600 se usan para hacer papa fresca. Por otra parte, las que cosechamos en diciembre son para las semillas que se usarán para la próxima siembra”, explicó este ingeniero entrerriano, quien destacó la nobleza de la zona para hacer el cultivo bajo riego.

 

La venta, en el caso del campo de Pasman, es bien distinta a la de Cataldo, lo que demuestra que la producción del tubérculo es adaptable a varios mercados, Por eso hacerla en las condiciones de suelos y climas adecuados puede llegar a ser muy rentable. “La mayor parte la vendemos a la industria y muy poco a consumo, ya que en esa fecha es muy complicada la cosecha. Esa producción la vendemos a McCain y a la multinacional Pepsico”, contó Pletsch.

 

Las semillas, según explicó el técnico, deben comprarse en la zona en la que mejor se hacen. Ellos optaron por Tres Arroyos, en la provincia de Buenos Aires. “La elección de la semilla es un tema muy delicado en la papa. La selección debe ser hecha cuidadosamente y no pueden ser compradas en cualquier lado. Nosotros la adquirimos en la zona semillera por excelencia de la Argentina. Los materiales deben ser para multiplicación y que sean de origen conocido, para que aseguren la calidad”.

 

“Ahora terminamos de cosechar la producción para el mercado de la papa fresca. Para la nueva campaña hay buenas expectativas y hasta la fecha venimos muy bien. Hemos hecho 250 hectáreas que calculamos levantar a fin de año para la venta a la industria. Si bien hubo frío hace unos 25 días atrás no nos afectó. Sin embargo, en las heladas tempranas que tuvimos en junio, hubo mermas que afectaron a la calidad comercial”, dijo.

 

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