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Los condenaron a 24 años de cárcel por matar a un anciano

Para el Tribunal, los tres acusados  asesinaron a Bernardo Kravetz para robarle una vaca para la cena de Año Nuevo.

Por redacción
| 06 de septiembre de 2017
Sin ilusiones. Así escucharon el veredicto los jóvenes acusados de asesinar al hombre de 74 años. Foto: Juan Andrés Galli.

Maximiliano Ceferino Bustos, Federico Roberto Páez y Sergio Daniel Torres se sabían complicados. Durante las tres semanas que duró el juicio sus defensores habían intentado demostrar que no habían matado a golpes a Bernardo Abraham Kravetz, en su estancia de Buena Esperanza, el 31 de diciembre de 2013. Uno de ellos, Torres, trató de defenderse con la palabra. Los otros no, callaron. Los familiares de la víctima también estaban conscientes de la compleja posición en la que se hallaban los acusados ante la Justicia. Y esperaban con ansias que fueran castigados con la prisión perpetua. Pero esa posibilidad de condena, que por momentos conseguía iluminarles los rostros, se apagó con lágrimas cuando escucharon el veredicto de la Cámara Penal 1 de Villa Mercedes. En su fallo, los jueces sentenciaban a los tres jóvenes a 24 años de cárcel.  

 

“No lo mataron. No es que le pegaron un tiro y listo. Lo destrozaron”, sintetizó en seco, a la salida de la sala de audiencias, Cinthia, la hija de la víctima. A su lado estaba Emilia, su madre. “Nosotros no las vimos, pero tengo entendido que están las fotos de cómo dejaron a mi marido –dijo la mujer, se limpió los ojos, cobró fuerza y siguió– Lo ataron. Le rompieron la cabeza y los huesos a golpes. Tenía fracturas expuestas”.

 

“Lo querían muerto, porque uno de ellos (de los acusados) había trabajado para mi esposo y sabía que él lo reconocería”, contó la viuda. Según Emilia y sus hijos, el fallo demuestra que las juezas no les dieron entidad a los testigos. “No le dieron valor a la vida”, expresó, casi ahogada por la bronca, Cinthia.

 

El tribunal entendió que los medio hermanos Páez y Bustos y su primo Torres cometieron un homicidio en ocasión de robo, agravado “por la naturaleza de la acción y las circunstancias de tiempo, modo y lugar, que demuestran la mayor peligrosidad”.

 

Ése no era el delito por el que los abogados de la familia y el fiscal habían pedido que los jóvenes fuesen condenados. Habían solicitado que los sentenciaran por homicidio doblemente calificado. Diego González, el representante de los Kravetz, sostuvo que se trató de un asesinato agravado por la alevosía, porque los homicidas, a sabiendas de que el anciano de 74 años no podía defenderse, pues lo superaban en fuerza y número, lo  golpearon hasta la muerte.

 

Por ese delito, el abogado de la familia había requerido la prisión perpetua. Aunque el tribunal les dio la razón respecto a la autoría de los acusados en el crimen, la diferencia está dada en los años de encierro que les depara a los dos hermanos y el primo.

 

"Si los hubieran sentenciado a reclusión perpetua ellos podrían obtener la libertad condicional recién a los 35 años de cumplimiento efectivo. Pero con esta pena que les dieron, a los catorce años ya estarán en condiciones de pedir ese beneficio", aclaró Ariel Becerra, otro de los abogados de los Kravetz.

 

Aunque era algo que aún debe consultar con González, el letrado  adelantó que es muy posible que recurran la sentencia.

 

La semana pasada, durante los alegatos, los defensores plantearon la absolución de los acusados.

 

Dijeron, para empezar, que las pruebas contra los jóvenes no eran suficientes para declararlos culpables. Para Víctor Endeiza, el defensor de los hermanos, los elementos probatorios plantean más dudas que certezas respecto a quiénes y cuántas fueron las personas que asesinaron al dueño de la estancia "El Verano".

 

Por su parte, Hernán Herrera, el representante de Torres, señaló no sólo que no quedó acreditado que su defendido haya estado en el lugar del homicidio, sino que ningún testigo apuntó a él como partícipe o autor del hecho.

 

Pero como ninguno de los defensores seguramente esperaba que su pedido de absolución prosperara se esmeraron, entonces, en tumbar los planteos del fiscal y de los abogados de los Kravetz. Y negaron que los ladrones que en la víspera de 2014 apagaron la vida del puestero hayan tenido, en verdad, la intención de asesinarlo. "Entiendo que fueron con intención de robar ganado y le han propinado golpes (…) Se les ha ido la mano", dijo Herrera.

 

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