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Descuartizaron a su perro, hizo la denuncia y ahora la amenazan

La mujer vive sobre la autopista 25 de Mayo. Dice que el asesino es un vecino que le dijo "quédate en el molde o terminás igual que el perro".

Por Ayelen Anzulovich
| 08 de septiembre de 2017
Un vacío imposible de llenar. A Marina solo le queda el recuerdo del último abrazo con "Tango".

Marina Moriones denunció a su vecino por haber descuartizado a su cachorro de tres meses. A ese dolor ahora le suma el miedo por su seguridad, porque dice que el supuesto asesino la amenazó y le dijo: “Quedate en el molde porque vas quedar igual que el perro”. Ella vive en el barrio Los Molles de Leónidas, ubicado sobre la autopista 25 de Mayo, a quince minutos de la ciudad de San Luis, en dirección a Villa de la Quebrada.

 

La pesadilla comenzó el 21 de agosto. Ese lunes, como todos los días, la mujer salió al patio de su casa y comenzó a llamar a Tango, su mascota. Como no aparecía, se empezó a preocupar. Lo buscó por todos lados pero no había rastros, ni pruebas de donde podía estar. Desistió por algunas horas. Siguió insistiendo, no se iba a dar por vencida tan fácilmente. A las 21 volvió a buscarlo.  Su voz se hizo eco y en medio de la inmensidad de la noche, sintió ladridos. Estaba segura de que eran los de su pequeña mascota.

 

Siguió desesperada el ladrido del animal, que estaba en la casa del vecino de enfrente, cruzando la autopista. “Ahí llame a los de seguridad. Seguí escuchándolo, como que habían más perros encerrados, en un momento no sentí nada más, todo estaba en silencio, como que alguien los quería callar”.

 

Señaló que cuando llegó el móvil policial, les muestra a los agentes una foto de Tango. Segundos después un policía la llamó y alumbrando con una linterna le preguntó si ese era su perro. “Estaba despedazado, la sangre fresca, el cuerpito caliente y tenía sus huesitos destruidos, con un corte desde el estómago hasta el tórax. Mientras yo estaba en la puerta desesperada, este bestia lo mató”, recordó.

 

Afirmó que estaba acompañada por una amiga, médica patóloga, quien le aseguró que “no hacía ni 15 minutos que habían asesinado al perro. Su sangre no estaba coagulada”, agregó.

 

Según informó el proteccionista Eduardo Garay, amigo de Moriones, la autopsia de la Policía reveló que el cachorro no sufrió el ataque de otro animal, ni fue atropellado por un vehículo, "sino que fue atacado por una persona”.

 

"Acompañamos a Marina en este sufrimiento y vamos a pedirle a la sociedad que nos apoye. Si la Justicia no actúa como corresponde, estamos planeando una marcha para que este hecho cruel y aberrante no quede impune, y que esta persona pague por todo lo que hizo. También pedimos protección para ella y su familia, ya que esta persona sigue viviendo en el lugar como si nada hubiera pasado”, afirmó  Garay.

 

Moriones dijo que después de lo sucedido, sospecha que el hombre no sólo asesinó a su mascota, sino que también fue la misma persona quien envenenó a los perros de su vecino unos días antes. Además aseguró que no entiende tanto ensañamiento, y que teme por ella y su familia. "Por qué esa bestia está libre y sigue viviendo en el mismo lugar", se preguntó.

 

Además recordó un incidente en el que vio cara a cara al presunto asesino de su mascota. “Salió el hombre con su patrón en una camioneta 4x4, me alumbraron la casa durante unos minutos, me tocaron bocina, me asusté, llamé a la Policía. Saqué el auto, me fui hasta la casa de unos vecinos en busca de ayuda, volví agitada, asustada, con el corazón en la boca, no sabía con lo que me iba a encontrar, justo puede observar a mi madre que llegaba hasta la entrada de mi vivienda, porque los dos matones se bajaron de la camioneta,  se acercaron hasta la tranquera y empezamos a discutir, el supuesto asesinado me dijo "quédate en el molde porque vas a quedar igual que los perros’", puntualizó en una mezcla de desazón y dolor.

 

La mujer asegura que tiene las pericias que evidencian el envenenamiento de los otros animales, más los resultados del estudio forense de la Policía y el testimonio de su amiga patóloga. “Vamos a seguir esto hasta las últimas consecuencias. Nosotros lo amamos, el daño que nos hizo es muy grande.  Quiero que se haga justicia, porque el que sufrió en carne propia fue Tango, nunca había conocido el odio del hombre, solamente el amor y murió en manos de una bestia”.

 

Mariana tiene dos hijos, uno de siete y otro de cuatro, que todavía están esperando que vuelva su cachorrito, no entienden qué paso, le sirven agua en el platito y preguntan dónde está. Siguen esperándolo.

 

 

 

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