22°SAN LUIS - Viernes 29 de Marzo de 2024

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Es tiempo de ponerle un “stop” al sufrimiento

Frente a un gran dolor, a una muerte, a un accidente, se genera dentro de la persona un sufrimiento, un dolor. Y solamente el que sufre sabe lo que es ese dolor aunque haya personas que pasaron por su misma situación o por un dolor similar. Este dolor nos hace atravesar por diversas emociones desde la bronca que nos genera el tener que estar atravesando por ese momento, por esa situación; junto con las cientos de preguntas que nos hacemos frente a él (por qué a mí, por qué Dios no intervino), por tristeza, por la negación. Frente a una desgracia el dolor es correcto,  inexplicable, ya que nos ha sucedido algo muy fuerte y el dolor ha golpeado nuestra vida.

 

Sin embargo, si bien este sufrimiento es real y es normal generar estas emociones frente a un hecho doloroso, están aquellas personas que sufren por sufrir. Si realmente nos ponemos a pensar, la mayoría de nuestros sufrimientos son inútiles. Un alto grado de porcentaje de los sufrimientos se deben a que nos adelantamos a hechos que nunca se suceden o sufrimientos por causas o circunstancias que en absoluto lo ameritan; pero así es la vida, hay personas que no tienen grandes problemas y, sin embargo, sufren por todo. Analicemos a qué nos referimos cuando realmente sufrimos por cosas o situaciones que realmente no valen la pena:

 

1. Sufrimos inútilmente cuando nos preocupamos por otro más de los que el otro se preocupa.

 

2. Cuando sufrimos por lo que le sucede a los demás.

 

3. Cuando nos autotorturamos por nuestros errores.

 

4. Sufro inútilmente cuando no hago nada para salir de mi sufrimiento.

 

5. Sufrimos inútilmente cuando invierto más tiempo de lo que la situación requiere.

 

Seguramente en alguna oportunidad hemos tomado una decisión sin sentido, errónea, hemos hecho negocios que no nos convenían, hemos hecho acuerdos con personas que nunca tendrían que haber estado en nuestra vida, malas decisiones o elecciones que acarrearon “sufrimiento o pesar” a nuestros días. El sufrimiento no tiene una explicación, él es parte de la vida de todos los seres humanos.

 

Somos nosotros quienes tenemos que encontrarle un sentido a nuestro dolor para poder transformarlo de manera tal que este no se convierta en un enojo tal o en una depresión profunda que termine enfermándonos. En medio del dolor, vemos todo gris, todo negro. Pareciera ser que hay tiempos que nunca van a terminar pero justamente estamos en una época del año de balance y de nuevos desafíos. De toda situación siempre podemos rescatar algo que nos ayudará para bien, ya sea para nosotros mismos o para aquel que lo necesita.

 

Todos hemos cometido errores, también hemos tenido aciertos y la situación difícil por la que estás atravesando o atravesaste no te dejará afuera de todos los sueños que una vez te animaste a conquistar.

 

Tiene que haber un momento que haya un alto, de lo contrario, no podrás pasar a recibir todo lo bueno que hay por delante, quedarte a llorar en el dolor nunca nos traerá beneficio. ¡Qué bueno sería poder cerrar este año y comenzar este 2018 sin sufrimientos y proponiéndonos tener una mejor calidad de vida!

 

¿Te animás?

 

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