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Juana Alzaga, la primera bombero que llega al rango de subcomisario

A los 14 años, cuando estudiaba en el centro educativo Nº 5, decidió prepararse para combatir el fuego y enfrentarse a catástrofes. Tiene 5 hijos y se hace tiempo para las tareas de la casa.

Por redacción
| 14 de enero de 2018
"Es mi lugar en el mundo". dijo Juana. En El Trapiche nació y formó su familia. Fotos: Yair Acevedo - Prensa de El Trapiche.

Juana Alzaga Reinoso es una heroína de El Trapiche y se convirtió en un ejemplo de que cuando uno ama lo que y hace, es posible llegar a lo más alto. Es la primera subcomisario de los cuarteles de bomberos de San Luis y es la segunda jefa del Cuerpo de Bomberos del pueblo. Desde los 14 años vive en alerta, lista para subirse al camión y acudir en auxilio de las personas cuando hay incendios, inundaciones o sucede alguna catástrofe. Es tranquila, es mamá y se hace tiempo hasta para las tareas del hogar.

 

“Todo empezó cuando tenía 14 años. En la localidad hubo varios incendios y decidieron crear el cuerpo de bomberos, en ese entonces estaba en la escuela, tuve que pedir autorización a mis padres y arreglármelas con el estudio. Siempre me gustó hacer este tipo de cosas y desde que di los primeros pasos en este camino, nunca abandoné mi pasión”, contó Juana y agregó que los pasos que dio fueron marcados por la responsabilidad y el compromiso.

 

Con el tiempo Juana fue capacitándose. Su primer escalón fue el de cadete, le siguió el de aspirante, luego aspirante mayor, más tarde llegó a bombero, después a bombero segundo jefe, se convirtió en oficial auxiliar de dotación, y ahora es  subcomandante mayor.

 

Sus amigos  y compañeritos de la escuela le decían que convertirse en bombero era una pérdida de tiempo. “Otros, la mayoría, me apoyaban y respetaban lo que yo había elegido. Me decían que era una elección muy madura a mi edad, sobre todo porque esta profesión es considerada por la mayoría como una actividad exclusiva de los hombres, pero eso a mí no me importó y seguí a mi corazón”, expresó y añadió que hay que estudiar mucho y capacitarse.

 

Juana comenzó con los cursos que dictan en el cuartel, continuó por los que dicta la Federación Sanluiseña de Bomberos e hizo los que brinda la misma institución a nivel nacional. Además hace unos años formó parte de la Academia Nacional de Incendios Forestales.

 

“Trabajé en los incendios grandes que se registran siempre en las épocas de sequía en diferentes zonas de la provincia, en las crecidas del río Trapiche y en otras urgencias. Me ha pasado de estar ayudando a la gente y tener mi casa abajo del agua”, recordó.

 

Su familia está compuesta por su esposo y sus cinco hijos,  tres mujeres y dos varones. “Si me preguntan... no sé de dónde saco el tiempo para hacer todo lo que tengo que hacer, pero estoy segura de que cuando a una persona le gusta algo y le pone toda su fuerza y sus ganas, las encuentra siempre. Ellos están acostumbrados porque crecieron observándome trabajar en esta actividad y ojalá que con lo que elijan ser en sus vidas sientan lo mismo que yo”, dijo.

 

Con cariño afirmó que sus compañeros varones la respetan en todos los aspectos como segunda jefa y como mujer, y aseveró que a ella y a sus compañeras las cuidan mucho cuando están trabajando.

 

“Lo que más me deja pensando es cuando ocurren los grandes incendios. Me ha marcado mucho observar las enormes pérdidas que se ocasionan con las llamas, la naturaleza, los animales, las personas que mueren en esos siniestros. Sin ir más lejos en el tiempo, recuerdo el día en el que falleció el pequeño de 7 años en el río y nos tocó estar ahí. Para nosotros no hay casos diferentes o unos más importantes que otros, al momento de actuar lo hacemos pensando en frío y después lo sentimos. Son cosas que nos van marcando el corazón”, expresó y contó que después de cada actuación acuden a charlas internas entre todos, y hay casos en los que piden la ayuda de psicólogos.

 

“Mi día normalmente comienza a las 6 de la mañana, me voy al Centro de Salud de Estancia Grande, a eso de las 15:30 y paso por el cuartel. Después voy a mi casa, limpio y ordeno, y vuelvo al cuartel hasta las 22 o 23. Si hay un incendio o algo, no tengo horario de regreso. Siempre es cuando terminamos”, señaló y siguió: “Mis hijos están totalmente acostumbrados a mi ritmo cotidiano, van al cuartel a visitarme, pasan tiempo con mi mamá, con mi hermana y también con mi marido, nunca están solos. Mi esposo es también bombero, así que sabe perfectamente lo que es esta actividad. Es el jefe”.

 

Juana nació en El Trapiche hace treinta y cinco años, vive en la zona norte de la Comuna donde está ubicado el balneario viejo. "Toda mi vida estuve ahí y no lo cambio por nada. Es mi lugar en el mundo”, concluyó.

 

 

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