25°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

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Un aspecto que no podemos excluir

Todos admiramos a aquellos que alcanzan sus metas y objetivos, ya sea que se trate de un descubrimiento científico, un talento artístico o una competencia deportiva. Nos despiertan admiración porque son personas que lideran su vida, lo cual incluye proyectos, sueños y realizaciones.

 

Lo cierto es que cada ser humano sobre la faz de la tierra, en mayor o menor medida, tiene metas que desea lograr y sueños que le gustaría ver cumplidos. ¿Cuáles son los tuyos? Independientemente que lo tengas en claro o no, necesitás desarrollar un aspecto que los triunfadores jamás dejan de lado: la actitud correcta.

 

Aquel que “tiene actitud” expresa de manera visible, por medio de sus acciones, lo que siente internamente. Nuestra actitud es la forma en que reaccionamos frente a las diversas circunstancias de la vida. Poco importan los acontecimientos. Ante una misma crisis, económica, familiar, de pareja o de cualquier otro tipo, dos personas pueden reaccionar de diferente modo. Una puede deprimirse, recluirse y escoger no hacer nada para cambiar el afuera; mientas que otra puede decidir enfrentarla con valentía y actuar para modificar aquello que le impide avanzar.

 

Aun ante la peor adversidad, una actitud positiva puede ayudarnos a derrotarla, emocionalmente hablando. En estos casos es fundamental cómo decidamos enfrentarla. La mayoría de las personas tienden a lamentarse y a pensar todo el tiempo en lo que les está sucediendo; pero la actitud ideal se ría pensar en qué podríamos hacer con eso que nos está sucediendo. Rockefeller expresó en una ocasión que la vida consiste en un 10% de las vivencias que tenemos y en un 90% de nuestras reacciones ante ellas. Dicho 90% es lo que llamamos actitud.

 

Casi nadie es capaz de disimular su actitud frente a la vida, pues esta suele manifestarse en el cuerpo, sobre todo, en la cara. ¿Sabías que tu actitud te acompaña a todos lados? La gente que nos rodea se da cuenta de cómo reaccionamos. “¿Qué te pasa que tenés esa cara?”, seguramente alguien te habrá preguntado alguna vez. Ya sea que estuvieras angustiado o feliz.

 

Una buena actitud trae como resultado buenas relaciones interpersonales. Quien acostumbra sembrar respeto, amabilidad, generosidad, gratitud, y cosas por el estilo en los demás, siempre cosechará lo mejor de ellos. A la gente le gusta estar cerca de alguien con una actitud positiva y esa persona disfrutará de mejor salud y mayor cantidad de puertas abiertas, de oportunidades, que el resto, especialmente de aquellos con la actitud contraria. Por eso, nunca dudemos en tratar bien a todo el mundo.

 

Para concluir, no permitas que los demás determinen cómo vas a reaccionar. Pase lo que pase, vos y solamente vos elegís tu actitud. No olvides que la actitud que adoptes en la vida determinará que fracases o tengas éxito en todo lo que emprendas y alejará o acercará a la gente correcta hacia vos. Como reza el dicho: “Todo es cuestión de actitud”.

 

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