Tengo miedo de envejecer

En la cultura en la que vivimos juventud es sinónimo de belleza y vejez de decadencia. Por eso, tanta gente tiene miedo de envejecer, en especial a partir de los 40 años. En realidad, como explico en mi nuevo libro Calma emocional, la vejez tiene mala prensa entre nosotros por todo lo que esta implica.

¿Cuándo empieza uno a sentirse viejo? Algunos cuando los tratan de usted, otros cuando comienzan a tener achaques de salud y otros incluso cuando los hijos crecen, se casan y los convierten en abuelos. Lo cierto es que existen diversos mitos sobre la vejez, creencias que tenemos muy arraigadas y consideramos ciertas.

Te invito a analizar tres de ellas:

1. Si pierdo mi juventud, lo pierdo todo

 En ninguna etapa de la vida lo tenemos todo, siempre nos falta algo. Se asocia vejez con carencia pero la realidad es que la mayoría de las personas siempre sentimos que necesitamos algo más. Nadie es feliz todo el tiempo, aunque algunas personas parecen ser más felices que otras. Casi todos tuvimos algún conflicto en la adolescencia. Dejar la juventud para entrar en la adultez y luego en la vejez no debería ser visto como una pérdida. La vejez no es el final de la vida, es sólo una etapa más que puede ser tan plena como cualquier otra. Para ello, haríamos bien en prepararnos desde jóvenes.

1. Mi vida comenzará a los 40

La vida empieza cuando cada uno así lo decide. Muchos mueren antes de morir por la clase de vida que llevan. Podemos mantenernos activos y sanos, independientemente de nuestra edad, en primer lugar si nos cuidamos y también si tenemos proyectos, sueños por cumplir, que nos entusiasmen y nos inyecten ganas de vivir. Quien piensa que su vida comienza a determinada edad es porque pone sus ojos en el pasado y suspira cuando ve a alguien más joven que él o ella. Siempre tenemos que mirar hacia adelante. La vida está adelante y, aunque hoy tal vez no tengamos la fuerza que teníamos ayer, en la etapa de la adultez y la vejez estamos listos para disfrutar del paisaje. Lo importante no es correr, sino seguir adelante y hacer lo que debemos (y queremos) hacer a cada edad.

1. Si soy viejo, ya no soy atractivo para nadie

Cuando pasamos los 30 años, las emociones que tenemos las guardamos en el rostro. Cada uno es 100% responsable del rostro que tiene. Pero hoy en día vemos a muchos jóvenes que reflejan en sus caras el dolor emocional acumulado, a pesar de tener pocos años de vida. Por eso, el atractivo del cuerpo no depende de la edad, sino más bien del rostro. Es posible vivir una vejez extraordinaria, si solo pensamos que es posible. Esto no significa ser famoso ni conocido, ni tener mucho dinero. Simplemente es pasar por este mundo y dejar una huella para los que vienen atrás convirtiéndolo en un lugar mucho mejor de lo que era antes de nuestro paso por aquí.