Las raíces latinoamericanas en un viaje trascendental

En un paso fugaz por San Luis, la presencia del dúo “Saltataki” no pasó desapercibida. La pareja formada por Nadine Hjelt y Sabino Figueroa emprendió una gira continental en la que registran, a cada paso, un documental sobre la música, llamado “América Conversa”.

“Estamos recorriendo el continente, de caravana en una casita rodante con la familia”, contó Sabino sobre los acompañantes, su esposa -la cantante del dúo- y sus hijas pequeñas Indi y Lumi, que venían desde Chile, pasaron por suelo puntano y siguieron a Río Cuarto, hasta llegar a Uruguay y terminar en Brasil.

Sólo conocen los paisajes sanluiseños de las veces que pasaron por la provincia en otras oportunidades. Pero esta vez no tocaron, vinieron como documentalistas y están filmando con el fin de mostrar distintos géneros musicales del continente.

“Ese es el verdadero motivo nuestro, por eso vamos en caravana, en familia y con los instrumentos, por supuesto”, precisó el artista. En cada parada hacen pequeñas intervenciones -de acuerdo a lo que el tiempo les permite- además de descansar y seguir su viaje, que es autosustentado.

“Somos músicos independientes al cien por cien. Soy compositor y nuestra idea es cultivarnos, aprendiendo y registrando esta experiencia de manera audiovisual”, explicó Sabino. Este proyecto lleva el nombre de “América Conversa”, un largometraje sobre esa experiencia de la cual están en la última etapa. Ya recorrieron Centroamérica, México, Cuba y de ahí a todos los países de América del Sur.

Todo tiene que ver con el concepto que engloba al género que ellos difunden: lo llamaron indoafrolatino. “Le pusimos así porque es una música nueva pero no es una fusión, sino que indagamos lo que son nuestras raíces y a partir de ahí construimos una música nueva”, reveló Figueroa sobre los frutos de viajar “a la savia profunda de lo que somos, que es el origen, lo autóctono, lo originario de nuestra tierra americana y lo africano -que forma parte de nuestra cultura- y lo latino”, dijo.

También contó que para sus hijas es una aventura salir así al mundo y aprender en el sentido literal del oficio: sus padres son sus maestros, ya que hacen educación en casa. “Es parte de lo que somos nosotros, es una forma alternativa de educarlas y aprenden de este intercambio gigantesco que se produce cuando uno está viajando. Ellas se nutren muchísimo, nos acompañan y ayudan”.

“Esto lo hacemos a huevos y ovarios, y tal vez sea inspirador. Hay otras formas de vivir, a veces nos fascinamos con la comodidad del mundo moderno y hay muchas formas de vivir”, recalcó Sabino, y aunque esta etapa los tiene como familia nómade, el nombre “Saltataki” se desprende de Salta, la provincia donde están radicados, y Taki, que significa música en el idioma qechua.

“Hacemos música más latinoamericana, más indígena, más nueva también. Tratamos de hacer un aporte, no de replicar lo que ya está hecho”, comentó el músico de un dúo que en vivo cuenta con un despliegue instrumental de violín, charango, guitarra, acordeón, quena, voces, sampler y accesorios, de un repertorio con composiciones basadas en los ritmos del continente, y son el grueso de sus cinco producciones discográficas, disponibles en todas las tiendas digitales.