22°SAN LUIS - Viernes 29 de Marzo de 2024

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Tengo miedo de que me dejes

Muchas personas temen ser abandonadas. Detrás de todos los miedos que experimentamos, se esconde el temor al abandono. ¿Cuál es la raíz de esta emoción? Por lo general, la persona sufrió el abandono de uno o ambos padres, o quizás, físicamente estaban presentes pero emocionalmente no estaban disponibles. Ese adulto muy probablemente temerá perder a sus seres amados: pareja, hijos, amigos, clientes, etc.

 

¿Es posible vencer el miedo a que nos dejen? ¡Claro que sí! Estas son tres ideas prácticas que pueden ayudarnos a disfrutar de quienes nos rodean, sin temor a que se vayan de nuestro lado:

 

1. Admitir el miedo a ser abandonado

 

Este debería ser el primer paso y una acción fundamental. Nadie puede modificar algo que se niega a reconocer. Todos sentimos temor cuando nos enfrentamos a una situación nueva o a un desafío pero muchos tratan de ocultarlo para que los demás no se den cuenta. Sólo cuando miramos un miedo a la cara, podemos superarlo. Porque de esa manera se achica hasta desaparecer (o sigue estando pero ya no nos impide actuar). Para vencer el miedo al abandono, lo primero que hay que hacer es reconocerlo, aunque nos sintamos asfixiados y con ganas de salir corriendo.

 

2. Reemplazar el miedo por pensamientos positivos

 

Pensar obsesivamente en algo nos conduce a que eso finalmente se convierta en realidad. Por eso, si siento pánico de que alguien se vaya de mi lado y pienso en eso todo el tiempo, lo mejor es reemplazar esa idea por otra positiva. ¿Por qué? Porque los buenos pensamientos provocan emociones similares. Si bien, no podemos controlar la conducta de otra persona, sí tenemos la capacidad de dominar lo que pasa por nuestra cabeza. Por ejemplo, si te persigue la idea de que tu hijo se vaya a vivir a otro país, decidí imaginarte con él disfrutando momentos maravillosos juntos.

 

3. Confiar en nosotros mismos

 

¿Tenés confianza en vos mismo? Para muchos, es más sencillo confiar en otros que en sí mismos. Pero cuando reconocemos y valoramos nuestras propias capacidades (sabiendo también cuáles son nuestros puntos débiles), la confianza en nosotros mismos aumenta. Aprender a confiar en uno mismo es importantísimo para vencer el miedo al abandono, que tiene que ver con la propia inseguridad. Aquel que cree en sí mismo es capaz de lograr cualquier cosa que se proponga y no necesita depender de nadie ni temer lo peor con respecto a sus relaciones interpersonales.

 

Como dijimos al comienzo, todos nuestros miedos tienen en común el temor al abandono. Pero también hay algo que todos compartimos, sin distinción de nacionalidad, raza, religión o ideología política: la necesidad y el deseo de ser amados. El amor es lo único que puede derrotar el miedo. Esto es así porque se trata precisamente de su opuesto. Lo contrario del amor no es el odio, como muchos piensan, sino el temor.

 

Pero antes de que otro nos ame, debemos empezar por amarnos a nosotros mismos. Sólo amándonos de manera sana y equilibrada podemos dejar de temer que la gente nos abandone.

 

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