Familiares volvieron a pedir por la aparición de Abel Ortiz

Al margen de que el viernes se cumplieron tres años y medio de la desaparición  de Abel “Pochi” Ortiz, su familia marchó ayer, más que por la fecha, por los padres del joven, que avanzados en edad temen “irse sin saber dónde está”, le comentó un familiar a El Diario. Como sucedió en varias de las 33 marchas que realizaron hasta ahora, allegados y vecinos que se solidarizan con la causa caminaron cerca de 15 cuadras para reavivar el pedido de que el caso sea esclarecido.
A pesar del tiempo transcurrido, Carolina Ortiz, hermana de Abel, sostiene que la familia sigue confiando en la Justicia. “Nos dicen que estamos locos, pero es así. Seguimos confiando”. “Siempre estuvimos muy conformes con lo que se logró, porque el fiscal (Néstor Lucero) y el juez (Leandro Estrada) lograron que estas personas hayan llegado a estar presas. Pero bueno, la que los dejó libres fue la Cámara (Penal 1)”, se quejó la mujer, en referencia a la liberación de la peluquera Alejandra Espinosa, de una amiga de ella, María Vázquez, y del comisario que tuvo una relación amorosa con la principal sospechosa, Marcelo Acevedo.
“La última vez que nos reunimos con el fiscal nos dijo que sigue sosteniendo lo mismo: todo gira en torno a ellos. No hay otra persona como para poder investigar por otro lado. De todas maneras, confiamos en que se van a hacer nuevas pericias, en que puede surgir algo nuevo. Pero al estar la Policía involucrada es un poco complicado ¿no?”, se cuestionó.
Preguntarle el estado anímico a una familia que no encuentra consuelo es casi absurdo, pero Carolina lo comenta igual. “Mis padres están bien de salud, pero tienen altibajos anímicos como tenemos todos nosotros. Hay días que están bien y otros mal. Ayer por ejemplo, mi papá sentía un dolor en el pecho, quizá por los nervios por la movilización de hoy (por ayer)”.
La convocatoria de este sábado fue para las seis de la tarde, en la esquina de calles Rivadavia y Balcarce de Villa Mercedes, con la consigna de marchar hasta plaza Pedernera y regresar hasta la Plaza del Sesquicentenario.
“Lo hicimos, más que nada, por mis padres, que ya están en una edad avanzada y temen irse sin saber dónde está. Qué le pasó. Qué le hicieron. Que es lo que siempre hemos pedido”. “También para sensibilizar a la gente para que, si vio algo, hablen”, remarcó Ortiz.
La invitación circuló algunos días por las redes sociales junto a una foto de Fermina Arce y de Juan Roque Ortiz, papás de “Pochi”, en el mural de su hijo que está pintado en la plaza que ellos llaman “la plaza de Abel”, en la esquina de General Mulleady y Almafuerte.
“Estamos muy agradecidos a toda la gente que nos sigue acompañando”, comentó la mujer anoche al término de la caminata, que reunió a más de 300 personas que caminaron con cientos de panfletos con la cara de Abel, carteles y pasacalles, la mayoría con el lema “No se olviden de él”.