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El museo de El Morro reúne más de 400 piezas de todas las épocas

En los salones existen elementos que fueron donados por los habitantes de la localidad, de todo San Luis y de otras provincias.  

Por redacción
| 23 de marzo de 2018
Exposición. Esculturas, bueyes, fotografías, lámparas, bateas y boleadores, se pueden apreciar. Foto: Martín Gómez.

Esculturas, bueyes, fotografías, lámparas, bateas, boleadoras y vestimenta de sacerdotes, forman parte de la colección de más de 400 piezas que se puede apreciar en el Museo Regional y Autóctono de San José de El Morro, uno de los sitios más visitados que posee el pequeño pueblo.

 

El salón de exposición está ubicado al lado de la Iglesia y frente a la plaza Juan Esteban Pedernera, funciona desde 1981 y fue fundado por Juana de Soloa con el padre Raúl Bosco, párroco de la Iglesia en esa época. Está constituido por tres salas, dos de ellas fueron anexadas con los años, ya que pertenecían a la parroquia.

 

La guía del sitio, Mariana Luján, precisó que "pueden verse la parte tradicional que son antigüedades donadas en custodia por personas del pueblo y de todo San Luis, como también de otras provincias del país".

 

Durante el recorrido, se observan pinturas del artesano local, Ramón Soloa, y banquitos elaborados con hueso de vacas y madera.

 

También fotos de los antiguos pobladores, que datan de principios del siglo XIX, bateas para lavar la ropa y una más pequeña para elaborar pan.

 

El recorrido sigue con morteros, lámparas, lámparas de mineros, palos de amasar, una pastalinda (de hace casi medio siglo y célebre máquina para fabricar pastas casera), una cocina antigua, hay moldes para hacer velas y boleadoras y piezas de los pueblos originarios.

 

En un costado de la sala, hay partes de las antiguas puertas de la Iglesia (construida a principios de 1770) y las andas con la que sacaban en procesión a los santos por las calles del pueblo.

 

Se ven vitrolas, radios antiguas, equipo de peluquería de 1930, un equipo de mates, ventosas, linternas planchas y un exprimidor de carne.

 

"Tenemos una bandera que fue firmada por los ex combatientes de Malvinas de San Luis y donada al museo en el 2012. Hay un mapa de las Pampas del Sur que se ve como estaba en la época de 1800. También nos encontramos con una lista de unos 20 soldados que eran de la localidad y de la zona, que participaron en las campañas libertadoras del General San Martín", comentó Luján.

 

En el salón existe una carta del General San Martín de 1818 que le escribió al entonces gobernador de San Luis Vicente Dupuy. "De acuerdo a historiadores, en uno de sus viajes que realizó a Chile pasó por El Morro. Unos kilómetros antes de llegar se le rompió el carruaje, pero igual pudo llegar. Se hospedó unos días en una vivienda que estaba ubicada frente a la plaza del pueblo y le escribió a Dupuy para que le enviara un carruaje nuevo para poder movilizarse. A los días llegó la nueva movilidad", comentó la guía.

 

En el salón se ven máquinas de escribir, un tablero electrónico de ajedrez, cubiertos de alpaca, filtro de aguas, un cepo de piernas para torturar a las personas, una maqueta del morro y un yugo que se colocaba en el cuello a los bueyes.

 

Según Luján, el museo es muy visitado de diciembre a febrero, y en julio también tiene convocatoria. "Lo visitan turistas de varias provincias, sobre todo del sur", destacó.

 

"Son muchas las piezas que los atrae, dicen esto lo tenía mi abuela o mi madre". Viene mucha gente grande y se lleva una buena impresión, les gusta lo que tenemos para mostrar", resaltó Luján.

 

En una sala contigua, hay un sector litúrgico con indumentaria sacerdotal, que fue donada por la Diócesis de San Luis. "La Iglesia de El Morro, fue una de las primeras que se construyó en la provincia", señaló.

 

Se ve la cama, una mesa de luz, una palangana y un espejo, perteneciente al primer sacerdote del pueblo. "Los historiadores del pueblo dicen que puede haber sido del padre Miguel Ángel Saavedra, aunque no es seguro", advirtió la guía.

 

En el salón está el primer Vía Crucis que se utilizó en la localidad , las estolas y toda la vestimenta que utilizaron los sacerdotes de la parroquia. Hay un busto de monseñor Dionisio Tibiletti y un sellador con el que cortaban las hostias en esa época.

 

El museo está abierto de lunes a lunes de 9 a 13 y de 15 a 19. La entrada tiene un valor de 5 pesos para los mayores de 12 años.

 

"La Cautiva"

 

En el salón principal también  luce una escultura de Tiburcia Escudero (realizada por el escultor Andrés Suárez), una mujer mejor conocida como “La Cautiva de los Ranqueles”, que vivió hasta los 104 años y falleció en 1931.

 

“La Cautiva” vivía con sus padres y sus cuatro hermanos en un rancho, hoy bautizado el “Hueco de Tiburcia”, a ocho kilómetros al sudoeste del pueblo. En noviembre de 1850, Tiburcia, fue secuestrada por un malón de ranqueles. Según su testimonio, a los ocho meses de cautiverio intentó huir pero la encontraron y la llevaron a las tolderías donde recibió flagelos y maltratos. Después, en un segundo escape, caminó durante tres días hasta que la recapturaron. Y recibió un castigo más cruel: le arrancaron la planta de los pies.

 

La última oportunidad de huida llegó mientras los ranqueles dormían tras regresar de un malón. Tiburcia se llevó los tres caballos del cacique y emprendió para el norte. Unos paisanos dieron con ella y regresó a El Morro.

 

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