Natural Luge: Tamara Fissore comenzó a planificar la próxima cita

Si bien todavía falta mucho, Tamara Fissore no se relaja. La villamercedina ya empezó a trabajar en lo que será a partir de diciembre su quinta participación en la Copa del Mundo de natural luge, en donde es la única representante argentina y se ha ganado un lugar.

“Lamentablemente acá en el país no hay pista de hielo y tengo que hacer todo físico. Lo estrictamente técnico lo hago en Europa cuando voy, casi siempre un mes antes para ponerme a tono”, le comenta Tamara al Suplemento DxT, quien ayer retomó la rutina.

“Salí a correr e hice mucha soga. Fue mi primer día, estoy muy cansada”, agrega la sanluiseña, que bajo la puesta a punto del profesor Leonardo Aimone se moverá pensando en mejorar la performance, o sea en achicar la brecha respecto a las atletas europeas.

En la pasada temporada Tamara llegó dos veces al podio. Fue dentro de la Copa de las Naciones, donde alcanzó un segundo puesto en Austria y una tercera plaza en Italia. Eso, sin contar que por primera vez accedió a varias finales junto a las mejores del mundo.

Actuaciones que la emocionan, y que arrojan como resultado un balance positivo: “La verdad es estoy satisfecha. En mi cabeza siempre está dar los mejor de mí. El año pasado llegué bien. Mi entrenador (el austríaco Karl Flecher)no lo podía creer, me dijo que había avanzado muchísimo”, contó.

Del asfalto a la nieve

Tamara es una amante de los deportes extremos. Es más, sus primeros pasos fueron en longboard y street luge (sobre asfalto), alcanzando triunfos importantes. Y a partir de 2014, gracias a una invitación de dirigentes de la Federación Internacional de Luge se mudó a la nieve.

La villamercedina recuerda el momento: "Se contactaron después de una competencia en Teutonia (Brasil), hice un descenso muy rápido ganándoles a varios hombres. Ahí me acercaron la propuesta, me gustó y a los días decidí probar en natural luge”.

Y para que quede bien claro, si bien a ella le gusta descender en asfalto, su prioridad hoy en día es la nieve, “me encanta esta disciplina, es la que más ganas de practicarla me genera, a pesar de que lo hago una vez al año. Se extraña bastante, acabó la copa y yo me vine a Argentina y ellos todavía están compitiendo”, comentó.

Pero si de extrañar se trata, la familia ocupa sin dudas el primer lugar: “Estar lejos de los familiares es lo que más cuesta. Después las tradiciones, como tomar mate… Estando allá tres meses te querés volver, y cuando estás acá te querés ir porque dejaste amigos con los cuales compartís muchas cosas, son una segunda familia”.

Tamara deberá esperar nueve meses para volver a pisar la nieve. Para subirse otra vez a su trineo e intentar conseguir un buen resultado en una especialidad que no es fácil, que exige al máximo.

Hasta que ese día llegue la puntana se pondrá a punto. Ayer comenzó con todo su rutina.