19°SAN LUIS - Viernes 19 de Abril de 2024

19°SAN LUIS - Viernes 19 de Abril de 2024

EN VIVO

La seca golpea a toda la cadena de la ganadería

Abril arrancó con lluvias en algunas regiones productivas y se espera que durante el transcurso del mes sean superiores a los registros del verano, aunque los pronósticos indican que no quedarían por debajo de los promedios históricos. Hay que tener en cuenta que entramos en el momento del año en el que merman las precipitaciones, lo que significa que si bien las proyecciones de los climatólogos indican que se comenzaría lentamente a salir de la saca, no habría un cambio de tendencia muy marcado y, además, entramos en el momento del año de menor producción de pasto.

 

La sequía de los últimos meses dejó su huella en el sector ganadero. Por la mayor oferta de ganado aumentó la producción de carne vacuna y en consecuencia el consumo interno, que en enero-febrero superó levemente los 60 kilos. Esto implica un salto del 9% en relación al promedio alcanzado en el primer bimestre del año pasado. Ese registro sería todavía mayor en marzo, para lo cual hay que esperar las estadísticas oficiales.

 

Al tiempo que aumenta la oferta de carne vacuna disminuye la de pollos. Según las estadísticas del Ministerio de Agroindustria, en enero-febrero el consumo aparente fue de sólo 39 kilos, lo que significa una baja muy importante, del orden del 7,5% respecto de igual período de 2017. En enero de 2016 se alcanzó también ese promedio, pero para lograr un consumo anual de pollos tan bajo hay que remontarse a 2011.

 

La producción de pollos suele caer en verano. Las altas temperaturas desmejoran la conversión del maíz en carne. Pero este año hubo un factor adicional: la decisión empresarial de hacer frente a la suba de costos con una reducción marcada de los niveles de producción que busca, y por ahora parece estar en camino de lograrlo, incrementar los precios del producto en la góndola. En efecto, según relevamientos privados el precio del pollo entero aumentó casi 30%, cuando la inflación general de precios fue del 25%, aunque hay que destacar que el sector avícola sufrió subas continuas en insumos clave como la energía o el maíz, que ajustaron más su rentabilidad. Además hay que tener en cuenta que con ese salto la relación pollo/carne vacuna se redujo luego de alcanzar máximos históricos de más de 3 a 1 en el último año.

 

En el caso del sector porcino, los datos oficiales dicen que la producción permite un consumo de 14 kilos mientras que los privados aseguran que son casi 17. En este sector la suba fue menor a otros años, del 3,5%.

 

En definitiva, el consumo de cerdos se mantiene más o menos estable, mientras que el de pollo cae, aunque esa baja está compensada por la oferta del sector vacuno. En este punto vale una nota al pie: en los últimos años el aumento de la oferta de las carnes sustitutas modificó el comportamiento del consumidor argentino y la famosa falta de elasticidad de la demanda en el mercado vacuno dejó de ser tal. El comprador ahora incorporó a su dieta al pollo y al cerdo. Los tres productos hoy compiten por su espacio en el plato, incluso la carne de vaca que hasta hace pocos años tenía su demanda asegurada y preferencial, por la necesidad económica, los bajos precios y cierta practicidad y rendimiento del producto, la carne de pollo se ganó su lugarcito en el paladar y más recientemente la carne de cerdo hizo lo propio.

 

Entre las tres, el mercado interno tiene a su disposición entre 114 y 117 kilos por habitante/año (eso según el dato que se tome del sector porcino). El abastecimiento del mercado doméstico sigue siendo alto, aunque con cierta tendencia a la baja para fortuna del sector ganadero, que atraviesa una situación más que delicada por una alta oferta de hacienda, que en muchos casos no presenta las mejores condiciones corporales, lo que también deprime los precios.

 

 

Alta oferta de gordo y                                                                                                  

 

más encierres en los corrales

 

En los primeros dos meses del año la producción de carne vacuna aumentó 13%. Los operadores del mercado ganadero indican que en marzo la faena  fue todavía mayor, lo que claramente benefició a una industria frigorífica que licua con volumen y productividad la suba de costos. “Pan para hoy, hambre para mañana”, es la frase que le cabe a esa situación ya que de cambiar la tendencia climática para el segundo semestre, lo que podría darse es una fase de retención que generaría la situación contraria para los industriales, que citan para ejemplificar lo que sucedió en la seca de 2009 y en la posterior retención de 2010.

 

Hasta ahora el clima seco impulsó la oferta, especialmente de algunas categorías. Es notoria la mayor disponibilidad de vacas y de hacienda de mala terminación. Mucha vaca que el año pasado se vendía gorda, en 2018 comenzó a salir antes de los campos y en malas condiciones corporales, lo que deprimió sus valores y restó ingresos a criadores que además están vendiendo exigidos por las circunstancias y a bajos precios los terneros de invernada.

 

En el caso de la vaca, el promedio de marzo según el dato del Mercado de Liniers fue de $18. Es el mismo nivel de valores que hubo en el tercer mes del año pasado, cuando el resto de las categorías tuvieron cierto incremento en los valores, aunque también fue muy inferior a la inflación. Si se comparan los precios promedio de los dos marzos, la mejora en las categorías novillos, novillitos, vaquillonas y terneros fue de entre 6 y 9%. Al cierre de marzo el precio del ganado vacuno para consumo está entre 5 y 6 pesos por debajo de lo que debería para empatar en términos reales a la inflación de la economía argentina.

 

Lo que viene en los próximos meses dependerá mucho de la evolución del clima. Si bien la sequía comenzaría a aflojar, la llegada del otoño-invierno, época de baja producción de pasto, daría lugar a una continuidad de la alta oferta de hacienda. Y en ese escenario no cabe esperar una mejora de los precios, por lo menos no en términos reales; y es muy probable que tampoco se de en términos nominales. La situación de muchos productores no permite esperar a que el tiempo cambie, lo que los obliga a aliviar la carga en los campos o recurrir a herramientas productivas como la del engorde a corral.

 

Los feedlots se están llenando. Hace pocos meses los empresarios nucleados en la Cámara de Feedlots decían que para que el negocio cierre el precio de compra de la invernada debía ser uno o dos pesos inferior al del gordo. Por eso muchos esperan que avance la zafra para comprar y el valor del ternero caiga todavía más. Por ahora el precio se redujo en torno al 15%. Lo que antes se negociaba llegando a los $45 ahora se vende en $38. No hay campo donde llevar la hacienda y ante ese panorama el engorde en los corrales es la salida de emergencia de muchos.

 

Ante la mayor oferta de invernada la preferencia está puesta en el macho, mientras que la hembra queda rezagada ya que es un producto que se termina en kilajes más bajos y con mayores riesgos de sobre engrasamiento y menor rinde en gancho. Atentos a esa situación los funcionarios de Agroindustria bajaron su peso mínimo de faena para las terneras a 260 kilos. La seca les vino como dedillo al dedo para decidir una medida que sostenían casi hasta el capricho, cuando todo el mercado les indicaba que era muy complicada de cumplir, más cuando en situaciones de seca la hacienda llega a los corrales con 150 kilos y castigada físicamente.

 

Como decíamos, muchos feedlots se llenan con hacienda de matarifes o frigoríficos. Otros con ganado de productores, pero otros tantos prefieren esperar para decidir las compras a medida que avanza la zafra. Para los feedlots con un maíz caro, el diferencial lo pueden hacer en la compra-venta y apostando a que cuando salgan con el gordo el mercado lo pague. Apuesta riesgosa y que ya fracasó este verano.

 

 

La seca y la cría

 

La notable caída en la disponibilidad de pasturas naturales y las complicaciones para la siembra de verdeos impedirá la recría de terneros y el engorde de las vacas que den malos resultados en los tactos. Después de tantas semanas sin las precipitaciones necesarias los productores comienzan a observar la pérdida de estado corporal de la hacienda, por eso se intenta adelantar los destetes y aliviar el estado de las madres para evitar que se pierda la preñez y se vea afectada la productividad de la cría.

 

La seca tiene consecuencias que impactan en lo inmediato pero también las tendrá en el mediano plazo. En lo cercano se dan los cambios que venimos enumerando, pero mirando con faros más largos se estima que se vería afectada la futura producción de terneros por el mal estado de las vacas, lo  que impactaría en las preñeces.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Temas de nota:

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo