Cómo ser libre del engaño y de la manipulación

¿Alguna vez fuiste engañado en algún área de tu vida? Se calcula que todos somos engañados a lo largo de la vida por lo menos una vez, y también que todos hemos engañado a alguien en algún momento. Sin embargo, algo muy distinto del engaño y la manipulación es la personalidad manipuladora.

¿Cómo podemos identificar la manipulación y el engaño en el área afectiva?

A nivel corporal

La manipulación consiste en tomar control sobre alguien sin que la persona manipulada lo sepa. Es diferente de convencer a otro mediante argumentos verdaderos y lógicos. Es decir, que la influencia (convencer o negociar) es algo positivo. Mientras que manipular siempre es negativo porque se basa en la mentira.

El manipulador busca bloquear nuestra capacidad de pensar y reflexionar. Es interesante que o podemos identificar a través de sus actitudes corporales. Por ejemplo, mira permanentemente a los ojos para intimidar al otro. Cuando uno charla con alguien, parte de la conversación no mira a los ojos a la otra persona pero el engañador traba la mirada y no le saca los ojos de encima a su interlocutor.

Por el contrario, cuando uno le habla, hace otra cosa para evitar mirar al otro: jugar con las manos o con una lapicera, mirar hacia otro lado, leer el diario o el celular, mirar la televisión, etc. En realidad, el mensaje que uno le da no es importante para él porque no considera a los demás tan valiosos como para prestarles toda su atención.

Está comprobado que, cuando estamos en un grupo, nos mimetizamos y hablamos todos más o menos de manera parecida. El manipulador, en un grupo, habla más alto o grita para llamar la atención; o habla muy bajo para ponerse en el lugar de víctima. Su mensaje es: “No me importa lo que los demás hagan o digan”.

Es una forma indirecta de descalificar a los demás.

A nivel verbal

El manipulador usa disfraces, no es la misma persona en todos los ámbitos. Su disfraz dependerá del ámbito en el que se mueva. Por eso, podemos encontrar a alguien que primero nos mira y nos sonríe y después se da media vuelta y nos ignora. Por eso, es importante darnos tiempo para conocer a una persona y ver cómo se comporta en los distintos ámbitos.

Otra cosa que hace el manipulador es meter cizaña. ¿Qué significa esto? Que le gusta levantar información de los demás. Por ejemplo, pregunta cómo se llevan los integrantes de una pareja y va levantando información de uno y de otro. Todo aquel que viene a engañar hará preguntas que generen duda y sospecha.

Otras características en este nivel son: deformar o cambiar las cosas que se dijeron; decir cosas que no se dijeron; hablar confuso y mezclar temas; o decir algo de manera indirecta: “¡Qué sucio está el piso!” (en lugar de pedir que lo limpien).

El corazón de todo manipulador es la mentira. Por eso, la manera de no caer en el engaño, o de lograr salir de este, es pararnos siempre en la verdad, pase lo que pase siempre.