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Keisy Perafán: “Enfrentar a Paula Pareto en la final fue un sueño cumplido”

La judoca puntana vive horas de inmensa emoción. Consiguió la medalla de plata en el Panamericano y fue confirmada como representante argentina en los Juegos Odesur “Cochabamba 2018” en mayo y en el Mundial de Bakú, Azerbaiján, en setiembre.   

Por Maximiliano Molina
| 23 de abril de 2018
Arriba Argentina. Perafán, la entrenadora Martinel y Pareto.

“No se cómo explicar lo que siento, son muchas sensaciones juntas. Pienso en todo lo que dejé para llegar hasta acá, lo que me costó estar lejos de mi familia. Ver que tanto esfuerzo tiene su recompensa es muy gratificante. Todavía no caigo en todo lo que me está pasando”. Con la voz al borde de la emoción. Así describe Keisy Perafán (22 años) cómo vive estas horas de alegría en Costa Rica, tras la obtención de la medalla de plata en el Campeonato Panamericano de Judo en la categoría hasta 48 kg. Y con el condimento extra que el combate final fue ante su ídola y compañera de la Selección Argentina, la campeona Mundial 2015 y Olímpica 2016: Paula Pareto. 

 

El podio le dio el pasaporte al Mundial de Bakú (Azerbiaján) en setiembre, pero las buenas noticias no terminaron ahí para la puntana. Tras el torneo, sus entrenadoras -Laura Martinel y Daniela Krukower- le confirmaron que será una de las representantes argentinas en los Juegos Odesur de Cochabamba (Bolivia) en mayo y que también irá al Grand Prix de Budapest (Hungría) en agosto.

 

“De los Odesur hacía un par de meses que me decían que había posibilidades que fuera porque no se sabía si Paula (Pareto) iba a ir. Después hablando personalmente con ella, me dijo que no iba y que era probable que fuera yo, pero nadie me lo confirmaba. Mis entrenadoras me dieron la noticia tras el torneo y no lo podía creer. Me puse refeliz. Fue como cuando gané el Panamericano Juniors pero multiplicado por diez”, subrayó Keisy.

 

 

—Repasemos el camino al podio, ¿cómo te sentiste en el debut ante la portorriqueña Paola García?

 

—Por lo general uno siempre está nervioso en la primera lucha y a mí me temblaban las piernas. Éramos 18 judocas en el cuadro y sabía que si perdía quedaba afuera. Pude resolver bien el combate ante una rival con la que nunca había peleado. Hice un par de técnicas de parada y la resolví haciendo un trabajo en el piso, la retuve y gané por ippon.

 

 

—Luego vino la colombiana Edna Carrillo.

 

—Sí, ya la había enfrentado en la gira sudamericana dos veces este año, ambas con triunfo. Tiene 18 años, pesa 44 kg y un gran futuro. Al principio salió a no dejarme hacer nada. No la podía ni agarrar, se movía mucho. Me desesperé un poco. Hasta que me calmé, pude realizar el agarre que más me gusta y empecé a dominar. Lo resolví con una técnica que se llama kata guruma. Antes la hacía y quedaba expuesta; pero esta vez salió y fue ippon.

 

 

—Llegó la semifinal y era una pelea clave para asegurarse una medalla y el pasaje al Mundial. ¿Qué sentiste en la previa?

 

—Mi sueño siempre fue ir a un Panamericano y llegar a la final ante Paula Pareto. Antes de la semifinal contra la mejicana Edna Carrillo (Nº 23 del mundo), yo pensaba que tenía que dejar todo para cumplir ese sueño. Y se me dio. Era una rival complicada, zurda, con un agarre muy molesto. Era muy difícil ganarle pero solo pensé en disfrutar la lucha.

 

 

—¿Y fue cómo esperabas?

 

—Las dos atacábamos pero pasaron los cuatro minutos y ninguna hizo puntos. Fue una pelea muy pareja. Nos fuimos a golden score; y en un momento ella quedó en el piso, boca abajo. Hice un trabajo en el suelo para darla vuelta. Al principio solo buscaba la palanca pero después vi que me quedaba la estrangulación como alternativa. La trabajé, la giré hasta que se rindió y logré el triunfo. Me largué a llorar de la emoción.

 

 

—La final, Paula Pareto como rival... cumpliste el sueño.

 

—Vi el cuadro del torneo y traté de ver con quién me tocaba la primera lucha. Pero también me fijé donde estaba Paula, y al estar en la otra llave sabía que podía cruzarme con ella solo en la final. Fui avanzando y me propuse llegar a la definición para luchar contra ella. Enfrentar a Paula en la final fue un sueño cumplido.

 

 

—¿Y qué análisis hacés de ese combate?

 

—Fue una lucha corta. Me hubiera gustado que durara más. Empecé bien, es más, cuando salimos ella me dijo que le había gustado como había entrado porque intenté tirarla de arranque. Pero Paula por algo es campeona mundial y olímpica. Cuando fui al segundo contacto, me agarró y me tiró. Vi venir su movimiento pero no pude hacer nada para evitarlo.

 

 

—¿Te dejó un gusto amargo que sólo haya durado 21”?

 

—No, estoy contenta por todo lo que hice para llegar hasta este lugar. Sé que tendré otra oportunidad ante Paula Pareto, no sé si en un Panamericano o en otro torneo. Voy a hacer todo para que la próxima lucha ante ella sea mucho mejor.

 

—Y las alegrías siguieron.

 

—Sí,  tuvimos una reunión con el equipo y las entrenadoras de la Selección e informaron cuáles serían los próximos eventos de cada una. Me confirmaron los Odesur, el Grand Prix en Hungría, un Campus en Japón y el Mundial en Azerbiaján.

 

 

—¿Imaginabas un 2018 con esta agenda?

 

—Trabajé para esto. Con mi entrenador Masaru Kanashiro veníamos hablando que pensando en el camino olímpico rumbo a Tokio 2020 sería muy bueno tener por lo menos dos Mundiales. Yo le decía que "sacar una medalla panamericana era muy difícil" y él confiaba en mí, me decía que iba a poder. Pero que no me presionara. Por suerte, se dio y voy a aprovechar la experiencia a fondo.

 

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