Malón dio un grito en el desierto

El color negro en las vestimentas fue un punto de encuentro para el público puntano que el lunes a la noche fue a ver a "Malón", la banda emblemática del heavy nacional que tocó por primera vez en la provincia con su formación original. Un perfil posible para describir a los espectadores indica que rondaban entre los veinte y cuarenta años, tenían el pelo largo, la mirada ruda y camperas de cuero se complementaron con el frío otoñal que apareció de repente durante la noche. 

Las puertas del Centro Comunitario del barrio Jardín Aeropuerto estaban abiertas desde las 20 pero recién la música comenzó a escucharse a las 22, cuando "Insacro", la banda puntana  elegida para telonear a "Malón", subió al escenario con sus gritos eufóricos y sus guitarras hechas a tracción. 

La mala disposición del horario se contrarrestó con el excelente sonido, el control de entradas y el arribo de Claudio O`Connor a los escenarios. El histórico vocalista de "Malón" y ex compañero de Ricardo Iorio en "Hermética" volvió a tocar con sus compañeros luego de varios años de ausencia y generó la adrenalina suficiente para que los fanáticos deliraran en cada pogo, saltaran, cantaran y apuntaran para arriba junto con los puños en alto o las manos en forma de cuernitos. 

Quedó en evidencia que los productores del show invirtieron en un sonido de calidad que sorprendió a todos. En un lugar poco común para lo recitales como lo es el salón barrial, las canciones se escucharon bien y se disfrutaron junto al juego de luces que le dio un ambiente oscuro de repente, tal como se identifica la banda con su gente. Por momentos, sin embargo, la iluminación se notaba hasta en el rincón más pequeño.  

El público terminó de entrar al lugar pasadas las 22:30, luego se cerraron las cortinas de la entrada al mismo tiempo que desde el escenario se sintió un trueno que asustó a todos. El ruido ensordecedor fue el inicio de la intro que la banda eligió para darle la bienvenida a una seguidilla de clásicos que volvió eufóricos a todos. Sonidos aborígenes, danzas tribales y gritos de guerra se sumaron al recital. Un malón diabólico hecho y derecho.

Con los cabellos revoleados, los músicos salieron  al escenario a las 23:40 con "Nueva orden mundial", uno de los clásicos de la banda que le da nombre al disco editado en 2015.  

Más de 250 personas colmaron el salón preparado con un escenario amplio decorado con un telón negro con el nombre de la banda pintado de blanco. "Buenas noches San Luis", gritó Claudio minutos después de la primera canción y agitó las almas que esperaron por ellos durante tanto tiempo. 

Los varones fueron la mayoría entre el público, el pogo y los gritos, pero las mujeres no se quedaron atrás.  Con el cabello largo hasta la cintura, vestidas de negro con remeras alusivas, muchas con pantalones de cuero o polleras y  medias de red se atrevieron a rockear en el inolvidable lunes metalero.

"Hipotecado", "Bajo el dominio danzante", "Gatillo fácil" y "Nidos de almas" fueron algunos de los clásicos que sonaron en la noche final de la gira cuyana del grupo que tiene a Antonio "Tano" Romano -guitarra insignie del metal argentino-, Carlos Strunz en batería y Karlos Cuadrado en el bajo, único miembro de la banda que no conformó "Hermética", la agrupación creada por Ricardo Iorio que abrió las puertas del género en el pais.

"El cuartel del metal" se llevó las consecuencias más que positivas al finalizar el show. El cuarteto se retiró como héroe del escenario pasada la 1 de la madrugada.