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San Buenaventura: la familia de Chaves desconfía de la Justicia

Habló la sobrina del profesor acusado de abuso sexual. Lucila Mercau defendió a su tío y dijo que "se empeñaron en convertirlo en culpable". 

Por redacción
| 25 de abril de 2018
En marzo la fiscal Torres pidió la detención del profesor.

"Sentimos desconfianza de la Justicia. No entendemos por qué llegó tan lejos", dijo Lucila Mercau, sobrina de Juan Manuel Chaves, el profesor procesado y encarcelado por abuso sexual y corrupción de menores en el colegio San Buenaventura de esta ciudad. 

 

La joven es la primera del círculo íntimo de Chaves que habla después de que las denuncias de los padres de los chicos salieran a la luz. Tras una larga polémica y críticas por las demoras de la justicia, el juez en lo Penal Nº 1 Alfredo Cuello le dio prisión preventiva. 
 

 

Lucila -que no quiso fotos- pensó que su tío nunca iba a terminar en una celda, por lo que ella y sus más allegados decidieron dar su versión. 
"No nos manifestamos antes porque desde un principio pensábamos que el resultado iba a ser otro. No queríamos entorpecer la causa, ni hacerlo más mediático. De hecho teníamos intenciones, pero 'Manu' siempre nos paraba y nos calmaba, él estaba seguro de lo que decía, pero todo cambió. No comprendemos por qué se han ensañado tanto con él", relató. 

 

En cuanto a las versiones que se dieron a conocer del caso, a raíz de los testimonios de los niños implicados, Mercau sostuvo que "hay cámaras Gesell que no fueron contundentes y no hay suficientes pruebas". El profesor de música está acusado de tocamientos y manoseos a los chicos de primer grado "B" a través de juegos. Además del procesamiento de Chaves, la Justicia investiga si hay una red de pedofilia dentro de la escuela.

 

"Entendemos a los padres que se preocupan por sus hijos. Pero sabemos que quizás uno de ellos dio una versión muy exagerada y eso generó psicosis con respecto al tema", manifestó Lucila y señaló que ella y sus familiares recibieron insultos por parte de los conocidos de los chicos: "Panfletearon todo el barrio, acusaron a mi tío, nos han perseguido y nos han gritado cosas en la calle, con eso no estamos para nada de acuerdo. Entendemos que ellos hayan sentido miedo, es una situación fea, pero para nosotros también lo es", expresó la joven. 
 

 

Lucila quiere ser docente como su tío y al igual que lo hizo Chaves, estudia en el Instituto de Formación Docente Continua (IFDC) en Villa Mercedes. Con su voz entrecortada, contó que después de que el caso saliera a la luz, "se ha puesto en tela de juicio hasta el IFDC". 

 

"Muchos de los varones que cursan el profesorado se sienten con miedo por lo que ha pasado y esa sensación se replica en todo el instituto. Los docentes dan clases con las puertas abiertas, han pedido cámaras, hay una psicosis social. Todo esto afectó muchísimo a la institución", recalcó.  

 

A inicios de este año, la Justicia Penal allanó la casa de Chaves y la de un profesor de catequesis. Hallaron computadoras y celulares que son peritados.
Aunque el procesamiento del profesor afectó emocionalmente a la familia, Lucila dijo que su tío está tranquilo y por el momento se mantiene con fuerzas.  

 

"No tenemos seguridad jurídica"
El abogado de Chaves, Vicente Cuesta, quien también representa a Mercau, sostuvo los dichos de la joven y manifestó: "Nos demostraron que no tenemos seguridad jurídica. Hemos presentado pruebas y nada. De no haber un cambio, este caso llegará a la Suprema Corte de la Justicia de la Nación, que es la única que va a poder dirimir". 

 

Cuesta analizó el caso y consideró que hay "nulidades insalvables". Sobre todo se refirió a las denuncias. El abogado insistió con que hay una sola presentación y que "los demás testimonios se hicieron por una vía fuera del código de procedimiento. Toda persona que vivió un abuso, tiene que hacer la denuncia, acá sólo se hizo una sola. Después con un criterio no ajustado al derecho, llamaron a testimoniar bajo juramento, hicieron instar la acción a los padres, pero nunca hicieron denuncia", aseguró. 

 

Para el representante del docente, hay un ensañamiento con su cliente. "Hay una persecución. Esto nace en un grupo de Whatsapp de los padres y ser armó una psicosis. Las versiones de los niños son muy volátiles". 

 

En cuanto al estado de la causa, el abogado señaló que las apelaciones que realizaron ambas partes están por subir a la Cámara 1. "No sabemos quién la va a conformar, pero vamos a solicitar que sean tres camaristas especialistas en derecho penal, no civilista como suelen ser", adelantó. 

 

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