Detenidos, drogas, armas y dinero secuestrado en un operativo en Achiras

La Policía Federal manejaba un dato, y resultó bueno. Indicaba que vendría un cargamento con droga de Río Cuarto a San Luis. Efectivamente, el viaje comenzó, pero quedó trunco en la localidad cordobesa de Achiras, donde efectivos de la fuerza nacional interceptaron el vehículo en el que traían aproximadamente un kilo de cocaína oculta en el espacio donde va el filtro de aire. Hubo, además, tres allanamientos en la ciudad cordobesa de donde salió la sustancia y otros tres aquí, en domicilios vinculados a los supuestos revendedores. 
“Por estas horas, están detenidas las cuatro personas que iban en la camioneta, además, un par en Río Cuarto y un par más aquí en San Luis”, detalló el fiscal federal Cristian Rachid ayer a la mañana, en una rueda de prensa. “Cuando haga la imputación, ahí se definirá quién recuperará la libertad y quién no”, explicó. 
Contó que el operativo realizado ayer –que tuvo alcance interprovincial, ya que movilizó a los federales de Córdoba y San Luis– es un desprendimiento de una causa anterior trabajada por el organismo que él encabeza. 
Esta investigación, la más reciente, comenzó en 2015. “Es política de la Fiscalía remontar en la cadena de comercialización, es decir, no combatir sólo al nivel del narcomenudeo, sino hacerlo en las líneas de distribución, para evitar la propagación de la droga”, fundamentó. 
Esas averiguaciones permitieron identificar a los presuntos proveedores de los dealers locales y luego, profundizar la pesquisa sobre ellos. “Detectamos una supuesta línea de provisión e iniciamos el año pasado una investigación. Identificamos a tres personas, y eso posibilitó anticipar qué vehículo iban a utilizar para una remesa de estupefacientes, que iba a concretarse esta semana, como efectivamente sucedió”, dijo.

Tres hombres y una mujer
En esta ocasión, la mayor cantidad de droga secuestrada estaba en una camioneta que venía a San Luis, confirmó Rachid. En el rodado “se ha secuestrado clorhidrato de cocaína, según las pruebas de campo, que han arrojado positivo”, refirió el comisario Pedro Morales, jefe de la Delegación San Luis de la Policía Federal. 
En el vehículo “venía quien había sido identificado previamente como sospechoso de intervenir en la carga para la provisión y tres personas más –especificó el fiscal–. En los allanamientos en Río Cuarto no encontraron cantidades considerables de sustancia”. 
Según lo que le adelantó la Policía, en esa ciudad se incautaron de alrededor de medio kilo de picadura de marihuana. En San Luis, dijo, secuestraron cantidades menores de esa droga. “Es lo que esperábamos, porque hablamos de gente dedicada al narcomenudeo”, razonó.
Destacó que al hacer la interceptación pudieron corroborar todo lo que las tareas de inteligencia previa anticiparon. 
Por el momento, no ha trascendido de ninguna fuente la identidad de los arrestados y el detalle de los domicilios allanados. El fiscal sí dijo que entre los puntanos sindicados hay una mujer. Aclaró que cuando tenga el resultado de los allanamientos verá si esa sospecha se puede respaldar. 
“El resto de la banda son hombres. En Río Cuarto tenemos identificados previa y fehacientemente a tres. A otros no se los pudo identificar de igual forma. Y aquí en San Luis, a la mujer y a tres hombres. No sé con certeza si tienen antecedentes. No los hemos tenido imputados antes en otras causas”, informó. 
Rachid recordó que el año pasado hicieron procedimientos de interceptación de droga proveniente de Mendoza, derivados de la investigación de la cadena de abastecimiento. “Uno fue en setiembre y otro, en noviembre. Eran remesas parecidas a ésta y con cantidades proporcionales, tratándose de marihuana”, evocó. 
“Partimos siempre de quien hace narcomenudeo local y abrimos investigaciones para detectar esas líneas de provisión. Eso lleva más tiempo, pero tiene sus frutos. El mayor procedimiento fue aquel de febrero del año pasado, en el que se incautaron de 2.600 kilos de marihuana”, dijo. La mayor porción de ese cuantioso cargamento iba a Chile, aunque, a su paso desde Paraguay al destino final, algo quedaba en el territorio argentino.