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Desarrollan un GPS para ubicar las vacas perdidas

Es un proyecto que llevan adelante cuatro ingenieros de la UNSL con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Incluye también la alimentación y la hidratación.

Por Magdalena Strongoli
| 08 de abril de 2018

Ingenieros en Electricidad de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) desarrollaron una nueva tecnología para la producción ganadera. Se trata de un sistema que, entre otras cosas, va a permitir el seguimiento de los animales en zonas complicadas como lo son las serranas. Las pruebas las están llevando adelante en un campo en Fraga, la conectividad para los ensayos se las provee el Ministerio de Ciencia y Tecnología y las necesidades de ese sector son debatidas con técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Universidad Católica de Cuyo (UCCuyo).

 

Los cuatro ingenieros trabajan (aunque es muy pronto para definirlo) en lo que podría llegar a ser un collar con sensores. El trabajo está incluido dentro del programa "Campo Conectado", en el que confluyen proyectos presentados en 2017 en las jornadas de AgroTic. Universidades internacionales promueven los intercambios de alumnos con la condición de que vinculen información con la academia del país que visitan. Así fue que hace dos años atrás un ingeniero visitó el Departamento de Electrónica, de donde surgió la posibilidad de generar un proyecto con fines pecuarios. Además, en aquel momento la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales abrió la maestría en Sistemas Electrónicos en el Agro a la que hoy los puntanos tienen acceso. Son dos años de cursado. El primero se hace en San Luis y el segundo se cursa en Alemania. El examen se puede rendir en el idioma extranjero y de esa manera alcanzar el título de un Master europeo y otro argentino. 

 

El joven ingeniero electrónico con orientación en sistemas digitales, Lucas Ramero, habló con la revista El Campo para dar detalles del proceso actual en el que trabajan y cuáles son los alcances de la investigación que llevan adelante.

 

“El proyecto general consiste en aportar tecnologías que faciliten al productor ganadero todos los procesos. Estamos enfocados en la región semiárida del centro argentino. Aquí las características de un suelo muy accidentado  y vegetación de arbustos bajos de no más de dos metros, con mucho follaje y espinas, hace a la zona muy particular y digna de ser estudiada”, aseguró Ramero con un entusiasmo contagioso.

 

“Estamos condicionados en cuanto a que las tecnologías de comunicación inalámbricas no pueden tener un óptimo desarrollo. Una espina de las que se encuentran en los campos tiene el tamaño de las señales que se envían para recabar datos, lo que representa una barrera natural que en estos momentos analizamos cómo revertir, ya que no se trata de una sola, son zonas con bosques leñosos enteros”, contó, y agregó que la manera de mitigar esos efectos pasa por buscar las nuevas tecnologías que hay disponibles: "Debemos ver cuál de ellas adaptar".

 

Los requerimientos que tienen los ganaderos pudieron detectarlos a través de encuentros con veterinarios, ingenieros y otros especialistas, con los que llegaron a la conclusión de que es propicio que el sistema funcione para “conocer el estado corporal del animal, la ubicación, la temperatura de los rodeos, datos sobre la alimentación e hidratación que van a permitir armar bases de datos para la toma de decisiones”, aseguró Ramero.

 

“A esta altura de la investigación, el proyecto está centrado en tres ejes: seguimiento, condición corporal y generar dispositivos que capten energía. Este último es para captar la luz solar para la alimentación de los aparatos y conseguir la autonomía de los mismos”, contó el ingeniero, quien adelantó que el dispositivo estará en cada animal, como pasa con la caravana.

 

"Las pruebas las hacemos a cuatro kilómetros de Fraga, en donde lo más difícil y costoso es llevar internet a los campos. Nosotros hemos tenido de aliado al Gobierno de la Provincia, lo que nos facilitó esa tarea a través de la Autopista de la Información”, explicó el científico, que trabaja desde 2015 en la investigación.    

 

Cuatro docentes son los que participan en la investigación, que por sus profesiones están vinculados al armado de esos dispositivos electrónicos.  Ramero insiste mientras cuenta las bondades del proyecto que tiene como parte crítica todo lo referente a la transmisión de la información. “Ése no es un problema exclusivo de San Luis. En Argentina tenemos grandes extensiones que hacen que el problema se replique. En estos momentos la manera más efectiva de conseguir conectividad de buena calidad es con el 4G. Sin embargo resulta de las más costosas. Con las tecnologías de última generación que usamos nos aseguramos al menos 15 kilómetros de alcance. Hace unos años atrás no era posible acceder a esa distancia”.

 

Tiempo atrás, los colegas de Ramero trabajaban en un proyecto que se denominó Redes de Sensores Inalámbricos, que tenía como objetivo principal desarrollar dispositivos que no necesitaran cables para su uso y poder conseguir datos sin montar una gran estructura. A partir de una intervención que tuvo una universidad alemana fue que comenzaron a pensar en aparatos para aplicar al seguimiento de vacunos.

 

Desde 2012 comenzaron a incursionar en el terreno pecuario para poder ayudarlos en los procesos de producción que, según detalló Ramero, esperan llegar a cada punto de conflicto. “Por el tema específico tuvimos que recurrir a los técnicos del INTA, quienes nos orientan sobre el funcionamiento productivo para que los equipos sean efectivos. Además a ellos les interesó mucho la idea de incorporar tecnología al sector agropecuario, por lo que decidieron hacer varias ediciones de las charlas llamadas Agro Tic, en las cuales se presentaron varios proyectos que ya están en marcha para la solución de distintos temas relacionados al campo.

 

“De las dos patas del proyecto que están más avanzadas, que son la trazabilidad y la condición corporal, se espera poder contrastar esos datos para que los profesionales veterinarios puedan tener un pronóstico sobre lo que es el comportamiento animal”, contó el técnico, quien aclaró que por los conocimientos compartidos con los especialistas esa información permite saber si el animal está enfermo, en celo o preñada, en el caso de la vaca.

 

En 2015 inició el proyecto pero por depender de oficinas públicas se encuentran con los tiempos de la burocracia, que no son los mismos que los de la ciencia. Los elementos que usan son importados y de montos elevados.

 

Se compran en el exterior porque en muchos casos en la Argentina no hay disponibilidad. Si bien el dinero no era un problema, les resultó difícil conseguir los presupuestos que solicitaba el Gobierno para poder colaborar.

 

Las tareas las hacen en el campo "Los Chañares", ubicado en Fraga. El productor pecuario Ernesto Panini puso sus tierras a disposición de los científicos con sus 200 animales. “Los ensayos hasta acá han sido de cobertura, para saber cómo montar la red. Hasta acá hemos hecho descubrimientos interesantes. Una de las tecnologías que probamos nos muestra que con un solo punto de acceso se pueden cubrir las 15 hectáreas, que son las del establecimiento donde trabajamos”.

 

“El campo donde trabajamos lo veíamos llano, pero lo que nos llamó la atención fue el bosque nativo, que puede ser una complicación para la conectividad. Las mediciones nos mostraron además una lomada que no daba paso a la señal de internet”, dijo Ramero sobre las complicaciones que tienen en los estudios de campo.

 

La necesidad existe y la geografía de los campos productivos de San Luis lo muestran. “El principal problema que tienen es el animal enfermo que se pierde. Hoy eso le lleva al productor mucho tiempo, ya que tiene que recorrer el campo a pie para poder entrar a lugares inaccesibles. Con la aplicación ahorrarían ese tiempo, ya que podrían conocer la ubicación precisa”, contó el ingeniero, que comenzó a conocer los pormenores de la realidad ganadera puntana.

 

Explicó que muchos de los dispositivos que existen y que se usan en Argentina fueron diseñados para la producción en confinamiento. Pero el desafío a nivel país está en la cría extensiva. "En ese aspecto el mayor reto es poder conseguir buena conectividad y dispositivos de calidad a bajo costo. Lo que para la Argentina productiva es un beneficio, para la tecnología es una complejidad. Grandes extensiones que cruzan de norte a sur y de este a oeste, hacen que haya lugares de poco alcance", explicó el ingeniero de la UNSL.

 

Hay un aspecto que deben tener en cuenta los técnicos: ¿dónde colocarán el dispositivo para poder monitorear al animal? Las caravanas, esos plásticos amarillos que se colocan en las orejas para conocer la trazabilidad del animal y su estado sanitario, podría acompañar a los dispositivos. Sin embargo, ellos conocen otra realidad. "Una de las alternativas que sugerimos fue poner el aparato cerca de la caravana, pero el temor es que se lo saque al rascarse contra algún elemento sólido. Por eso armar un collar nos parece más propicio, pero aun es muy pronto para dar por sentado que así será", contó Ramero, quien aseguró que en otros lugares del mundo suelen usar esa forma para anexar tecnología.

 

En cuanto a los costos, para cuando el proyecto finalmente se materialice Ramero explicó que buscarán la manera de que sea accesible para el productor. "Buscaremos que genere más beneficios que costos y la forma será abaratar el diseño. Para eso adaptaremos tecnologías que ya existen para el uso ganadero y no inventaremos un nuevo aparato", aseguró, y explicó que para esos diseños no es posible reutilizar tecnologías, ya que se trata de novedades en el ámbito tecnológico.

 

Los científicos no sólo pasan sus días en laboratorios, además interactúan con colegas de distintas partes del país de quienes toman ideas para su proyecto. "En los congresos hemos podido conocer otros científicos que trabajan en el tema. Aún no se aplican en nuestro país. Lo que sí pudimos detectar es que hay desarrollos tecnológicos que se aplican, pero en este caso a la agricultura. Luego de eso las hemos estudiado y creemos que es posible adaptarlas a la cría de animales", informó.

 

El plan inicial pretende abarcar todo el proceso productivo ganadero. Es decir, desde el nacimiento del ternero hasta la faena. Por eso el equipo de investigación considera que es importante tener en cuenta no solo al animal sino también otros aspectos como la alimentación. "Queremos desarrollar temas vinculados a un sistema de alimentación automatizado, que permita que las tranqueras estén habilitadas para el paso de los animales según la disponibilidad forrajera que haya en los lotes. Así también poder conocer las cantidades de líquido que ingieren los animales. Por su parte los veterinarios han planteado la posibilidad de que se pueda medir el Ph del estómago de los vacunos, para saber si el proceso de digestión se hace de manera correcta", analizó sobre lo que será el futuro de estas tecnologías.

 

Además Ramero agregó que si bien en Argentina ya se hace el control mediante sensores que miden la temperatura y la humedad en los silos, ahora buscarán implementarlo en San Luis. "Para que dentro de los silos no se produzca el proceso de fermentación ya existen dispositivos que determinan la cantidad de humedad  y la temperatura que tienen los granos acopiados para la alimentación de los rodeos. A partir de esta medida los productores podrán prevenir las pérdidas", aseguró el ingeniero electrónico.

 

Otro de los aspectos en los que más adelante trabajarán es el de los cercos virtuales y el de un sistema que nuclee todos esos datos y de esa manera dar respuesta a las inquietudes de los productores. "Todas las medidas apuntan a que dejen de correr detrás de los problemas y pasen a ser proactivos", concluyó el especialista, quien solo espera que los tiempos jueguen a favor de la investigación y que puedan sumar más colegas que aporten al proyecto.

 

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