El abogado de los denunciantes dijo que además harán una presentación por evasión impositiva.
Los comerciantes autoconvocados que cuestionan el funcionamiento en la ciudad de al menos cinco locales identificados como "saladitas", avanzarán en la pulseada contra lo que consideran que es "competencia desleal", ya que sus precios son hasta un 50 por ciento más baratos por los mismos productos. El abogado de los denunciantes, Guillermo Strazza, confirmó que pedirán que le revoquen la habilitación a uno de esos negocios, que está ubicado sobre la calle Pringles, entre San Martín y Chacabuco.
"Dicen tener la habilitación municipal a nombre de una persona física, pero no la exhiben ni cumplen con los requisitos de mostrar los precios. Tampoco tienen posnet, libro de quejas y no registran al personal", aseguró Strazza, quien indicó que todas esas carencias fueron constatadas a partir de una inspección que realizó a fines de la semana pasada el Programa de Defensa del Consumidor, que -según el letrado- no logró constatar que el comercio estuviera en regla para abrir al público.
Además de solicitar la suspensión de los permisos que habilitan para una actividad regular, Strazza afirmó a El Diario de la República que denunciarán al negocio cuestionado por "evasión impositiva ante la AFIP y el fiscal federal en turno por la misma causa".
Los comerciantes autoconvocados que iniciaron las acciones contra los comercios "ilegales" son más de cuarenta, quienes afirmaron que en los últimos meses tuvieron una caída en las ventas de hasta el 70 por ciento desde que comenzó a funcionar la competencia, contra quien le es imposible competir por la gran diferencia que manejan para prácticamente la misma indumentaria.
En la polémica por las "saladitas" -que en la capital puntana serían como mínimo cinco instaladas en locales del centro- intervino la Cámara de Comercio de San Luis, que en voz de su titular, Vito Carmosino, aseguró que acompañarían el reclamo del grupo de vendedores "espontáneos", siempre que fuera "legítimo y formalizado", por lo que pidió "prudencia" en las acusaciones vertidas sobre la ilegalidad comercial.
Sin embargo, Carmosino sí coincidió en que probablemente existan irregularidades con las prendas de vestir que venden los negocios señalados de "truchos", principalmente con el origen de su producción. El presidente de la Cámara de Comercio dijo que si los precios de las prendas son tan baratos, es porque posiblemente sean producidas en talleres clandestinos, a los que asoció al "trabajo esclavo".
"Hay que descartar que haya falsificación de marca y si incumplen con las condiciones que fija la AFIP en cuanto a facturación y cobro por tarjeta de débito", sostuvo Carmosino.
Preocupación en el sector
La proliferación sin antecedentes de "saladitas" en todo el país causa inquietud en el sector. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), el año pasado se detectaron más de 650 negocios de ese tipo que -en conjunto con los manteros- facturaron unos 71.500 millones de pesos durante 2017.
Además del comercio ilegal, los vendedores formales también se vieron afectados por la creciente migración de compradores hacia Chile, por la inflación que azota a la Argentina desde hace dos años.
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