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Eficiencia en el consumo: clave para evitar el derroche de energía

Cambiar hábitos, una mayor atención y conocer los electrodomésticos es esencial. 

Por redacción
| 20 de mayo de 2018
Foto: Télam.

El termotanque y el cargador del celular enchufado todo el día, la ventana abierta con el calefactor al máximo, la plancha encendida para ser usada con sólo una remera. Los hábitos de consumo de energía hacen que el dinero se escape, que las facturas lleguen cada vez más cargadas y se alejan de una premisa clara que tiene que ver con el uso "racional" de la energía.

 

El contexto nacional es ineludible. Los subsidios no se aplican más para los usuarios y el tarifazo es una realidad. Las boletas son más robustas y surge la pregunta: ¿Cómo hago para ahorrar energía?

 

Muchas de las respuestas son elaboradas por los propios organismos que distribuyen energía o por entidades encargadas de realizar los controles.

 

En rigor, las principales recomendaciones llegan de la mano del uso de la energía eléctrica. En los hogares el gas natural se usa para calefaccionarse, cocinar y ducharse. La electricidad se puede usar para lo mismo, pero también le da movimiento a una gama cada vez más amplia de electrodomésticos. A saber: cocina, termotanque o calefón y calefactor son lo más usados con gas. Estos mismos tienen una versión eléctrica y se les suma: heladera, lavarropas, televisores, computadoras, celulares, microondas, entre otros.

 

La empresa proveedora de energía eléctrica, Edesal, y la Comisión Reguladora de la Energía Eléctrica de la Provincia renovaron el listado de consejos para que la racionalidad condicione el consumo.

 

Muchos de los consejos tienen que ver con aprovechar la luminosidad del día. Por eso piden apagar las luces al salir de las habitaciones, ya que se puede ahorrar hasta un 50 por ciento el consumo en iluminación.

 

Solicitan que se utilicen las lámparas de bajo consumo y led porque gastan un 80 por ciento menos y duran ocho veces más. Además los tubos fluorescentes consumen mucho menos que las lámparas tradicionales.

 

También se hace necesario mantener limpias las lámparas, tubos y reflectores.

 

En el caso de las heladeras recomiendan que deben estar a no menos de 15 centímetros de la pared, para evitar que se recalienten. Antes que la capa de hielo alcance los 3 milímetros de espesor, se la debe descongelar y así se podrá ahorrar hasta un 30 por ciento. Además es necesario revisar los burletes, los que deben estar en buenas condiciones para evitar pérdidas de frío. El termostato tiene que estar a cinco grados para refrigerar y en menos 18 grados para un freezer. Un grado menos en el termostato supone hasta un cinco por ciento más de consumo. También sugieren evitar abrir la puerta lo menos posible y cerrarla con rapidez.

 

Otro electrodoméstico clave es el lavarropas, cuyo mayor consumo (entre 80 y 85 por ciento) viene de la resistencia que utiliza para calentar el agua, no del centrifugado. Así es que, lavar la ropa con agua fría supone un ahorro de hasta el 75 por ciento.

 

Además se puede aprovechar al máximo cada lavado, utilizándolo con la carga completa y al realizarle la limpieza de los filtros, de manera regular.

 

Asimismo, el exceso de jabón produce mucha espuma y el motor trabaja más de lo necesario, por lo que se aconseja optar por jabones líquidos que permiten ciclos de lavados más cortos.

 

Las TV y otras hierbas

 

Los televisores representan un 10 por ciento del consumo eléctrico de las familias. Con ellos se  asocian otros elementos para la diversión y por eso se hace necesario apagar las consolas de juego y el TV cuando no se usen.

 

Estos dispositivos y los equipos de audio suelen quedar en “stand by” cuando no son utilizados. Están como apagados, pero siguen consumiendo energía y ese gasto  representa hasta el 15 por ciento del consumo en funcionamiento.

 

El invierno y el consumo

 

Para calefaccionarse se cuentan a las estufas y los radiadores, para ellos se sugiere usar el termostato para regular la temperatura adecuada en los ambientes. No hay que abrir la ventana para bajar la temperatura y en invierno la calefacción debe estar a los 20 grados y se aconseja no pasar de los 22.

 

También es mejor utilizar un programador de termostato para que apague automáticamente una hora antes de que ir a dormir.

 

Un punto a tener en cuenta son las estufas eléctricas “de 2 velas” que resultan muy ineficientes. Si bien son de bajo costo, implican un gasto de energía muy grande.

 

En lo que se refiere a los caloventores deben usarse con termostato, pues de lo contrario el consumo eléctrico resulta exagerado.

 

Los paneles calefactores brindan una temperatura cálida y agradable en el ambiente con menor consumo de energía eléctrica.

 

Ducharse calentito cuando hace frío puede ser un placer, pero es necesario tener algunas consideraciones con los calefones o termotanques ya que estos aparatos son algunos de los que más gastan. Un consumo medio (por ejemplo, tres adultos consumiendo 55 litros diarios de agua a 45 grados) puede ser del orden de 3.260 kilowatts por año.

 

Una temperatura de 50 grados es satisfactoria, pero una reducción de 5 grados lleva a que el consumo de energía se reduzca de 3 al 5 por ciento.

 

Asimismo es claro que se debe colocar en el interior de la vivienda (si está en el exterior, consumirá más energía) y lo más cerca posible del lugar de consumo, para evitar pérdidas.

 

Palabra autorizada

 

Walter Ortega, ingeniero industrial especializado en la electricidad, aseguró que la energía "es escasa y cara".

 

"Hay que generarla, no se da de forma natural y esto hace que para conseguirlo se invierta mucho y se generen grandes costos. Hay que entender que las sociedades progresan con el uso de las energías y un uso racional permite que haya para todos, que llegue a quien la necesite", aseguró quien también es gerente de Asuntos Regulatorios de Edesal.

 

Además explicó que hay una dependencia inevitable e irreversible en las actividades que realiza el ser humano, porque ese desarrollo viene de la mano de la utilización de distintos tipos de energías por lo que se hace necesaria e imprescindible un uso “racional”.

 

Dijo que para arribar a ese fin hay dos formas. "Una de ellas llega de la mano de la campañas de concientización que se piensan a largo plazo, son para comenzar a entender cómo es que deben usarse de manera correcta", señaló y agregó: "Otra, la más coercitiva, pero la más efectiva tiene que ver con fijar señales en el precio. En Europa es necesario que todos cuiden la energía porque dependen de ella para calefaccionarse. Un precio elevado trae aparejado que se cuide el consumo y por lo tanto llegue a todos lados". 

 

Además explicó que la variedad de electrodomésticos se incrementó notoriamente. "Eso claro que favorece a una mejor calidad de vida, pero también requiere tomar conciencia para hacer un uso racional y responsable", concluyó.

 

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