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Un héroe natural para cuidar el ambiente

Por redacción
| 20 de junio de 2018

La especie humana como agente natural, es el factor principal de los desequilibrios que presenta el ambiente. La evolución de la especie humana a lo largo de los últimos dos siglos, con la implementación creciente de la tecnología para la producción de alimentos, profundizó ese desequilibrio y obliga a encontrar soluciones para restablecer cierto orden natural.

 

En ese contexto, mientras el gobierno de India se esfuerza por revertir la agravada degradación del suelo, que le costará unos 23 billones de dólares al mundo en los próximos 30 años, aparece un nuevo héroe natural: el bambú. El llamado “acero vegetal” es un recurso estratégico que muchos países utilizan para recuperar el suelo y revertir los peligros de la desertificación.

 

Las 1.640 especies de bambú tienen un sólido sistema de raíces que las agarran al suelo; son las plantas de crecimiento más rápido, lo que las convierte en las mejores para recuperar tierras cultivables no productivas, controlar la erosión y mantener la estabilidad del suelo. Así lo sostienen desde de la Red Internacional para el Bambú y el Rotén (Inbar).

 

Los integrantes de esta red se comprometieron a recuperar cinco millones de hectáreas degradadas con plantaciones de bambú para 2020 en el marco del Desafío de Bonn en 2015. Las promesas políticas ya superaron el compromiso y hoy están cerca de los seis millones de hectáreas. Pero plantadas en la tierra son muchas menos, porque hay que crear los viveros, y plantar vastas extensiones lleva unos años.

 

La organización no gubernamental, Inbar, cuenta con 43 países miembros que buscan promover los beneficios ecosistémicos y los valores del bambú y el rotén (mimbre).

 

El Desafío de Bonn es un esfuerzo global para recuperar 150 millones de hectáreas, tres veces la superficie de España, de tierras deforestadas y degradadas, para 2020, y 350 millones de hectáreas para 2030.

 

Según la última revisión de la Convención de las Naciones Unidas para Lucha contra la Desertificación (Unccd), en mayo, implementar acciones urgentes y frenar la tendencia alarmante costaría 4,6 billones (millón de millones) de dólares, menos de una cuarta parte de las pérdidas estimadas para 2050 de 23 billones de dólares. Hay 169 países afectados por la degradación del suelo o la sequía o ambas.

 

En promedio, las pérdidas actuales representan nueve por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), pero para los países más perjudicados, como República Centroafricana, las pérdidas totales se estiman en 40 por ciento del PBI. África y Asia son los más afectados y registran las mayores pérdidas anuales, unos 65.000 millones de dólares y 84.000 millones, respectivamente.

 

Un suelo saludable es el principal valor del sustento de muchas personas, desde alimentos a trabajo e ingresos decentes. En la actualidad existe una crisis de proporciones nunca antes vistas: 1.500 millones de personas, principalmente en los países más pobres, están atrapadas en tierras cultivables degradadas.

 

En la India, el arroz, la caña de azúcar y los brillantes campos amarillos de flores de mostaza ocupaban hace unas décadas, todo el horizonte de sus zonas rurales. Los agricultores, atraídos por el dinero, arrendaron las tierras fértiles a fabricantes de ladrillos. En una década, más de 150 hornos de ladrillo sobresalían del suelo en unas 5.000 hectáreas entre 0,9 metros a poco más de tres metros.

 

Pero cuando la tierra se agotó, se fueron, dejando suelos estériles y medios de vida arruinados. Con la capa superficial del suelo destruida, hubo graves tormentas de polvo, recursos hídricos agotados y se perdió la vegetación.

 

La plantación de bambú comenzó en 100 hectáreas en 1996 y, en la actualidad, la comunidad perjudicada e Inbar recuperaron unas 4.000 hectáreas en 96 pueblos. Cada año, el bambú agrega casi 18 centímetros de humus de hojas al suelo, y ayudó a aumentar la capa freática en 15 metros en 20 años. Además, con la venta de bambú, los campesinos vieron crecer sus ingresos en un 10 por ciento. Por todo ello es un héroe natural. Un necesario héroe natural.

 

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