17°SAN LUIS - Sabado 20 de Abril de 2024

17°SAN LUIS - Sabado 20 de Abril de 2024

EN VIVO

Recorren el país en bicicleta, ayer llegaron a Villa de Merlo

Por redacción
| 22 de junio de 2018
El itinerario. Iniciaron en Neuquén, su ciudad de origen, continuaron por Mendoza, ahora están en San Luis y seguirán por Córdoba. Foto: Gentileza.

La idea del viaje surgió cuando fueron a Villa Mercedes a ver La Renga. Renunciaron a sus trabajos y se lanzaron a la aventura. Ya llevan un mes pedaleando y 1.600 kilómetros recorridos.

 

Juan Carlos Echezarraga, de 26 años, y Mariano Buono, de 25, nacieron en Villa La Angostura y los une la misma pasión: la aventura. Bajo esa consigna los dos neuquinos iniciaron su viaje por el país hace un mes, con la particularidad de que lo recorren en bicicleta. Hace dos días pasaron por la capital puntana y ahora están en Merlo donde planean quedarse un tiempo. Llevan recorridos 1.600 kilómetros, tres provincias -Neuquén, Mendoza y San Luis- y miles de amigos de “ruta” acumulados. Hoy van por más, si bien no tienen un camino fijo, hasta las Cataratas no paran y no descartan la posibilidad de cruzar a otros países.

 

Mariano es morocho, joven y alto. Sus ojos verdes llaman la atención. Juan, más conocido como "Juanqui", tiene una larga melena llena de rastas y es un poco más bajo que su compañero de camino. Emite una voz relajada que crea un ambiente amigable. Los dos vivían a tres cuadras de distancia, y ahora comparten la carpa que arman todas las noches a un costado de la ruta, para descansar y recargar energías para su viaje, que aún no tiene fecha límite ni un destino fijo. “Nos conocimos hace siete años por otro amigo en común del pueblo. De ahí en más hacemos bastantes cosas juntos, tenemos una huerta ecológica y practicamos candombe. Decidimos renunciar a nuestros trabajos y emprender este viaje con unos pocos ahorros”, contó Mariano.

 

El motivo para comenzar esta travesía fue San Luis. Ambos vinieron en auto el 7 de abril a ver el recital de La Renga en La Pedrera. “Esta provincia es muy importante para nosotros porque el viaje nació acá, cuando vinimos hace dos meses, nos encantó lo que recorrimos y nació la idea de venir en bici. Como primer objetivo, sin haberlo charlado, San Luis ya estaba dentro de los planes”, contaron Mariano y Juan mientras se alternaba para responder con una sincronía perfecta, como si fueran una sola persona. Y agregaron: “Todo lo que vimos de la provincia nos pareció muy lindo. Tuvimos la suerte de ser alojados por un lugareño muy bueno que nos hizo pasear y conocer un montón. Es un punto destacado en nuestro viaje tanto el lugar como el clima y su gente”.

 

 

El desafío

 

Viajar en bicicleta les implica aprender a sortear los imprevistos que la naturaleza puede poner y hasta frenarles su marcha. “En el norte de Neuquén empezaron las primeras piedras en el camino que fueron la falta de agua y las largas distancias. Los pueblos están separados por 250 kilómetros, y en el medio sólo hay desierto. Una vez que pasamos a Mendoza nos agarró la nieve así de improviso. Esa fue la parte más dura con respecto a lo físico porque no teníamos nada de entrenamiento”, recordó Mariano.

 

No pueden cargar más de 7 litros de agua, ya que el peso determina la velocidad de avance, “En esa parte fue donde nos cruzamos a los mapuches, veníamos de recorrer 100 kilómetros después de los siete lagos en el tramo de desierto, teníamos marcados en un mapa los ríos, pero resulta que estaban secos o eran salados, uno venía directamente de un salar. Pedaleando bajo el sol en el desierto es mucho lo que se consume de agua. Decidimos meternos en el Chorriaca, un paraje muy chico. Allí nos encontramos con el Yanco, que es como el jefe de la tribu y él nos llevó hasta un salón de usos múltiples, sin siquiera contarle mucho más de nuestro viaje”.

 

 

Los mitos

 

“La verdad es que rompimos uno de los prejuicios que hay en la sociedad sobre el cuidarse de la gente durante un viaje” dijo Juan y Mariano complementó: “Te sorprende la magia que aparece en los malos momentos y sobretodo la gente que está dispuesta a darte una mano cuando uno más lo necesita. Está buenísimo saber que siempre hay otro que te puede ayudar, escucharte y viceversa. Nosotros también lo hemos hecho y transmitido lo que nos pasa en el viaje para motivar a los demás a que lo intenten. Es todo el tiempo un ida y vuelta muy enriquecedor. Hoy tenemos un montón de amigos de 'ruta' con los que compartimos cosas re lindas”. 

 

Los chicos se marcan su ruta según lo que les dicen los lugareños, que les recomiendan atajos, lugares para visitar e incluso hospedaje en sus casas para poder bañarse, cocinar y calentarse en esta dura época del año.

 

“Hay un poco un mito al rededor de los viajes, uno no gasta tanto, ni es un impedimento tan grande la plata. Con unos pequeños ahorros se puede viajar. Probablemente en algún momento tengamos que hacer algo para vender, por suerte realizamos artesanías y nos damos mañana con varias cosas”, explicó Juan.

 

La principal diferencia con el resto de los viajes es que lo atractivo no está en el destino sino en la ruta. Estar a la intemperie, en un transporte movido por fuerza humana y por sobre todo las ganas de seguir conociendo. “Se dimensiona el sacrificio de la trayectoria, de los espacios, de las fronteras y la naturaleza de los poblados. A veces no nos damos cuenta que somos tan chiquititos al lado de un mundo tan grande y maravilloso. Si vas en auto, en avión o en tren, de golpe estás en un lugar diferente y con una cultura distinta, en cambio, yendo en bicicleta sentís los cambios en el paisaje y en el cuerpo. Te permite ver el contexto, charlar con la gente y escuchar lo que te dicen verdaderamente”, trató de resumir “Juanqui”, a pesar de ser una experiencia inexplicable que sólo puede comprenderse en el día a día. Mariano la ejemplificó a la perfección: “En Mendoza se ve muy claro que están en contra de la mega minería sólo por hablar con los lugareños. Cuando pasamos por todo el norte neuquino el olor a azufre que venía de las montañas o el olor de las uvas al pedalear a través de la tierra del 'sol y del buen vino', eso sólo te lo da la bicicleta".

 

“No podemos saber cuántas ganas nos quedan de seguir o si nos cansamos” finalizó Juan, y Mariano, como cierre a lo que decía su amigo agregó: “Recorrimos más de 1.600 kilómetros, quedan muchos más por alcanzar y podemos hacerlo. No hay excusa, no tenía bicicleta antes del viaje, es una cuestión de salir de la zona de confort”.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo