Dos plazas y el centro, los lugares más caóticos

Las infracciones en el tránsito no distinguen horarios ni lugares. Se extienden a lo largo y a lo ancho de Villa Mercedes y son moneda corriente tanto en las principales arterias como en los barrios más periféricos. Pero entre las cuatro avenidas (Presidente Perón, Pringles, 25 de Mayo y Origone) es donde más se accidentes se producen. Al interior de esa gran superficie urbana, hay algunos puntos críticos: las plazas de la Salud y San Martín y el mismísimo centro.

Desde hace un buen tiempo, los dos parques se han convertido en el punto de convergencia de muchos jóvenes que han adoptado un curioso ritual: se juntan con sus motos para hacer sonar sus caños de escape adulterados y su música a todo volumen, corren picadas y hasta hacen maniobras en las calles que rodean los espacios verdes.

Por eso, ambos lugares son prioritarios para la mayoría de los controles que hacen los inspectores del Municipio y de la Policía. Sin  embargo, lejos de terminarse, el problema se multiplica.

Otro de los grandes núcleos del desorden del tránsito es el casco histórico de la ciudad. "Es muy complicado para andar y sobre todo para estacionar. Primero que no encontrás lugar por ningún lado y cuando tenés un huequito, se te hace una hilera de autos atrás que no te deja acomodarte", opinó Emilio Luna, un joven conductor. Además agregó otro factor recurrente: "En la Pedernera se hace un embotellamiento tremendo".

Es que en el tramo semipeatonal de la arteria, la calzada es mucho más angosta y el tiempo de luz verde que dan los semáforos es mucho más corto. Así, en los horarios pico es común ver largas filas de autos que incluso superan las esquinas e impiden el paso de los que van por las calles transversales.

Muchas veces, el saldo de las malas maniobras en el Centro Comercial a Cielo Abierto son los bolardos (pequeñas estructuras en las orillas) volteados, como soldados caídos en batalla. "Hay mucha torpeza de gente que los choca, pero no sé si está muy claro el sentido de que estén. Tendría que haber un control diario porque capaz que por evadirlo, terminás generando otro accidente y hasta se ve feo cuando están tirados", planteó Roberto Flores, un taxista.

Pero más allá de las cuatro avenidas, hay otro sector que se ha vuelto complicado para conductores, transeúntes e inspectores:  el populoso barrio La Ribera. Por eso, analizan quitar el doble sentido de circulación que hay en todas las calles y avenidas del complejo, para reducir el riesgo de choques.

Finalmente, la salida de los boliches durante los fines de semana es otro momento crítico para la seguridad vial. La Unidad de Control de Inspecciones Municipales (UCIM) realiza operativos todos los sábados y domingos desde las 4 hasta las 8 de la mañana y ya han registrado 554 alcoholemias positivas en los seis mil autos que han controlado durante lo que va del año.